Los triunfos de la UD Melilla y Cádiz provocan cambios en la zona noble

El éxtasis vivido en el Álvarez Claro en la matinal del domingo por la trabajada y merecida victoria de la UD Melilla ante el Guadalajara, que se jugaba llegar a la última jornada sin depender de terceros para entrar en playoff, tuvo continuidad por la tarde en el Ramón de Carranza de Cádiz donde la escuadra amarilla, llevada en volandas por

12.600 almas, no desaprovechó la oportunidad de volver a recuperar la condición de equipo de playoff.
El conjunto melillense realizó un gran partido, probablemente el más completo de la temporada como local junto al que disputó en su día frente al FC Cartagena. Los azulinos saltaron al césped del Álvarez Claro con una dosis extra de motivación en busca de una victoria que le sirviera al menos para intentar mejorar la discreta décima posición que ocupaba en la tabla a la espera de que tanto el Cacereño como el Lucena fallaran, cosa que no ocurrió, para seguir manteniendo viva la llama de la Copa del Rey.
La sensación que había en la grada era la de que en cualquier momento iba a aparecer el famoso hombre del maletín, y cada vez que alguien pasaba por delante con alguna mochila o bolso era radiografiado por los ávidos ojos de unos aficionados  que rápidamente golpeaban con el codo al del asiento de al lado, esbozando una pícara sonrisa y haciendo un gesto indicativo.
Con maletín o no, lo cierto es que el Melilla fue mejor que su adversario al que conforme pasaban los minutos se le fueron apagando las luces y encendiendo el piloto de la ansiedad. El técnico visitante contestaba con sarcasmo a algunas de las preguntas que se le hicieron tras el partido en relación a la intensidad con la que se emplearon los azulinos. Sobraba esa actitud porque, seguramente, a lo largo de esta semana no faltarán las llamadas de su entorno para dar ánimos al vestuario del Cacereño de cara al partido que disputará el domingo frente al Cádiz CF. Y es que el cabreo y la alegría va por barrios. Lógicamente no faltarán argumentos: que si agotar las opciones de Copa, que si mejorar la clasificación, que si la profesionalidad, etc. Al margen de la alegría del Melilla y del Cádiz, la jornada trajo consigo también momentos de euforia para equipos como el Cartagena , el Córdoba B o El Palo. El primero porque con su victoria en el Nuevo Mirador ante el Algeciras certificó su pase a la siguiente fase, y los demás porque se aseguraron el estar un temporada más en la división de bronce del fútbol español. Por otra parte el Guadalajara no ha sido el único equipo que en la jornada del domingo deambulaba por el Paseo de los tristes. El Sanluqueño certificó su descenso a Tercera División mientras que Algeciras, La Roda, San Fernando y Arroyo afrontarán la última jornada con la soga al cuello y al pie del cadalso.

Mención especial para el CETI

Menció especial merece el apoyo que dieron los inmigrantes acogidos en el CETI de nuestra ciudad que acudieron al Álvarez Claro quienes, ajenos a maletines, primas y esas cosas, disfrutaron de lo lindo viendo un buen partido de fútbol y pasando una mañana diferente. Fíjense si quieren el bien para el equipo de la ciudad que los acoge, que asistieron con brujo incluido para transmitir buenas sensaciones a los jugadores azulinos y, a fuer de ser sinceros, no cabe la menor duda de que lo consiguió. ¡Hay que ver como corrían los jugadores azulinos y la magia de la que hicieron gala algunos de estos, sobre todo Nacho Aznar! ¡No hay más que hablar! El club azulino tiene que hacer las gestiones pertinentes para que la temporada que viene no falte ese calor y ese colorido que los chicos del CETI saben aportar como nadie, con el añadido de ser capaces de contagiar a una afición aletargada y anclada en la rutina del bostezo para sumarse a la fiesta y pasarlo en grande.