Categorías: Sociedad

Los mercados de abasto a la espera de un milagro

 Los comerciantes dicen que las tiendas de barrio están acabando con los pocos clientes que tenían  l Afirman que con las pocas ventas no durarán abiertos más de 4 años.

La imagen es desoladora. Cuando el cliente entra en el mercado de abastos de El Real lo que ve es que hay diez puestos abiertos. El resto son persianas bajadas. Los comerciantes se han ido del mercado y los que quedan sobreviven gracias a los clientes de toda la vida, que todavía se acercan a estos establecimientos a comprar. En el mercado del barrio de la Victoria también hay muchos locales cerrados. Pero allí, sobre todo, adolecen de clientes. No hay gente que vaya a comprar a estos puestos. Algunos de los comerciantes no creen que vayan a estar más de cuatro años abiertos.  Los llaman “mercados caducos”.
Los mercaderes aseguran que la crisis ha acabado con sus negocios. Es cierto que en los últimos años había bajado el número de persona que compraba en los mercados. Pero desde hace tres años la cosa ha ido a peor. Muchos comerciantes de han dado por vencidos y han cerrado sus puestos. El resto está a la espera de un milagro. No saben qué pueden hacer para revitalizar sus negocios.
Los pescaderos echan la culpa de la bajada de clientes a las numerosas pescaderías que se han abierto en toda la ciudad en diferentes barrios. Y lo mismo ocurre con los fruteros, que denuncian que la Ciudad dé licencias de apertura a tiendas pequeñas donde se vende fruta que no pasa los controles sanitarios. En esos locales tienen contratados a personas sin estar dadas de alta en la Seguridad Social y eso se traduce en que pueden vender la mercancía más barata que la que se ofrece en los mercados de abasto, dicen los fruteros.

El mercado de El Real
En el mercado de El Real ya apenas hay comerciantes. Unas pocas fruterías aguantan el tirón porque sus dueños están empeñados en mantenerse como sea en este lugar. Hussein afirma a El Faro que todas las propuestas que han hecho de mejora del mercado no han servido para nada.
Abdelkader, carnicero en este mercado, dice que se sienten abandonados. Muchos comerciantes se han ido por la falta de clientes. Pero resalta que el aspecto envejecido y antiguo del mercado no anima a nadie a entrar. Pregunta por qué no modernizan una parte y mientras juntan a los pocos que quedan en una zona.

El mercado de la Victoria
En este mercado no hay tantos puestos cerrados, pero apenas hay clientes. Ni si quiera los sábados, que es el día que los ciudadanos aprovechan para hacer la compra, consiguen el dinero suficiente para pasar el resto de la semana, afirman los comerciantes. Algunos proponen modernizar las instalaciones y hacerlas más atractivas a los clientes.

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