Los medios y la campaña electoral

Ayer no hubo campaña electoral en memoria de los fallecidos en el terremoto de Lorca y en señal de solidaridad con sus familiares y numerosos vecinos del mismo pueblo que han resultado gravemente damnificados por el seísmo.
La decisión de paralizar el reparto de propaganda y puesta en circulación de megafonía publicitaria por nuestras calles, llevó a algunos a evitar valorar los resultados de nuestro sondeo electoral, tan distantes de las promesas de ‘cambio’ que los partidos en la oposición al Gobierno Imbroda se prometen y tan coincidentes por el contrario con los vaticinios de otras encuestas anteriores como la del CIS o la de ‘El Mundo’.
En esta campaña, los periodistas andamos luchando como titanes para desentrañar algo de luz en las noticias mas escabrosas o en las replicas y contrarréplicas constantes, cuando no acusaciones cruzadas o desmentidos que, expuestos, de forma aislada e independiente, difícilmente permitirían a cualquier ciudadano sacar en claro algún tipo de conclusión.
Como la Democracia no es un sistema basado en la fe sino en la pluralidad y la libertad de los ciudadanos para elegir según su mejor criterio, desde este Diario ayudamos en la medida de lo posible a que tengan más elementos de juicio para que puedan formarse su propia opinión.
Nuestro empeño no gusta a quienes no soportan que se dé eco por ejemplo al proceso judicial en curso por presunto fraude electoral en el voto por correo y en el que se encuentran imputados los cabezas de lista de CpM y PSOE, además de algunos candidatos del mismo Partido Socialista a las elecciones del 22 de Mayo, así como otros dirigentes y militantes de las dos formaciones que, hasta hace muy poco, formalmente actuaban como una coalición de partidos en la oposición.
Tampoco gusta a los que han querido ir más allá de las responsabilidades políticas que le han costado su carrera pública al exviceconsejero y excandidato del PP, Mimón Mehamed, con el fin de volverlo a juzgar públicamente y, si me apuran, lincharlo y dilapidarlo mediáticamente, en beneficio exclusivo de su abierta oposición a la candidatura de Juan José Imbroda.
Tampoco a quienes, como los cepemistas, intentaron marcar el contenido de los espacios informativos, con ruedas de prensa acotadas a 3 minutos en tiempo de precampaña electoral, alegando que querían ajustarse al espacio que se les brindaría durante la campaña en la tele pública, con menosprecio absoluto al resto de medios de comunicación e intento de imposición inaudita al medio público del contenido a recoger en los 3 minutos reservados para CpM en las informaciones electorales.
Preciso respecto de esto último, que en esos días de inexplicable y balbuceante zigzagueo informativo de CpM, en una ocasión no admitieron preguntas tras la rueda de prensa –justamente en el día que se conoció la renuncia de uno de sus candidatos por una condena anterior por agresión a una menor-, que en otro se intentó duplicar la rueda de prensa y que, finalmente, una vez iniciada la campaña electoral, la práctica de los 3 minutos en las comparecencias públicas de los cepemistas sencilla y llanamente se ha suprimido.
Ustedes, posiblemente, dirán que lo anterior es esperpéntico, pero puedo asegurarles que, aún a riesgo de que me vituperen, me desmientan e intenten corregirme, es absolutamente verdad y hasta pruebas de ello hay en youtube, donde CpM vuelca casi todas sus ruedas de prensa electorales.
La campaña está espesa y lidiarla es tan difícil como soportar estoicamente todo tipo de vituperios personales. Por ejemplo, el candidato Dionisio Muñoz  hace uso de su muro en Facebook para buscar el enfrentamiento personal con periodistas como la que suscribe, a la que acusa de manosear el código ético del periodismo refugiada tras la cabecera de este Diario, o de actuar, junto a otros periodistas de la ciudad, a los que igualmente cita con nombres y apellidos, como “parte de la brunete mediática que rinde vasallaje al poder presupuestario de Imbroda”.
También nos acusa de difundir “una gran mentira” en relación al presunto accidente laboral de un trabajador ilegal en la nueva casa de Aberchán, a pesar de las denuncias, informes y declaraciones policiales que demuestran todo lo contrario. “Hay que poner pie en pared ya”, dice Dionisio Muñoz quien, no sé si con el ánimo de ofenderme, me llama “La Flores dice” en alguno de los posts que me dedica en su web o muro de Facebook.
Este es el escenario en el que nos movemos y que hoy (por ayer), día sin campaña electoral, me he permitido trasladárselo para que conozcan hasta dónde llegan quienes no son capaces de apreciar la cobertura que se les da en este medio a sus propuestas y declaraciones electorales, en atención a  la pluralidad informativa a la que nos debemos.
Jamás he insultado al líder de los socialistas locales, no creo tampoco que le haya faltado el respeto.  Mi trabajo no persigue ni se realiza desde la confrontación personal. Desconozco que busca el candidato Muñoz cuando contrapone el insulto al debate dialéctico, los argumentos o la confrontación de ideas. No pienso actuar como él ni ponerme a su altura, pero tampoco voy a ocultar qué es capaz de hacer ni de decir de mí y otros compañeros mediante ataques personales y directos. Ese es su estilo y no creo que dejar de comentarlo sea el mejor servicio que desde mi humilde ‘Diana’ pueda hacer a mis lectores.