La compañía de transportes en el sector de la construcción debe a los trabajadores parte de sus salarios desde julio de 2011. El día 31 ambas partes están citadas en el juzgado.
La crisis económica ha calado hondo en el seno de la empresa melillense Melitrans, cuyos trabajadores decidieron ayer plantar cara a la compañía por impago y retrasos en sus nóminas desde julio del año pasado. A cada trabajador, con contrato fijo y una media de antigüedad de diez años, se le deben entre 7.000 y 9.000 euros. La empresa se justifica y asegura estar en quiebra, pero los trabajadores, padres de familia, han tenido que vender algunas de sus pertenencias para poder subsistir. Uno de ellos en este 2012 ya han comenzado a dejar de pagar el alquiler de su vivienda y ha sido un vecino quien le ha pagado el enganche del suministro de luz.
El responsable del sector de la construcción de la UGT, Abdeselam Anana, mostró su apoyo y respaldo a ests empleados. Aseguró que en los diez últimos meses “han estado colaborando con la empresa”, pero la situación es ya “crítica”, por lo que han recurrido a la Inspección de Trabajo y a los tribunales. De hecho, el próximo día 31 de este mes acudirán al juicio sino se remedia antes.
Anana aseguró que los trabajadores quieren una solución y están dispuestos a colaborar y llegar a un acuerdo con la empresa, incluso renunciando a su finiquito, pero los empleados aseguran que el empresario “no quiere hablar con nosotros”. “La empresa nos ha venido pagando algunos atrasos de 150 y 300 euros durante este tiempo, pero con esto no se saca adelante a una familia”, asegura uno de los afectados Abdelam Mehamed.
Este trabajador confesó que ha tenido que vender su coche para afrontar sus gastos y mantener a sus cuatro hijos. Además, ha dejado de pagar el alquiler de la casa a Emvismesa. “Estamos en una situación crítica y el empresario nos dice que nos vayamos para que así no nos tenga que pagar nada ni tengamos derecho al desempleo”, dijo.
Otro de los empleados, Emilio Herrera, afirmó que la empresa conserva su flota de vehículos y maquinaria y que su propietario podría optar por vender algunos camiones y saldar su deuda con los trabajadores.
El dirigente sindical informó de que el dueño de Melitrans le ha comunicado que la empresa “procederá a realizar un ERE, por el que se declarará en quiebra y será el Fogasa quien se haga cargo de lo que se le debe a los trabajadores”. En este sentido, Anana aseguró que el empresario se niega a llegar a un acuerdo con los ocho trabajadores, quienes, en su ánimo de colaborar con la compañía, “han expresado su intención de renunciar al finiquito y cobrar una cantidad menor de la que se le debe, pero el dueño no accede”.
“Quiere que nos vayamos voluntariamente, sin pagarnos nada. Está esperando a ver si se puede acoger a la nueva ley –en referencia a la reforma laboral– para despedirnos”, argumentaba otro de los afectados.
El representante sindical, en declaraciones a El Faro, aseguró que por el momento y hasta la fecha del juicio no emprenderán ninguna movilización, a la espera de ver cómo se resuelve esta situación. Ante la cuestión de por qué se ha esperado diez meses para denunciar públicamente esta situación, Anana respondió que ha sido expreso deseo de los trabajadores, quienes “en todo momento han estado colaborando con la empresa, no poniendo denuncias en la Inspección de Trabajo y en los juzgados hasta que ahora la situación se ha tornado muy crítica”.
Anana aseguró que desde el sindicato se ha brindado a estos empleados el asesoramiento necesario así como apoyo moral, y que, desde el principio han estado con ellos.
La empresa alega que se le debe 150.000 euros y está en quiebra
El Faro se puso en contacto ayer con el propietario de Melitrans, Julio Martín Aguilera, quien aseguró que la empresa no está pasando por su mejor momento.
Tanto es así que calcula que se le deben 150.000 euros del proyecto de construcción del supermercado Lidl, cuya contrata ha entrado en suspensión de pagos y concurso de acreedores, “arrastrándome a mí y a mi empresa a la quiebra, que es la situación en la que estamos”.
Además, desde el pasado mes de septiembre “no ha entrado nada de trabajo”, lo que ha agravado la situación de esta empresa melillense y la demora en intentar cobrar parte del dinero que se le debe a la empresa de proyectos y obras que se realizaron en años anteriores está terminando de ahogar a Melitrans.
“Me gustaría que se solucionara este asunto, pero con el palo del Lidl y los atrasos de otros cobros, la empresa está en una situación límite”, explicó Martín Aguilera.
El dueño de Melitrans mostró su preocupación por la situación de su empresa así como la de sus trabajadores y aseguró que se les debe “parte de las nóminas” desde el año pasado y a su “pesar” tendrá que decidir finalmente el despido de todos ellos.
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