"Voy a tener que pedir dinero prestado, el lunes me doy de baja. Nos tienen que ayudar". Son las palabras de desesperación de Lahabib Hamida, uno de los pescaderos del Mercado Central, que no sabe cómo hacer frente a sus facturas ante la falta de clientes.
No es el único comerciante que ha pensado en bajar la persiana de forma definitiva si los pasillos del Mercado Central continúan como lo han hecho hasta ahora, totalmente vacíos a cualquier hora de la mañana.
La situación es desesperada para la gran mayoría. La estampa general en la segunda planta del mercado es la de un desierto. Pescaderos que se miran las caras unos a otros, esperando que entre algún cliente. Si algo les sobra además del pescado que no consiguen vender, es el tiempo. Algunos los dedican a charlar junto con el propietario del puesto de al lado. Otros, como Hamida, a pensar qué van a hacer para seguir poniendo un plato de comida en sus mesas.
"Nos han matado", se lamenta. Con lo que saca de lo poco que consigue vender, a penas recibe beneficio para poder hacer frente a las facturas, la cuota de autónomos y por si fuera poco, para alimentar a sus seis hijos.
"¿Cómo le doy el pan a mis hijos? ¿Cómo lo hacemos?", se pregunta Lahabib Hamida, después de no haber vendido absolutamente nada desde las ocho de la mañana que abrió al mediodía.
Para él, los políticos los han dejado "a la mano de Dios". Al cierre de la frontera, la subida de los costes por la inflación y la obligación de no abrir lunes y martes, se les ha sumado la venta ilegales de pescado. Según ha contado a El Faro algunos melillenses, no es raro ver algunos puestos de pescado por las calles. Sobre todo, en el rastro.
Si la situación continúa así, dice, se ha replanteado el cierre de su negocio a muy corto plazo. Hamida no puede seguir vendiendo el pescado en ocasiones, incluso a pérdidas por no tirarlo. Él solo pide ayuda a las autoridades competentes.
Es una situación muy parecida a la que vive otro de sus compañeros, también llamado Hamida. Sus quejas son las mismas y lo peor, señaló, es que todo va cada vez a peor. "Estamos fatal, no sacamos ni para comer", se lamentó este comerciante.
El problema afirma es que el pescado está muy caro. Incluso los boquerones, que solía ser un pescado no muy caro, les sale al coste por unos 6 euros. Esto provoca que los tengan que vender como poco por unos siete u ocho euros el kilo.
Con estos precios, dice, los pocos clientes que entran, compran lo justo. “Hay veces que lo vendemos por menos del coste porque el pescado se pone malo”, comentó a El Faro. La solución, no la ven por ningún lado. "Perdemos el trabajo y el dinero", añadió.
Durante la visita al mercado, El Faro fue testigo de la soledad del mercado. Pocos clientes entraron y los que lo hicieron, compraron.
Una de estas clientas fueron Mari Carmen y Lola, dos primas melillenses que acudían buscando coquinas. Lola a pesar de haber nacido en Melilla, lleva más de treinta años viviendo en Málaga y sin volver a la ciudad.
A pesar de que asumen que las coquinas están por las nubes, a Lola le apetecían y Mari Carmen no dudó en acudir a buscar el deseo de su prima aunque sin fortuna.
Para ellas el problema es evidente y parece que tienen la clave. Los supermercados y la venta ilegal han provocado que el mercado esté como está.
"Antes, cuando el pescado venía de Marruecos, se vendía mucho más en los mercados, pero ahora la venta se la llevan los supermercados que pueden ofrecer unos precios más competitivos al comprar al por mayor", comentaron ambas.
Las grandes superficies se han hecho con el mercado, dicen. “Solo hay que mirar lo vacío que está este mercado y el del Real y los supermercados a tope”. Es por ello, que ellas también asumen que el comercio local está muriendo.
La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…
En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…
Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…
De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…
Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…
Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…