Los menores de La Purísima duermen en zonas comunes

Bienestar Social muestra su preocupación ante la saturación en los centros de acogida.

La situación en los centros de menores de Melilla es muy similar a la que se vive en el CETI, pues las últimas entradas han provocado su saturación.

Según afirmó la consejera de Bienestar Social en la jornada de ayer, las llegadas producidas desde el pasado lunes han situado al principal centro de acogida de menores de la Ciudad Autónoma, ‘La Purísima’, con 168 residentes, 48 por encima de su capacidad máxima. 

La situación, según aseveró Garbín, ha provocado que algunos menores se vean forzados a dormir en zonas comunes del centro al no haber más espacio disponible.

Además, recordó que aunque la capacidad máxima del centro es de 160 menores, uno de los módulos se ha destinado a los infractores de manera provisional, hasta que se inaugure el nuevo centro de internamiento para este colectivo de jóvenes. 

Por tanto, los menores extranjeros no acompañados disponen de 120 plazas en La Purísima hasta que el espacio que ocupan los infractores quede liberado.

Ante esta situación, la consejera de Bienestar Social mostró su preocupación, al tiempo que señaló que los últimos jóvenes en llegar a Melilla aseguraron haber accedido a través de los pasos peatonales de las fronteras del Barrio Chino y de Beni Enzar.

La Unión Federal de Polícia (UFP) señaló ayer, en declaraciones realizadas a ‘El Faro’, que el pasado domingo a última hora se detectó un ‘butrón’ en un tramo de la valla fronteriza que discurre en paralelo al Arroyo Mezquita, muy cerca del puesto español de la frontera de Beni Enzar.

El secretario de Organización de dicha formación sindical, José Guerrero, indicó que a través del punto donde se detectó el agujero se llega a un puesto de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional, y de ahí a suelo español, así que “es muy probable que los menores inmigrantes se hayan colado por ese punto durante la última semana”.

Según Guerrero, este tramo carece de sensores de seguridad e infrarrojos, por lo que habría sido posible para los menores burlar la vigilancia a través de este punto. Sin embargo, aún no se ha ofrecido una explicación oficial al respecto.