Opinión

Los melillenses quieren cambios: ¿los quiere el PP?

La encuesta de NC Report para El Faro arroja una conclusión clara: los melillenses quieren cambios. Casi nueve de cada diez valoran como mala, regular o muy mala la gestión del Gobierno; un 85% quiere entrar en la Unión Aduanera, algo que no quieren ni CpM ni PSOE y, por si fuera, poco, los líderes mejor valorados no son precisamente los que están al frente de los partidos.

Por eso, cabe preguntarse por qué si en Melilla no gusta el Gobierno actual, las previsiones apuntan a un 'sorpasso' de Coalición por Melilla al PP. ¿Cómo es posible que se quiera cambio y a la vez más de lo mismo?

La respuesta está en el Partido Popular que tenemos en estos momentos y no hablo sólo de Melilla. Con las encuestas a favor, en Madrid se han enzarzado en una batalla fratricida. Han pinchado en hueso y también en las encuestas, que han vuelto a castigar al PP.

En Melilla llevamos tiempo hablando de la necesidad de plantear una renovación dentro del Partido Popular. ¿Por qué tenemos que creer que los mismos que perdieron el Gobierno van a conseguir ahora una mayoría absoluta?

Yo no voy a negarle ningún mérito a Imbroda. Él es lo que coloquialmente llamamos un animal político, pero me temo que aprecia más la lealtad que el talento. A Messi, siendo el mejor del mundo, en los últimos tiempos le costaba ganar con el Barça, imagínense si hubiera tenido que jugar con un equipo de segunda B.

Con esto no quiero desmerecer a la guardia pretoriana de Imbroda. Sé que en política, hay que cerrar el círculo y ni así se esquivan las puñaladas, pero no me creo que en todos estos años Imbroda no haya sido capaz de encontrar en Melilla a alguien con la misma ambición y entrega que él. A alguien capaz de llevar el imbrodismo un paso más allá. El objetivo, en pleno siglo XXI, no puede ser gobernar 'ad eternum' sino conseguir que el objetivo de construir una Melilla mejor lleve el sello popular.

Durante meses advertimos de que el PP, tras perder el Gobierno quedó en estado de shock. Tenía que haberse quitado los tacones y el traje de chaqueta y haber empezado a hacer oposición dura, a pie de calle, con la camisa remangada. Lo han tenido muy fácil, pero no saben rematar la faena. Cuando tienen al Gobierno entre la espada y la pared, se les escapa vivo. Muchas veces les pasa porque quieren parecerse a Vox.

Pongo un ejemplo reciente. El diputado Manuel Ángel Quevedo destapó que el contrato marítimo que nos está vendiendo el Gobierno es una leyenda urbana. Costó comprobarlo, pero finalmente demostramos que el PP decía la verdad. Desde el PSOE no salieron a desmentir ni a disculparse. Están contra las cuerdas con un tema que los melillenses sitúan entre los diez problemas que más les preocupan.

Lejos de seguir hundiendo el dedo en la llaga, el PP deja escapar al PSOE y se apunta a la polémica de Vox en torno a la obra de Mirrolde Teatro sobre la Navidad que, mira por dónde, lleva cinco años presentándose en Melilla básicamente con el mismo guion, por más que Fadela Mohatar lo niegue y lo matice. ¿Resultados? Han terminado pringados hasta las cejas y el mérito se lo lleva Vox, que fue quien lo denunció.

Entiendo que el resultado de la encuesta publicada por El Faro no sienta bien, pero no se puede intentar tapar una información desfavorable con cualquier cosa. Es un error de comunicación de principiante. Creo que deberían fichar a un número uno en comunicación, algo así como un Iván Redondo más barato, si es que pueden permitírselo, que consiga enderezar la situación. Un año, que es lo que queda para las elecciones, se le hará largo al Gobierno, pero no da para mucho en la oposición, teniendo en cuenta que los fondos europeos van a bañar la ciudad de millones.

No descubro nada nuevo si digo que el PP de Melilla no ilusiona y Vox, aunque crece, tiene su techo electoral aquí. Es un partido de los que inclina la balanza, pero aún es una formación que deberá madurar y entonces se verá si tiene capacidad para llevarse el gato al agua.

El PP de Melilla tiene que encontrarse a sí mismo. Tiene que demostrar que estos cuatro años que van a pasar en la oposición han sido provechosos para volver a conectar con todos los melillenses, no sólo con sus votantes. Las mayorías absolutas no se consiguen sólo con los que te quieren y te siguen. Se alcanzan gracias al apoyo de los que consigues convencer y llevarlos a tu terreno. Los melillenses quieren cambios. Ahora hay que preguntarse si el PP está por la labor de cambiar.

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