Categorías: Editorial

Los malabarismos semánticos de un ministro

EL ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, optó ayer por el malabarismo semántico para referirse al problema de la inmigración ilegal,...

...un asunto que preocupa seriamente en Melilla porque aún nadie ha dado con la solución para afrontar los periódicos asaltos a la valla. Y precisamente quien es uno de los responsables de plantear propuestas ayer prefirió emplear su tiempo en juegos florales.
Empezó por atribuir a la prensa la invención de una expresión (‘devoluciones en caliente’) que describe unos hechos que no existen. “No las hay”, dijo refiriéndose a los inmigrantes que entran ilegalmente en Melilla y que son entregados por la Guardia Civil a las Fuerzas de Seguridad marroquíes. “Niego que exista esa realidad, no se está produciendo”, dijo el ministro ante los medios de comunicación, los mismos que toman nota de los hechos que se suceden con cada asalto a la valla de Melilla. Según Fernández Díaz, lo que ven los ciudadanos en sus casas a través de su televisor son “devoluciones, retornos, expulsiones o repatriaciones” (según el caso) amparadas por la normativa vigente en materia de extranjería.
Luego el ministro lanzó y dejó en el aire la pregunta del millón: “Si atravesada la primera valla, ya hubiera que cumplir con la Ley de Extranjería, ¿para qué hay una segunda valla y a continuación la Guardia Civil?”. Ésa es la pregunta que mucha gente se hace en Melilla, pero planteada de otra manera: “¿Para qué sirve instalar una valla varios metros dentro de territorio español y colocar detrás a los agentes cuando con sólo intentar saltarla los inmigrantes ya habrían conseguido su objetivo?”. Es como hacer un buen banco, meter dentro a policías de élite y dotarlo con los mejores dispositivos de seguridad, para luego dejar la caja fuerte en la calle y pretender que nadie la robe.  
Fernández Díaz continuó su intervención ante la prensa asegurando que cuando un inmigrante logra entrar en Melilla, “siempre se cumple la Ley de Extranjería”. Sin embargo, matizó que “una cosa es haber entrado y otra cosa es intentar entrar”. En consecuencia, es el mando de la Guardia Civil de turno quien decide dónde está el subsahariano en cada momento y si se le aplica la legislación española o la marroquí.
Y el ministro terminó refiriéndose a las mafias de la inmigración, esas misteriosas organizaciones delictivas que supuestamente existen y que viven pendientes de la polémica generada entorno a las controvertidas intervenciones de los agentes en la valla. “Siguen este debate con atención e interpretan nuestras divisiones y debates en clave de debilidad y vulnerabilidad”, aseguró Fernández Díaz. Sin embargo, el máximo responsable del Interior no dijo nada de dónde están estas mafias, cómo actúan, por qué no se detiene a sus cabecillas... Nadie las ha visto, pero ‘haberlas, haylas’. Y quien se atreva a negar su existencia, que mire hacia la Jefatura Superior de Policía de Ceuta, donde ya nadie osa poner un ‘pero’ a las palabras de un ministro vallisoletano que juega al difícil arte de ser gallego.
Fernández Díaz habló en la Delegación del Gobierno en Cataluña, pero el punto final lo puso Federico Mayor Zaragoza desde Las Palmas de Gran Canaria. El ex director general de la Unesco y también ex ministro de Educación con la UCD estaba en la Universidad del archipiélago y allí responsabilizó a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher de provocar estos descontrolados movimientos migratorios al haber sustituido la política de cooperación al desarrollo por la de “explotación”. La ‘Dama de Hierro’ estuvo al frente de Gran Bretaña hasta 1990. Desde entonces han transcurrido 24 años y el país ha tenido otros cuatro primeros ministros. De ser cierto su ‘arqueológico’ argumento para explicar la actual inmigración ilegal, Federico Mayor Zaragoza debería haber aclarado qué ha impedido cambiar durante todos estos años y a tantos responsables mundiales una política tan nefasta. Él mismo podría haberlo intentado desde su puesto como director general de la Unesco, en el que aún permaneció nueve años después del adiós de Margaret Thatcher.

Compartir

Artículos recientes

Prueba Video Embed DailyMotion

La segmentación geográfica no funciona. Compruebe si la geolocalización IP está habilitada en su cuenta…

1 mes hace

Los Caleros de Ayamonte de Pepe Gámez

En la obra pictórica presente en Melilla de escultor y pintor Pepe Gámez (Melilla, 20…

3 meses hace

Indagando sobre el sentido del temor a la muerte

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto que nos interpela, casi en igual medida,…

3 meses hace

Percebes

De Galicia al Mediterráneo Si vemos la imagen de una colonia de percebes (Pollicipes pollicipes)…

3 meses hace

Derecho a discrepar

Dedicaba el diario El País dos páginas de su publicación dominical del pasado domingo, 4…

3 meses hace

Verano del tiempo viejo (VII)

Queridísimos; Si algo caracteriza a la señora Díaz Pérez (doña Yolanda, "Yoli", "Yoli O' Trapiño"),…

3 meses hace