El Colegio de Médicos ha hecho un balance de lo que ha sido el año 2023 para la sanidad pública en Melilla y el panorama que pinta no puede ser más desolador. De hecho, considera que estamos en una situación crítica y tampoco es que se vea en el horizonte soluciones que vengan a paliar los motivos por los que los facultativos locales están de huelga desde el mes de marzo pasado.
Desgraciadamente, la ciudad sigue teniendo largas listas de espera. Hay personas que llevan más de un año, por ejemplo, esperando una operación de vesícula, lo cual implica un malestar permanente que surge de digestiones defectuosas y todavía sigue sin una fecha para poder pasar por quirófano. Y como ese caso, hay cientos de circunstancias distintas que citarlas una a una aquí sería interminable.
Estamos hartos de decir que Melilla es, junto con Ceuta, el único territorio español que está bajo gestión directa del Ministerio de Sanidad y si éste es el modelo que las autoridades ministeriales quieren para el resto del país, pobrecitos nuestros compatriotas. Es decir, si somos el ejemplo de sanidad pública de la que el Gobierno pretende presumir, más vale que nos metamos en un agujero y no salgamos más nunca ya de él.
Los médicos melillenses han hecho un retrato de la realidad sanitaria realmente desolador. No es la primera vez que decimos que hay ciudadanos que sienten pánico a enfermar no ya por la enfermedad en sí sino por el sistema al que tendrían que enfrentarse. Es muy triste pero cierto que tenemos la peor sanidad de Europa y que la propia Unión Europea ha decidido tomar cartas en el asunto porque esto resulta inaceptable desde todos los puntos de vista.
Hay una pregunta en el aire que estos médicos han formulado en su balance de 2023. Cuando se vaya a abrir el nuevo hospital, ¿con qué plantilla va a contar si por ahora por no haber no hay ni dermatólogo, si un buen porcentaje de los especialistas están próximos a jubilarse, si no hay quien sepa manejar los nuevos aparatos? Por muy increíble que parezca es absolutamente cierto que las carencias son impresionantes.
Todo eso lleva a otra pregunta, ¿no será por la falta de personal por la que todavía no ha abierto ese hospital? En el año 2022, se aseguró por parte del director territorial que las instalaciones estarían funcionando en el verano de 2023; estamos terminando el año y no hay ni fecha aproximada para la apertura. Eso sí, el edificio queda precioso, la verdad. Desde fuera tiene una pinta maravillosa pero da la inquietante sensación de que se trata de un monumento a la ineficacia en la gestión sanitaria.
Los médicos lo fían todo, al menos por ahora, a que la nueva ministra de Sanidad, Mónica García, es compañera de trabajo y que conocerá bien la problemática a la que se enfrentan los facultativos en esta ciudad. Sin embargo, lo más prudente sería mantenerse escéptico si tenemos en cuenta que todo depende de los Presupuestos Generales del Estado, que serán prorrogados y, en consecuencia, no se prevé ni un euro más de lo que se tiene en los próximos meses.
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