Los vientos de Levante no impiden que los Galápagos tenga sus aguas limpias

Los fuertes vientos de Levante que tuvieron lugar a finales del mes pasado no pudieron remover el fondo de la Ensenada de los Galápagos, que en la actualidad y desde entonces mantienen unas aguas cristalinas y limpias.

El trabajo de extracción de sus fondos marinos está siendo un éxito. Desde hace bastantes años el problema que siempre ha suscitado entre los bañistas ha sido el mal de fondo en cuanto a suciedad que la forma encerrada de dicha cala tiene. A esto, la Ciudad Autónoma llevó a cabo un proyecto para que tales cosas no volvieran a suceder.

Fue el pasado 15 de julio cuando La Consejería de Medio ambiente presentó su campaña de limpieza de fondo marino y extracción de plásticos y residuos sólidos en la Ensenadas de los Galápagos. El consejero de Medio Ambiente. Daniel Ventura, presentó el servicio de limpieza subacuática. Este trabajo, matizó Ventura lo realiza una empresa local llamada Tres Forcas. El trabajo que realiza Tres Forcas empezó el pasado mes de Junio, y mediante once inmersiones en los fondos marinos a lo largo del verano, se llevará a cabo la limpieza. El fondo marino del que se encarga dicha empresa es principalmente el de la Ensenada de los Galápagos, aunque también se hacen algunos trabajos en Horcas Coloradas.

La innovación en materia de actuaciones en Los Galápagos, según Ventura, es debido a que es una zona de gran interés cultural y turístico, “el entorno es una preciosidad”. Y por lo tanto lo que pretende la Consejería es tenerlo en las mejores condiciones posibles. Los Galápagos es una zona que se acumula mucho residuo sólido y por lo tanto se requiere un trabajo especial del resto de Melilla. “Lo que pretendemos es que el fondo marino esté en buenas condiciones”. El contrato tiene un presupuesto de catorce mil cuatrocientos euros y tendrá una duración de seis meses.

Ventura indicó que en el caso que se encuentren con días de Levante no previstos, aunque el contrato está suscrito para once inmersiones este verano, la empresa Horcas Coloradas realizaría las inmersiones necesarias para mantener el fondo de la playa limpio. Algo que se ha conseguido con creces. La empresa Horcas Coloradas utiliza un sistema de aspiración en el fondo marino para no hacer daño a la fauna o flora de interés que se encuentre en la zona. Ventura, además informó de que Los Galápagos es una playa que tiene todos los servicios disponibles, mantenimiento, limpieza, sombrillas, socorrismo.

El consejero también avisó de que está totalmente prohibido a los bañistas lanzarse desde las rozas, sobre todo del camino que conecta La Ensenada con la cala de Trápana. Por lo tanto se le avisará y de no hacer caso entonces se llamará a la Policía local y se impondrá la sanción administrativa que le corresponda. Esto es debido porque está demasiado cerca de la zona de bañistas y se preocupan cuando ven a los saltadores. Debido al riesgo que conlleva este tipo de saltos al mar. Se trata de una playa especial, tanto por su pequeño tamaño como por su ubicación privilegiada.

Además, durante la época de pandemia estuvo cerrada durante un tiempo y posteriormente tuvo un aforo restringido. Actualmente no se da ninguna de las dos circunstancias, pero, aun así, muchas veces se forman largas colas a la entrada de gente que quiere llegar a tiempo para colocarse debajo de alguna de las codiciadas sombrillas en hay en la cala. Eso es, exactamente, lo que ha contado Sofía, quien ha agradecido, en este sentido, que hoy no haya habido tanta gente, al menos cuando ella ha tenido que pasar.

Por su parte, el cronista oficial de Melilla, Antonio Bravo, ha proporcionado a El Faro algunos datos sobre este magnífico emplazamiento. En primer lugar, ha destacado que, contra lo que se piensa, Pedro de Estopiñán no desembarcó en la Ensenada, ya que, por aquellos tiempos, a finales del siglo XV, la línea de costa llegaba hasta el actual Mantelete -que es donde desembarcó Estopiñán- y la Plaza de las Culturas, y que poco a poco la tierra ha ido ganando terreno. Además, el foso no se abrió hasta el año 1551 y, según parece, hubo posteriormente un intento de hacer navegable el trayecto entre la Ensenada y la Puerta de Santiago que no llegó a fructificar. Además, hasta que se estableció el paso hasta finales del siglo XX -con el Plan de Rehabilitación de Melilla la Vieja-, era básicamente utilizada por la gente que vivía en El Pueblo.