Los vecinos del centro de Melilla vienen denunciando desde hace tiempo numerosos problemas relacionados con ruidos nocturnos en la zona. Las quejas se centran principalmente en las abundantes colonias de gaviotas en los tejados de los edificios de este barrio de la ciudad, donde lamentan que estas aves han anidado a sus anchas, haciendo casi imposible conciliar el sueño durante las noches.
Estos vecinos demandan ayuda a la Consejería de Medio Ambiente y Naturaleza para que actúen frente al problema de las gaviotas, mediante los medios de los que este área dispone.
"De lo contrario, nadie se quedará a vivir en el centro".
En declaraciones a El Faro, el consejero, Daniel Ventura, aseguró que la Ciudad actúa cada año frente a esta problemática con un protocolo de actuación especial para el control de la población de gaviotas en Melilla. En la actualidad, el contrato con la empresa encargada se encuentra en proceso de adjudicación. Una adjudicación que el propio consejero reconoce, se está dando con algo de retraso.
Ventura recalcó la importancia de este servicio pues, de lo contrario, el número de aves estaría disparado en la ciudad, con todos los problemas que ello ocasionaría a la población y al propio medio ambiente local.
Muchos vecinos afirman que la desesperación por el ruido de estas aves les ha llevado a trasladarse fuera del centro, como a casa de familiares. Manifiestan que los ruidos de las colonias de gaviotas complican sus obligaciones laborales o incluso la jornada escolar de sus hijos, una vez que pasan las noches en vela.
"Las gaviotas graznan durante toda la noche y esto hace imposible que se pueda descansar en paz y en silencio, ya que es un ruido insoportable de decenas y decenas de gaviotas que sobrevuelan sus nidos en los distintos tejados".
Control
Las gaviotas patiamarillas (larus michahellis) pueden traer problemas especiales causando ruidos molestos, produciendo gran cantidad de basura y excrementos, daños a edificaciones, biodiversidad autóctona e incluso pueden afectar a la seguridad de las personas y animales de compañía.
La gaviota patiamarilla es una especie silvestre que no goza de régimen de protección específico. Las labores que se realizan para la ejecución del servicio, con el objeto de controlar la población de gaviotas en la ciudad son variadas.
Desde el uso de aves rapaces para ahuyentar a las gaviotas hasta la retirada de huevos o crías de gaviotas de los nidos, pasando por la retirada de ejemplares o el parafinado de los huevos. Esta medida consiste en la aplicación de aceite de parafina, con el fin de reducir el éxito reproductor de la especie. El número de huevos a parafinar debe ser el máximo posible, estimándose un mínimo de 1.000 huevos y un máximo de 1.200 huevos anuales. Las actuaciones de parafinado de huevos de gaviota patiamarilla también deben producirse únicamente en periodo de nidificación y puesta de la especie.
Contaminación Acústica
Por otro lado, los vecinos del centro también han mostrado sus molestias a causa de la contaminación acústica que según denuncian, ocasiona el servicio de limpieza del Parque Hernández.
Manifiestan que el uso de tubos de propulsión de aire desde primera hora de la mañana ocasiona fuertes molestias a los residentes en viviendas colindantes y cercanas a este pulmón melillense.
Por ello, demandan que se adecuen los horarios de este servicio o, en todo caso, que se utilicen otros sistemas de limpieza "menos ruidosos".
Asimismo, lamentan el ruido causado en el centro por los camiones de la empresa de limpieza circular. Dicho ruido, denuncian, se produce en torno a las 02:00 horas, despertando a pequeños y mayores.
"Quien ha podido huir del ruido de las gaviotas, se encuentra con esta situación".
Desde Medio Ambiente, el consejero dice respetar las quejas de los vecinos. Sin embargo, recalca que la limpieza de las calles es una cuestión de necesidad, la cual, afirma, se produce en muchos momentos del día.
En definitiva, los vecinos demandan la imperiosa necesidad de abordar esta situación para conseguir que su habitabilidad en el centro sea lo mejor posible, además de luchar en defensa de sus derechos.
Y locales como en la calle castelar, que dice ser un club motero, y se dedican a hacer fiestas hasta las seis de la mañana. Solo los fines de semana. Y nadie les dice nada.
El problema de la suciedad provocada por las gaviotas en el Campo Santo es ya insoportable,tanto que me atrevería a decir sin temor a equivocarme , que el de Melilla es el Cementerio más sucio de toda la geografía española.Ademas los familiares de nuestros difuntos nos vemos obligados a pagar una cuota mensual a personas que se dedican a limpiar los excrementos de gaviotas del las.tumbas,sobre todo en el cementerio de arriba.Sr consejero,llevan un año en el Ayuntamiento,solucionen este problema.Como dice el refran .Es un problema que afecta a dos, a los vivos y a los muertos.
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