La UFP y el SUP reclaman una solución urgente a la situación, pues los agentes “se juegan la vida en desigualdad de condiciones”. El CEP exige que se tomen medidas judiciales y se solicite a Marruecos la extradición de Yahya Yahya y Said Chramti.
Los ánimos entre los sindicatos policiales en Melilla están caldeados. La Unión Federal de Policía (UFP), el Sindicato Unificado de la Policía (SUP) y la Confederación Española de Policía (CEP) están “hartos” de que los altercados y los incidentes en la frontera de Beni Enzar se sucedan con “impunidad” y con la “permisividad de las autoridades marroquíes”. Por ello, reiteran su propuesta de que este paso fronterizo permanezca cerrado hasta que cesen las agresiones a los agentes y el Gobierno de Marruecos tome cartas en el asunto. Por su parte, el CEP da un paso más allá y ayer, en declaraciones a El Faro, reclamó a las autoridades judiciales españolas que soliciten al país vecino la extradición de los “cabecillas” que provocan estos ataques a los agentes policiales, Yahya Yahya y Said Chramti, a los que acusó de utilizar a menores de edad para su “pequeña intifada”.
El portavoz del Gobierno de la Ciudad Autónoma, Daniel Conesa, pidió a “algunos sectores” que fueran “prudentes” en sus declaraciones y propuestas, como el cierre de la frontera, para no crear un “problema mayor”. La reacción a estas declaraciones no se hizo esperar por parte del SUP, quien envió un mensaje al portavoz del Ejecutivo local: “Este sindicato con la prudencia de la que siempre ha hecho gala insiste en que se debe cerrar la frontera hasta que el Gobierno de Marruecos dé una respuesta adecuada a lo que ha pasado”.
En la UFP se mostraron más comprensivos con las afirmaciones del representante gubernamental melillense, ya que se tratan de “declaraciones políticas”, aunque a pesar de ellas, esta organización volvió a insistir en el cierre de Beni Enzar “durante un tiempo hasta que no haya soluciones”.
“¿A qué espera la Delegación?”
Desde la UFP consideraron que esta escalada de altercados y agresiones en el paso fronterizo de Beni Enzar, de no poner una solución a tiempo, derivará en sucesos más graves. Por ello, apremió a las autoridades a tomar cartas en el asunto. “El delegado del Gobierno dice que está trabajando en ello. ¿En qué exactamente? ¿A qué espera la Delegación? Cualquier día va a pasar algo gordo, como una avalancha, y se tendrá que hacer uso de la fuerza. ¿Esperamos a que maten a un policía?”, se preguntaron en el sindicato.
“No nos pagan por jugarnos la vida y encima lo tenemos que hacer en desigualdad de condiciones”, afirmó la UFP y añadió que en la denominada Tierra de Nadie únicamente pueden permanecer las personas que van a cruzar la frontera, pero “se piensan que esto es Marruecos”. “En otras fronteras conflictivas responden”, dijo el sindicato, aludiendo a los conflictos en los pasos fronterizos entre Grecia y los países de los Balcanes colindantes. “Allí responden y la situación se sale de madre. Aquí en Melilla entendemos que la situación es anómala y complicada, pero vamos a tener que llegar al extremo de hacer que el Ejército intervenga”, sentenció.
Para la UFP, a la permisividad de las autoridades marroquíes ante los incidentes se suma la pasividad de las españolas con los agentes fronterizos. “Nos tratan como si fuéramos funcionarios al uso y no lo somos. Juegan con nosotros. Nos toman el pelo. El Gobierno abusa de la situación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y no hacen nada. Ni este Gobierno ni el anterior han hecho nada en la frontera. Todo tiene un límite y la situación se puede desbocar”, se quejaron.
La prudencia del SUP
En el seno del SUP se sintieron molestos con la petición de “prudencia” del Gobierno de la Ciudad Autónoma. “Dentro de la prudencia que nos ha caracterizado siempre, pedimos el cierre de la frontera. Estamos hartos y no saben cómo ponerle freno a esto”, declararon.
Además, recalcaron que la denominada Tierra de Nadie, igual que es respetada por las autoridades y ciudadanos españoles, también lo debe ser por parte de los ciudadanos y autoridades marroquíes. “La Tierra de Nadie es un espacio neutral y no se debe permanecer en ella, sólo las personas que van a cruzar la frontera”, dijeron, insistiendo en que estas declaraciones son “prudentísimas”.
Petición de extradición
Por su parte, el CEP dio un paso más allá en las peticiones de sus compañeros de la UFP y el SUP y exigieron a las autoridades judiciales, que cuentan con las denuncias de los policías agredidos y con los atestados de los incidentes, para que ordenen la extradición de las dos personas que provocan estos altercados, Yahía Yahía y Said Chramti.
“Apedrear a un agente de la Policía es un delito de atentado a la autoridad y los que provocan estas agresiones deben ser extraditados y juzgados para que paguen”, argumentaron desde el CEP. Es más, “si Marruecos es tan buen vecino, no tendrá problema en aceptar la extradición”.
El CEP apunta directamente a Said Chramti y a Yahía Yahía como los ‘cabecillas’ de una “pequeña intifada, utilizando a menores de edad para montar el pollo en la frontera. Utilizan a la juventud para lo malo y no para lo bueno porque ellos no pueden pasar a Melilla porque tienen causas pensientes. No es entendible que dos caraduras de última generación pongan en jaque a dos países”, apostilló el sindicato.
Por último, añadió que los que pagan las consecuencias de estos “desaguisados” son los propios melillenses, pues el coste de mantener la frontera supone “una pasta larga, cuyos resultados no son acordes al coste que tiene”.
La Jefatura puntualiza que no se cerró por completo la frontera
La Jefatura Superior de Policía de Melilla puntualizó ayer, en nota de prensa, que a raíz del altercado registrado en la noche del pasado domingo en la frontera de Beni Enzar, únicamente se cerró una de las puertas del paso peatonal, para agilizar el tránsito rodado. La Jefatura insistió en que se cumple el Acuerdo de Buena Vecindad entre España y Marruecos, especialmente, en lo relativo al control documental de los marroquíes con residencia en Nador y Driouch, a los que no se les exige visado para entrar en Melilla.
Insistió así en que hay que garantizar “la seguridad en el tránsito fronterizo, lo que impone exigencias de mayor control en el paso de aquellas personas que, sin poseer la nacionalidad española, intente acceder a Melilla en horario nocturno”.
El lanzamiento de piedras contra la verja y las instalaciones de la frontera de Beni Enzar por parte de un grupo de jóvenes a los que se le denegó la entrada en la ciudad, hizo recomendable, según la Policía, el cierre de alguna de las puertas peatonales, “por el tiempo mínimo imprescindible”, con objeto de proteger la integridad física de los transeúntes. “Los peatones que estaban cruzando la frontera fueron reconducidos por otras vías para que pudieran entrar en Melilla sin sufrir ningún daño”, afirmó en el comunicado.
A pesar de la alteración del orden causada por estos jóvenes, en ningún momento se produjo el cierre total de Beni Enzar, como sí sucedió el pasado día 27, ni tampoco se causó mayor alteración en el tránsito rodado, “que no se vio limitado o impedido”.
Por su parte, desde la Delegación del Gobierno en Melilla reprobaron estos hechos y aseguraron que se está trabajando “en distintos niveles” para conseguir que estos sucesos no se vuelvan a repetir.
Asimismo, coincidieron con la Policía en subrayar que España está cumpliendo el Acuerdo de Buena Vecindad, sujeto a cuestiones de seguridad. Por último, la Delegación transmitió su apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y añadió que los autores del lanzamiento de piedras están denunciados.