En mayo del año 2012, el poblado de chabolas del cerro de Palma Santa era desmantelado por la Guardia Civil. Se ponía así punto y final a este asentamiento que era utilizado por los residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) para pasar su tiempo libre. A día de hoy, se han vuelto a crear varias de estas infraviviendas, más de una veintena, según informó en la jornada de ayer el máximo dirigente de la ONG Prodein, José Palazón Osma.
La gran diferencia con el poblado que había anteriormente, es que ahora las chabolas están diseminadas por los alrededores para no llamar la atención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Asimismo, las infraviviendas están más ocultas que nunca, aprovechando cualquier recodo de los arroyos de la zona o partes donde la vegetación es más tupida para no ser molestados por nadie.
Los principales usuarios de las chabolas son de origen argelino, según Palazón, pues se trata de un colectivo que suele toparse con problemas a la hora de acceder al CETI. Hay que recordar que muchos pasan a Melilla usando documentación marroquí que no les pertenece. Cuando llegan al centro, o no tienen su documentación auténtica o siguen con la de Marruecos, por lo que muchos son considerados habitantes del país vecino y, por tanto, se les prohíbe la entrada.
También son frecuentadas por los que son expulsados del CETI de manera temporal. “¿Dónde van a dormir los inmigrantes que son sancionados sin poder entrar en el centro varias noches? Es natural que se busquen algún sitio”, defendió Palazón.
El máximo dirigente de Prodein negó tajantemente que las chabolas hayan aparecido a causa de la masificación que sufre el CETI, donde actualmente hay más de 1.300 personas viviendo, pese a que su capacidad máxima es de 480. “Llevan varios meses. Puede que con la llegada de más residentes hayan comenzado a visitarlas más, pero no se trata de algo nuevo”, recalcó.
Asimismo, explicó que los inmigrantes usan estas infraviviendas para “evadirse” del centro y pasar su tiempo libre, siguiendo sus costumbres, cocinando o con sus familiares.
Con tablas y plásticos
Al igual que las de Palma Santa, las chabolas de los inmigrantes están fabricadas con tablas de cajas e impermeabilizadas con plásticos para combatir el frío y la lluvia. Se trata de dos materiales muy inflamables que en el pasado han provocado algún que otro susto, al producirse incendios.
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