Los sanitarios melillenses denuncian 80 casos de malos tratos en lo que va de año

El Barkani destacó que la lucha contra violencia de género no es cuestión de ideologías, “sino de eficacia y trabajo”.

La directora de Enfermería de Atención  Primaria, María Isabel Montoro Robles, indicó que a lo largo de este año se han denunciado al juzgado unos 80 casos de violencia de género. Es una cifra menor que en 2011, año en el que se llegaron a realizar 125 partes de lesiones de mujeres que habían sido agredidas por sus parejas. Estos casos forman parte de las cifras oficiales de la Unidad de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer que dirige Lola Valverde, que indicó que este año en total se han registrado 163 denuncias. Aunque esta cifra sea menor a la de 2011, no implica que se hayan reducido el número de mujeres que reciben malos tratos, según apuntó Valverde, pues también juega en contra de estas melillenses el miedo a denunciar su caso ante la Policía y otra institución.
Los sanitarios están cada día más formados para detectar si una mujer está siendo víctima de la violencia de género, según destacó Montoro, gracias a jornadas como la que comenzó ayer en el centro de salud de la zona centro.
El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, fue el encargado de inaugurar las V Jornadas Sanitarias sobre Violencia de Género, que continuarán esta tarde en este mismo ambulatorio.
El Barkani aseguró que la lucha contra esta lacra social “no es una cuestión de ideología política, sino de eficacia y trabajo” entre las administraciones. El delegado del Gobierno indicó que el trabajo de prevención que hacen los sanitarios a la hora de detectar casos de malos tratos en mujeres es muy importante y, por ello, les animó a seguir formándose en este ámbito.
El Barkani destacó las palabras de la ministra de Sanidad, Ana Mato, que aseguró que la violencia que ejerce un hombre sobre una mujer es “una discriminación de primera magnitud”. El delegado afirmó que la mejor forma de erradicar los malos tratos que reciben las mujeres de parte de sus parejas es seguir trabajando en la igualdad entre ambos sexos.

El papel del sanitario

La directora de Enfermería de Atención Primaria explicó que los sanitarios tienen una serie de pistas para sospechar de si una mujer está siendo víctima de violencia de género. Montoro indicó las melillenses que sufren malos tratos suelen acudir con cierta frecuencia a las consultas médicas sin que padezcan una enfermedad que lo justifique. Además, indicó que muchas presentan insomnio y síntomas de depresión.
Montoro aseguró que gracias a estas jornadas sanitarias, los médicos y enfermeros tienen más herramientas para detectar estos casos en las pacientes que reciben en sus consultas.
La director de Enfermería de Atención Primaria indicó que los sanitarios tienen un parte de lesiones específico para este tipo de violencia ejercida a la mujer y que se presenta en el juzgado para que desde esta institución se ponga en marcha todo el mecanismo de asistencia y protección a esta melillense.
Por otro lado, la coordinadora de la Unidad contra la Violencia hacia la Mujer de la Delegación de Gobierno destacó que el perfil no ha cambiado en los últimos años. Así, explicó que el 50% de las denuncias son de mujeres españolas y el resto de extranjeras y que esta misma proporción es la de los agresores.
Valverde insistió en que el papel de los sanitarios es muy importante a la hora de detectar a tiempo un caso de maltrato, ya que los médicos y enfermeros pueden ver en sus pacientes los primeros indicios de que está sufriendo una situación de violencia en su casa ejercida por su pareja sentimental.

Aumenta el número de jóvenes maltratadas

La enfermera Esperanza Romero ofreció ayer una conferencia en estas jornadas tituladas ‘Amores que matan’. Romero indicó que en 2010 no hubo ningún caso en Melilla de mujeres menores de 30 años víctimas de violencia de género. Sin embargo, en 2011 se detectaron cinco. Por ello, insistió en la importancia de concienciar a los jóvenes sobre cómo evitar conductas machistas, que pueden acabar en violencia. Los primeros signos de sospecha son que la joven cambie su forma de vestir y deje de lado a sus amigas por el chico con el que sale.