España es uno de los países que se encuentra a la cabeza con más donantes, ya sea de sangre, órganos o tejidos. Esa misma solidaridad se respira en la ciudad autónoma y son muchos los melillenses que afirman ser ya donante o habérselo planteado.
Es el caso de Silvia, una ciudadana que no es donante pero que tampoco le importaría serlo. A ella se le unen muchos más, que aseguran que la idea les ha rondado por la cabeza en más de una ocasión.
Los que sí son donantes, lo llevan siendo desde hace años y se han asegurado de hacérselo constar a sus familias.
La donación es un acto voluntario. Si una persona, mientras estaba en vida, se ha reafirmado en ser donante aunque no tenga el carnet, se le considera un donante potencial.
Aún así, la decisión última le corresponde a las familias y, por este motivo, es muy importante que tengan claros los últimos deseos de sus seres queridos respecto a este ámbito.
El coordinador de la Unidad de Trasplantes de Órganos del Hospital Comarcal, Alberto Lavy, coincide en que la población melillense, por lo general, es bastante solidaria. Además asegura que continuamente se le informa al ciudadano con el fin de que se mantenga ese espíritu en la ciudad autónoma.
“Cada años hacemos grupos de trabajo con personal específico”, comentó. Trabajan de manera paulatina con colegios de primaria, institutos de secundaria, cuarteles militares o la casa del mayor para informar sobre la donación de órganos y tejidos.Al tocar varias zonas específicas de la población de Melilla , esperan que tengan la información y capacidad de poder donar cuando uno lo necesita.
“Todo el mundo habla de donación y nadie piensa que uno pueda ser el que reciba el trasplante. Cuando uno empieza a pensar en eso es cuando cambian las cosas”, señaló.
En relación a los trasplantes, una persona donante de órganos puede tener un enorme impacto en la vida de muchos pacientes.
Si es un donante excepcional, Lavy explicó que sus órganos y tejidos pueden ayudar a multitud de receptores. El abánico es muy amplio.
En el caso, por ejemplo, de una persona que vive con una insuficiencia renal crónica, es decir, los riñones no le funcionan como deberían, y tiene asisitr tres veces por semana a diálisis (limpieza de la sangre).
Cuando llega una donación, a esta persona le implantan un riñón y ahora funciona perfectamente. Esto hace que su vida mejore enormemente.
Este mismo caso se puede aplicar en otros pacientes que sufren con otros órganos, como el corazón, pulmón o el tejido de las córneas, que ven perjudicada su calidad de vida y cuando reciben una donación, tienen mucha efectividad. “Todo tiene su trascendencia”, comenta el coordinador.
La donación de órganos y tejidos es receptiva independientemente de las capas sociales o los rangos de edad, pero actualmente el sector de la tercera ha ganado bastante peso en este ámbito ya que la calidad de vida que impera hoy en día es mucho mejor que en las décadas anteriores.
Según el coordinador de la Unidad de Trasplante, la edad es un factor que influye cada vez menos. “En los años noventa era muy difícil que alguien fuera donante por encima de los años sesenta”, explicó.
Actualmente, el rango de edad de los donantes es mucho mayor y se ha ampliado el porcentaje de personas de 60, 70 y 80 años que lo son.
Hoy en día las personas mayores se conservan en buen estado, a pesar de su avanzada edad. Esto se traduce en que, cuando su vida llega a su fin, sus órganos se encuentran en perfectas condiciones para que, de este modo, puedan ser trasplantados y que funcionen correctamente durante el tiempo necesario en el receptor.
En cambio, los jóvenes todavía no lo tienen tan claro, aunque es obvio que este sector de la población está concienciado y al hablar del tema se muestra solidario.
Juanjo, un joven melillense de 24 años, comentó que no tiene mucha información sobre el tema, pero que no descarta la posibilidad de serlo en un futuro. En su familia sí hay donantes de órganos y tejidos.
Es el caso también de Virginia y Pepe, dos hermanos residentes en la ciudad. Ambos afirmaron que todavía son jóvenes para ser donantes, pero que sí han pasado por sus cabezas la idea de serlo para poder ayudar a otra persona que lo necesite.
En este sentido, Alberto Lavy comentó que la población joven también está dispuesta siempre a donar, pero que espera que puedan vivir todo lo que les queda por delante y que no se dé el caso de tener que hacerlo. Aún así, todo el que quiera ser donante puede acudir al Hospital Comarcal y obtener el carnet.
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