Los padres de Emin y Pisly lo tienen claro: “Seguiremos hasta el final. Se lo prometimos”

Vídeo: Gustavo Navarro

Casi tres años después de la muerte de los dos jóvenes, sus progenitores continúan con su lucha para conseguir que se haga justicia. Aseguran que se sienten abandonados por un Gobierno, que consideran que no ha hecho nada

Los padres de Emin y Pisly lo tienen claro: Van a seguir luchando hasta el final. El mes que viene se cumplen tres años del fallecimiento de estos dos jóvenes que murieron a consecuencia de los disparos efectuados por la Marina Real Marroquí mientras navegaban en su embarcación en Punta Negri. En todo este tiempo no han cesado de pedir una explicación sobre lo ocurrido. Sin embargo, nadie la ha dado. Los dos hombres no tienen ninguna duda, seguirán buscando una respuesta. “Les prometimos a nuestros hijos que haríamos justicia y lo vamos a hacer”, aseguran. En la lápida de los dos muchachos aún está libre el espacio para escribir, en el momento en el que sea posible, ‘descanse en paz’. Por ahora, no han podido hacerlo.

Ahora, la Audiencia Nacional ha decidido seguir investigando el caso tras rechazar la petición de la Fiscalía de archivar el asunto aludiendo a que se produjo en aguas marroquíes. La Audiencia considera que los hechos ocurrieron en una embarcación con bandera española y por tanto los tribunales de nuestro país tienen jurisprudencia. Los padres de los dos jóvenes están satisfechos con la noticia. “Es una rayo de luz, después de tantos malos momentos”, aseguró el padre de Emin. Sin embargo, los dos hombres siguen lamentando la falta de información por parte del Gobierno.

Estos dos padres coraje han tocado a todas las puertas y se han asomado a todas las ventanas en las que han visto alguna posibilidad de poder aclarar lo ocurrido con estos dos jóvenes. En la mayoría de las ocasiones se las han encontrado cerrada. “No entendemos que el Gobierno nos haya dado la espalda. Si hemos hecho algo mal que nos lo digan. Nosotros sólo somos dos padres que vamos a ir donde sea necesario”, dijeron los dos hombres en su encuentro con El Faro en el cementerio musulmán.

Cada día 27

El recuerdo de sus hijos es lo que los mantiene con fuerza para seguir adelante, incluso en los momentos en los que resulta complicado. Cada día 27, ellos junto a familiares, amigos y miembros de los grupos de la oposición se reúnen en la Plaza de España para luchar por que el recuerdo de los dos melillenses se mantenga intacto y para exigir justicia. “¿Crees que a nosotros nos apetece concentrarnos todos los meses para revivir lo que ocurrió? No. Pero si no tenemos respuesta del Gobierno tenemos que seguir. Estoy convencido de que ni siquiera han pedido una explicación a Marruecos”, asegura el padre de Emin.

Los dos hombres recalcan que han intentado reunirse en innumerables ocasiones con responsables de nuestro Gobierno. Unas veces se ha hecho caso omiso a su petición y cuando se han sentado en una mesa junto a ellos, han sentido que lo hacían prácticamente por compromiso. El último encuentro fue con el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, que visitó Melilla tras el seísmo de enero. El padre de Emin asegura que estuvo a punto de levantarse de la mesa y marcharse. “Nos recibe 27 meses después de la muerte de nuestros hijos, primero dice que el caso está archivado y después que no lo sabe. ¿Cómo puede no saberlo? Estamos hablando con un ministro”, señala.

Reuniones

Las palabras de García- Margallo ni convencieron a los dos hombres ni sirvieron para tranquilizarlos. En abril conocen que se quiere archivar el caso. Entonces elaboraron un recurso, con la ayuda del despacho de abogados de Baltasar Garzón, para que la Audiencia Nacional continuara con la investigación. Han cumplido su objetivo y se abre una rayo de esperanza.

No obstante, los dos hombres siguen confiando en que nuestro Gobierno actúe. “Eran dos ciudadanos españoles y la obligación del Ejecutivo es proteger a sus ciudadanos. A pesar de todo, aún creemos en los gobernantes y en la justicia”, señalan.

A sólo un mes de que se cumpla el tercer aniversario del fallecimiento de los jóvenes, sus familiares tienen claro que van a continuar tocando a todas las puertas que sea necesario hasta que tengan una respuesta. “Se lo prometimos, recuérdalo, se lo prometimos”, le dice Dris a Abdeslam.

Habitaciones intactas, ropas usadas y un recuerdo imborrable

Los recuerdos se agolpan en las cabezas de Abdeslam Ahmed y Dris Mohamed, los padres de Emin y Pisly. Van apareciendo atropellados, entre sonrisas y lágrimas, mientras los dos hombres hablan de sus hijos como si aún estuvieran con vida. No ha habido ni un día desde el 27 de octubre de 2013 en el que estos dos hombres no hayan pensado en los muchachos. Sus habitaciones continúan intactas e incluso guardan las últimas ropas que se pusieron sin lavar, para conservar su esencia. El tiempo se paró aquel día, aunque ambos son conscientes de que tienen que seguir adelante por dos motivos: estar con el resto de su familia y luchar para que se haga justicia.

El padre de Emin asegura que todas las noches se va a la cama pensando en su hijo. Mientras trabaja o cuando llega a casa, él siempre está presente. “No hay día que no tenga dos o tres conversaciones en la cafetería sobre mi hijo”, asegura. No es el único en su familia que tiene muy presente al joven. Su hija pequeña dice que habla con él y tiene un diario en el que recoge todo lo que siente por su hermano. “Es un diario privado, pero soy su padre y ella es pequeña y tengo que controlar esas cosas. Un día lo leí y todo era sobre Emin. Decía que lo echaba de menos, que le habían quitado lo que más quería”, lamenta el hombre. La pequeña espera cada cumpleaños un regalo que ya nunca llegará. Su esposa guarda en un cajón la última camiseta que el muchacho llevó puesta antes de morir.

En la casa de Pisly la realidad no es muy distinta. Su padre conserva también las últimas ropas que vistió su hijo. Tiene la habitación intacta y a veces entra para rebuscar entre sus cosas y sentirlo más cerca. Vive con su otro hijo. “Cuando llego a casa y veo a mi hijo solo jugando a la consola me doy cuenta de que echa de menos a su hermano. Cuando hay fútbol también. Uno era del Barça y otro del Real Madrid, los dos discutían, se gritaban. Ahora sólo hay silencio”, relata Abdeslam. Sobre la tumba de su hijo, el padre ha colocado una Aloe Vera, la última que plantó Pisly cuando aún vivía.

La última cena entre amigos

Los dos muchachos salían juntos. “Emin me llamaba tío. Era uno más de la familia”, recuerda Abdeslam. “Eran dos muchachos buenos”, asegura Dris. Dos días antes de su muerte, se reunieron en la casa de Pisly para cenar con unos amigos. “Les preparé cordero, había sido la Fiesta del Aid El Kebir unos días antes. Se comprometieron a fregar los platos y dejarlo todo listo. Parecía que sabían que algo iba a pasar, que se estaban despidiendo”, relatan los padres.

Dris no puede olvidar a una joven que acudió a darle el pésame unos días después del suceso. Él no la conocía. Su hijo le había ayudado después de que se pusiera enferma mientras conducía su coche. Después siguieron quedando. “Me dijo que estaba tranquila porque al menos él le había robado un beso”.

Pasan de la tristeza a la rabia. Apenas pueden contener el dolor. Hablan con sus hijos frente a sus tumbas y sienten que les dan la fuerza que necesitan. En la sepultura de Pisly hay un dinosaurio de juguete colocado por su sobrina. Los dos hombres besan las tumbas de los dos muchachos antes de emprender el camino de vuelta a casa. No hay consuelo, pero aún les sale una sonrisa cuando recuerdan los buenos momentos. “A veces damos gracias por haber podido tenerlos con nosotros veinte años.