El presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, Benito Gallardo, impartió en la tarde de ayer la conferencia ‘Melilla en la Antigüedad’, una actividad que se ha llevado a cabo en el marco de la programación de las fiestas patronales del barrio El Tesorillo. Benito nació y creció en este barrio y aún guarda vínculos con la zona. Por ello, indicó que su intención no es dar una conferencia como tal, sino “una charla en familia”.
Rusadir
La intención de Gallardo con esta charla fue la de acercar a los vecinos del barrio El Tesorillo a la historia antigua de Melilla.
“La época fenicia es la más antigua que se conoce. El origen de la antigua Rusadir data del tiempo de los fenicios, pero tuvo distintos nombres, como Metagonium o Acros. Estos dos últimos vienen de la época griega”, aseguró el experto en historia de Melilla.
Según contó el presidente de la Asociación de Estudios Melillenses, los primeros asentamientos en la antigua Rusadir datan del siglo VII a.C.
La intención del asentamiento por parte de los fenicios en la antigua Rusadir guarda similitud con las mismas que les llevaron a otras partes de la península. La principal fue el interés geográfico que suscitó entre algunos comerciantes fenicios que aprovecharon este espacio por su buena conexión con las rutas comerciales del este del Mediterráneo, ubicación de donde eran oriundos y que comprendía la extensión geográfica de lo que ahora es Siria, Líbano y Palestina.
El presidente de la Asociación de Estudios Melillenses señala que, en un principio, Rusadir “fue un asentamiento nada estable en cuanto a población”. Aunque esta situación fue cambiando con el paso del tiempo cuando se empezó a saber que “existía cierta protección hacia los que venían a la zona en barcos. Ahí fue cuando Rusadir se convirtió en una ubicación estable”, indicó.
Para hablar de las raíces históricas del origen de la ciudad de Melilla Gallardo hace mención a personalidades ilustres españolas como Fernández de Castro, Mir Berlanga o el coronel Gabriel Morales.
Sin embargo, el experto en historia de Melilla indicó que hubo otros autores de la Edad Antigua que contaron con una gran importancia a la hora de aportar datos sobre la ciudad: “Antiguamente, quienes empiezan a nombrar y a describir la ciudad son un tal Pompolio, un tal Esquetolomeo y un tal Ptolomeo”, contó.
Benito Gallardo también evocó el origen griego y romano de la ciudad de Melilla, pues, como otras ubicaciones a lo largo del Mediterráneo sur, estas civilizaciones la eligieron para formar un asentamiento de población.
Expertos en Melilla
La asociación, como dice su presidente “va viento en popa”. “A partir de septiembre empezamos nuestros ciclos de conferencias, que se suelen hacer una o dos veces al mes”, indicó Gallardo.
Tras el retorno de vacaciones y la vuelta a la rutina de la mayoría de los melillenses, la asociación comenzará con su actividad habitual a partir del mes de septiembre e incluyendo los sábados.
“Somos cerca de 300 socios, tenemos un volumen de libros de alrededor de 15.000 ejemplares y tenemos cerca de 2.800 fondos, desde un pequeño botón, hasta el cuadro más grande”, dijo.
Además de contar con gran repertorio de importante documentación histórica, la asociación también ha llegado a publicar una revista llamada ‘Trápana’, nacida en el año 1987. Se trata de una serie de publicaciones redactadas por los socios de la organización y de otras personas interesadas en difundir información acerca de la historia de Melilla.
Del mismo modo, la asociación también ha llegado a organizar viajes por otras regiones del norte de África, como las ciudades de Chauen y Tetuán, con el fin de conocer un poco más en profundidad la historia de las ciudades próximas a la ciudad autónoma.
Igualmente, se han organizado numerosas conferencias de carácter histórico, como ‘La Armada del Asedio de Melilla de 1774’.
La sede
La sede en la que se reúnen los amantes de la cultura e historia de la ciudad se encuentra ubicada, según la descripción que hace la propia asociación, “en uno de los más bellos edificios de Melilla La Vieja”.
Se trata de la Sala de Armas de los almacenes de San Juan, una de las edificaciones construidas bajo el reinado de Carlos III. Su posterior remodelación se llevó a cabo en 1978 a manos del arquitecto de origen malagueño Bernardo Rodríguez Davo.
El edificio también acoge a menudo numerosas actividades culturales. Una de ellas fue la cita que tuvieron con los Urban Sketchers para dibujar en la sede, donde procedieron a crear ‘in situ’ y a contar la historia del entorno que les rodea en ese momento.