Si el equipo azulino hubiera hecho del Álvarez Claro un fortín, ahora estaría con pie y medio en el play-off de ascenso a Segunda división A. La igualdad es la principal nota en los puestos altos.
La Unión Deportiva Melilla certificó la permanencia en la categoría a falta de dos jornadas para la conclusión del campeonato. Pudo haber sido peor, pero también mucho mejor. Aunque como valoró el técnico azulino a la conclusión del choque ante el Almería B, al final cada equipo ocupa en la tabla la posición que se merece.
Aunque tiempo habrá de realizar un análisis más exhaustivo cuando concluya la temporada, bien es cierto que el equipo melillense podría estar peleando en estos momentos por uno de los puestos de privilegio si se hubiera mostrado algo más regular en los partidos de casa. El Municipal Álvarez Claro, otrora un auténtico fortín, dejó de serlo, sobre todo, a raíz de la segunda vuelta del campeonato en la que el conjunto norteafricano dejó escapar demasiados puntos. En la primera parte de la Liga los de Juan Moya sólo encajaron una derrota, la cosechada ante el Sevilla Atlético (0-1) y tres empates frente al Écija, Sanluqueño y Linense. Mientras que en la segunda parte de la Liga, el equipo ha encajado hasta la fecha (aún queda un partido en casa) cuatro derrotas ante UCAM (0-1), Loja (0-1), La Roda (0-1) y Cádiz (0-2) ; y ha acumulado tres empates. Todo ello hace un total de 27 puntos perdidos ante una afición que sólo ha visto ganar al equipo en siete ocasiones en las 18 comparecencias como anfitrión. Por lo que Álvarez Claro ha sido el auténtico talón de Aquiles del conjunto unionista.
Como se suele decir, a toro pasado es fácil hacer una valoración. Pero no es menos cierto que, independientemente de las circunstancias que se han dado durante la temporada, la UD Melilla ha llegado al tramo final del curso con auténticas posibilidades para optar a la siguiente fase. A falta de siete jornadas para acabar la liga, el equipo azulino tenía que disputar tres partidos lejos de su feudo y los cuatro restantes como local, con la ventaja que, en teoría, ello supone. La derrota en Arroyo de La Luz hizo mucho daño, aunque no resultó definitiva ya que analizando los resultados dados en las cuatro últimas jornadas, el Melilla ocuparía en estos momentos el tercer puesto de la clasificación con haber hecho bien los deberes como local y haber ganado los tres últimos partidos disputado en casa, en los que la escuadra melillense sólo ha sido capaz de sumar un punto de los nueve disputados. Con ocho puntos más, ahora estaría con 57 puntos, uno más que Lucena y San Fernando, tercero y cuarto respectivamente en la tabla.
Quizá no sea el momento todavía de analizar y reflexionar sobre la confección de la plantilla. Ni de las decisiones tomadas a mitad de curso con relación a la marcha de jugadores importantes que dejó claramente desequilibrado al equipo, independientemente de la incorporación de calidad que se hizo. Para ello, habrá que tener datos más contundentes sobre el coste del plantel y así poder hacer una valoración más acorde, ya que no hay que olvidar que la plantilla de esta temporada sufrió un recorte importante en cuanto a presupuesto con relación a la temporada precedente, y mucho más aún con respecto a las anteriores. También habrá tiempo de valorar la aportación de los jugadores canteranos a lo largo del ejercicio que está a punto de finalizar. Ahora sólo queda, por una parte, lamentarse de lo que pudo ser y no fue; y por otra, celebrar la consecución de la permanencia, cosa que no es 'moco de pavo'.
En el balance anual tampoco hay que olvidar la trayectoria que ha llevado el equipo en la Copa del Rey, en la que llegó hasta dieciseisavos de Final donde cayó de manera honrosa ante el equipo revelación en esos momentos tanto en Primera División como en la Europa League, el Levante UD. La UD Melilla buscó con ahínco ante el filial del Almería, el poder pelear para estar de nuevo en el torneo del KO, pero enfrente tenía también a un equipo repleto de promesas que ansían metas mayores y que no se lo puso fácil. Por lo que ahora toca hacer balance de lo realizado y comenzar a preparar el próximo proyecto.
La jornada trigésimo sexta arrojó un cambio en el liderato y certificó otro descenso. El Real Jaén aprovechó el tropiezo inesperado del FC Cartagena ante el ya descendido Betis B, para alzarse de nuevo a lo más alto de la clasificación. El equipo jiennense depende otra vez de sí mismo para conseguir el entorchado de campeón y por ende intentar dar el salto de categoría por el camino más corto. Será la tercera vez de manera consecutiva que el equipo de Manolo Herrero optará por dar el salto a la División de Plata, pero antes tendrá que defender su privilegiada posición ante dos huesos que pugnan por salir del pozo de la Segunda B. Almería B y San Fernando no se lo pondrán fácil al equipo del Santo Reino, por lo que la emoción en la parte alta está servida hasta el último instante.
Como ha venido siendo una tónica habitual en el último tramo de liguero, sólo un equipo de los diez primeros clasificados del Grupo ha conseguido sumar los tres puntos de una tacada y en esta ocasión le ha tocado al Jaén, el resto tuvo que conformarse con el empate o con la derrota como le ha ocurrido al Lucena CF. Un equipo, el lucentino, que se mantiene en puestos de liguilla de ascenso a pesar de no conocer el triunfo en las últimas cuatro jornadas, lo que habla a las claras de la irregularidad existente en el Grupo IV. Para unos un Grupo muy mediocre y para otros muy igualado. Así es esto del fútbol.
La jornada trajo consigo un nuevo descenso. En este caso, el San Roque de Lepe certificó su regreso a la Tercera División tras una caída en picado iniciada en la segunda parte de la primera vuelta. Por su parte, el Loja CD tiene muy difícil continuar en la categoría de bronce, mientras que el UCAM Murcia continúa aferrándose al milagro tras ganar al Sevilla Atlético, que entra de lleno en lucha por salvarse de la quema. El Cádiz CF y La Roda, aunque algo más desahogados tampoco pueden respirar tranquilos cuando sólo quedan seis puntos en juego.
A todo esto, ni la Balompédica Linense ni el Albacete Balompié desisten de su intento de acabar entre lo mejores y seguirán intentándolo en la próxima jornada. Una jornada que se disputará en horario unificado, todos los partidos el domingo por la tarde, y en la que no hay un solo campo en donde algunos de los equipos si no los dos, se jueguen algo.
La plantilla azulina vuelve hoy al tajo después de disfrutar de dos días de descanso concedido por el cuerpo técnico. Los de Juan Moya comenzarán a preparar el partido del próximo domingo que se disputará en el Bahía Sur ante el San Fernando CD y para el que el técnico melillense no podrá contar con los servicios de Chota, Nacho Aznar y Andrés Sánchez. Los dos primeros por acumulación de amonestaciones y el tercero como consecuencia de la expulsión sufrida el pasado sábado por doble amonestación.
De esta forma, muchos serán los cambios que tendrá que introducir el primer entrenador de la escuadra de nuestra ciudad de cara a su próximo once inicial y tratar de conseguir la victoria en uno de los terrenos de juego más difíciles que existen en la categoría.
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