Los taxistas de Melilla esperaban volver a trabajar en la calle General Marina, donde llevaban más de 60 años antes de las obras que los trasladaron a la calle Sidi Abdelkader, conocida en el gremio como ‘el cementerio’ por la falta de trabajo. Sin embargo, para volver a su lugar habitual una vez que la calle está abierta desde el pasado sábado, necesitan que la Ciudad Autónoma disponga de suficiente espacio para los 15 vehículos a los que diariamente y de manera rotatoria les toca esa parada y que esta sea señalizada como tal.
Actualmente, existen las dos señales a ambos lados de la calzada, pero no están pintadas las marcas viales en el asfalto. Mientras la situación continúe así, cualquier coche particular puede aparcar ahí.
Lo que le resulta extraño al presidente de Unitaxi Melilla, Mohamed Lamrani, es que la Ciudad también haya colocado en General Marina el poste de teléfono mientras ellos están en Sidi Abadelkader, a una distancia de aproximadamente 200 metros, donde les han indicado que deben permanecer por ahora.
Lamrani remarca que los taxistas siempre están dispuestos a colaborar y, de hecho, la Administración local sólo ha colocado el poste de General Marina mientras ellos han corrido con los gastos de los postes de la calle Castilla y de la calle Ejército Español -5.200 euros de coste-, así como de la instalación de la fibra óptica en sustitución de la antigua línea de cobre y del contador de luz en las tres paradas que lo tienen disponible –Ejército Español, General Marina y calle Castilla, en el Real-.
El presidente de Unitaxi Melilla recuerda también la inversión hecha –con la ayuda del 50 por ciento por parte de la Ciudad Autónoma, a la que se lo agradece- al salir de la pandemia en el cambio a vehículos híbridos. De los alrededor de 60 taxis de la localidad, sólo faltan por renovar tres o cuatro, que son más costosos por ser adaptados a minusválidos, y también aquí Lamrani pide la colaboración del Ejecutivo local.
Hay que tener en cuenta que, de los 60 socios, sólo 43 están pagando sus cuotas –aunque, eso sí, usan los teléfonos de las paradas- de 20 euros. Así, ante la situación de apuro económico ante tantos gastos, y ya que ni siquiera reciben una subvención, el presidente de Unitaxi Melilla pide que puedan volver a su antiguo lugar de trabajo, mucho más reconocible por la ciudadanía.
Además, Lamrani no concibe que los taxis no contaminantes no puedan entrar en General Marina a trabajar y, en cambio, se vean allí “coches de más de 30 años aparcados y soltando aceite”, algo que, según él, está manchando “unos pavimentos que tienen poros”. Y menos con la normativa de la Zona de Bajas Emisiones.
Así, el mismo día que se abrió la calle, el pasado día 20 de abril, Lamrani presentó un escrito dirigido a las consejerías de Medio Ambiente y Naturaleza y Seguridad Ciudadana para pedir la vuelta de los taxis a su parada “histórica” en General Marina, aunque es consciente de que les va a “costar trabajo recuperar el trabajo” que había allí antes de que comenzara la obra. En cualquier caso, el presidente de Unitaxi Melilla no se rinde y cree que no se puede volver atrás con la parada en Sidi Abdelkader, sobre todo después de que ya se conformaran con el cambio de ubicación de la avenida Cándido Lobera a la calle Ejército Español, menos visible. A todo lo mencionado se une la situación de la frontera, que indudablemente ha hecho disminuir el volumen de trabajo del colectivo.
“Lo que pedimos es volver a nuestra parada. No pedimos nada más. Ni queremos subvención ni nada. Sólo volver a nuestro lugar de trabajo”, insiste Lamrani.
Sin centralita de momento
Tampoco, pese a que su intención sería comenzar con ello cuanto antes, puede Unitaxi Melilla abordar la instalación de una centralita. La sede de la asociación está preparada, pero ellos no pueden, como quiere la Ciudad, adelantar los 60.000 euros que cuesta montarla. Lamrani no ve de recibo que tengan que correr con los gastos de la contratación de cuatro trabajadores con sus respectivos seguros, porque no tienen dinero. Se trata de una demanda tanto de taxistas como de ciudadanos que, lamentablemente, no se puede llevar a cabo por este motivo.
Por ello, también aquí la asociación de taxistas solicita ayuda al Ejecutivo autonómico. Ellos están dispuestos a mejorar y seguir avanzando en el servicio público de Melilla, dice el presidente de Unitaxi, pero, en esta ocasión, tienen claro que no lo podrán sufragar sin el apoyo de la Ciudad Autónoma.