El Palacio de la Asamblea celebró un pleno extraordinario en el que los pequeños expusieron sus principales dudas a la vicepresidenta primera, Cristina Rivas.
La edad media de los participantes en el pleno extraordinario de ayer bajó considerablemente la habitual. Más de una decena de niños gitanos se reunió en el salón de plenos con la vicepresidenta primera de la Asamblea, Cristina Rivas, para trasladar a la Ciudad sus dudas y peticiones. Desde los bancos donde habitualmente los diputados de los diferentes grupos políticos presentan sus preguntas al presidente de Melilla, Juan José Imbroda, los pequeños expusieron sus dudas.
A las 12 de la mañana, una docena de pequeños, de diferentes edades, tomaba asiento y escuchaba atentamente mientras Rivas les explicaba que se encontraban en la sala más importante del edificio, en la que están representados todos los melillenses. La vicepresidenta primera hizo un pequeño recorrido por el funcionamiento de la Asamblea y explicó a los pequeños cuáles son las dependencias que hay en el Palacio.
Rivas aprovechó además para hacer alusión a la celebración el próximo domingo del Día Internacional del Pueblo Gitano, motivo por el que ayer el Ayuntamiento acogía la presencia de los pequeños.
Después de la explicación, fue el momento de abrir el turno de preguntas para los pequeños, que tardaron en arrancar con sus intervenciones. La mayoría estaban nerviosos, pero poco a poco fueron encendiendo el micrófono para sorprender a los presentes con dudas de todo tipo.
El primero de los niños quiso saber cuál era el trabajo de un alcalde. A qué dedica su tiempo y cuáles son sus responsabilidades. Entre las cuestiones hubo tanto preguntas relativas directamente a la etnia gitana, cómo si alguna vez habrá un gitano en el gobierno de la Ciudad Autónoma. Otro pequeño aludió a por qué siempre se habla de cuatro culturas en lugar de cinco, excluyendo a la calé. En esta línea, otro de los niños preguntó qué debería hacer la comunidad gitana para que se la considerara igual que al resto.
Pero los pequeños se preocuparon también por saber cuál puede ser la forma de solucionar los problemas económicos que ahora mismo afectan al país. Así, mientras unos preguntaron si la crisis había afectado a la ciudad, otros querían saber cuando terminaría esta coyuntura económica que tantos quebraderos de cabeza trae a sus padres.
La reforma laboral y sus consecuencias en Melilla también formaron parte de las dudas expuestas en el salón de plenos.
Los niños también quisieron aclarar algunas cuestiones respecto al funcionamiento interno del Gobierno local. Así, mientras uno preguntó quién tiene la última palabra cuando todos los diputados no se ponen de acuerdo, otro apuntó si los consejeros tenían que pedir permiso al presidente de la Ciudad a la hora de tomar decisiones importantes.
Tras las intervenciones, Cristina Rivas se comprometió a trasladar sus dudas al presidente de la Ciudad y les acompañó en un recorrido por el edificio para que conocieran el Palacio. Una vez terminado el paseo, los pequeños se reunieron en el Salón Verde, donde disfrutaron de una merienda, uno de los momentos más esperados.
Los niños se fueron del Ayuntamiento sorprendidos y contentos de haber podido conocer, por un día, el interior de un edificio que despierta su curiosidad y en el que, como ellos mismos dijeron, se hacen cosas importantes.
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