El presidente de la asociación de vecinos del barrio, Abd El Krim, condena la agresión a un cartero, aunque considera que “podría haber ocurrido en cualquier otro sitio”.
La decisión de Correos de cortar el reparto postal en horario de tarde en La Cañada de Hidum por razones de seguridad no ha gustado a los vecinos de dicha barriada, que consideran que la empresa está siendo “injusta” con esta zona de Melilla. Hay que recordar que dicha medida, aún no anunciada de manera oficial, pero trasmitida a El Faro por fuentes internas de Correos, está motivada por la agresión e intento de robo que sufrió un repartidor el pasado miércoles mientras trabajaba en el barrio.
En declaraciones realizadas a este periódico, el presidente de la Asociación de Vecinos de La Cañada de Hidum, Abd El Krim Mohan, afirmó que por el acto de dos personas, las que asaltaron e intentaron robar al cartero, “va a pagar las consecuencias el barrio entero”.
Abd El Krim aseguró que el trato que han dado los habitantes de este barrio a los trabajadores de la empresa ha sido siempre excelente. “Nunca hemos tenido un problema de este tipo. Son profesionales muy bien recibidos en el barrio, hasta el punto de que no es nada raro que se les invite a pasar a las casas a beber un té”, añadió.
En la misma línea, recalcó que fueron los propios vecinos de La Cañada los que prestaron ayuda al trabajador de Correos cuando fue atacado. Además de auxiliar al cartero, fueron corriendo a donde se encontraba su motocicleta, cuyo cajetín estaban intentando forzar los cacos, quienes, al ver aparecer a los vecinos, desistieron en su intento y huyeron.
“Lamento mucho lo que le ocurrió al muchacho”, señaló Abd El Krim en relación al cartero agredido. “Si alguien lo ha atacado y consideran que hay tomar medidas para evitar que se repita, lo veo bien, pero creo que la decisión de cortar el correo por la tarde es algo extrema, desproporcionada”, agregó a El Faro.
El presidente de la Asociación de Vecinos del barrio insistió en que los trabajadores de esta empresa siempre han recibido un buen trato. “Se trata de un incidente bastante extraño, no tengo conocimiento de que haya ocurrido algo parecido nunca”, aseveró.
En palabras de Abd El Krim, se trata de un hecho aislado y que “podría haber ocurrido en cualquier otro lugar de Melilla”. Sea como fuere, la decisión de Correos se mantendrá hasta que se esclarezca si lo sucedido el pasado miércoles es algo puntual.
Para el presidente de la asociación de vecinos, los carteros “pueden ir al barrio con tranquilidad, ya que serán recibidos como siempre” y reiteró que la agresión del pasado miércoles fue “extraña y algo muy poco corriente”.
Según las fuentes de Correos de este periódico, la empresa incluso se plantea cortar el servicio de reparto si vuelve a tener lugar una agresión como la de la semana pasada. Hay que recordar que, además de este ataque, el mismo miércoles hubo un intento de robo en el centro de la ciudad y un hurto con amenazas en la plaza de la mezquita, en Reina Regente.
Así pues, habrá que esperar para ver si la calma vuelve a la barriada durante los próximos días. Desde Comisiones Obreras (CCOO), señalaron la semana pasada que existía el riesgo de que se produjera una suerte de efecto llamada y que los robos se convirtieran en algo habitual. Por contra, los vecinos no dudan de que se trata de un suceso puntual y, aunque se muestran comprensivos hacia la medida de Correos, también consideran que resulta algo extrema y desproporcionada.
La agresión que sufrió un cartero el pasado miércoles en La Cañada, concretamente en la calle Orión, ha metido el miedo en el cuerpo a buena parte de la plantilla, como señalaron en el manifiesto de apoyo a su compañero que leyeron el pasado viernes.
El trabajador fue golpeado con un bate de béisbol en la cabeza cuando iba en motocicleta, cayendo del vehículo a causa del impacto. Aunque sólo sufrió contusiones gracias a que llevaba puesto el casco, la plantilla considera que fue una agresión “salvaje y muy violenta”, todo ello con el objetivo de robar lo que el cartero llevaba en el cajetín de su motocicleta: Paquetes por valor de veinte euros.
No obstante, los propios empleados de la empresa coinciden al apuntar que el trato de los vecinos de La Cañada siempre ha sido bueno y que nunca antes se habían producido incidentes de estas características.
Sin embargo, la posición de la plantilla es firme: Que no se trabaje en la zona cuando caiga el sol por razones de seguridad y hasta que se esclarezca si el ataque fue un hecho aislado. Por el momento, la empresa ha aceptado esta demanda e incluso se plantea cortar todo el servicio si vuelve a haber ataques o robos en La Cañada de Hidum.