Los inmigrantes vuelven a la estrategia de usar barcas de pesca para ocultarse

En los últimos días se han registrado varias aproximaciones a la costa melillense, todas ellas sin que los subsaharianos lograran entrar en Melilla, según la AUGC. Destacan la colaboración de Marruecos.

La valla se ha vuelto casi infranqueable para los inmigrantes subsaharianos en las últimas semanas. La instalación de la malla antitrepa y la colaboración que están ofreciendo las Fuerzas Auxiliares de Marruecos han logrado evitar entradas masivas de hasta un millar de personas a través del perímetro. Por ello, los inmigrantes están buscando nuevas vías para intentar colarse en Melilla irregularmente. En los últimos días, ha crecido el número de los que prueban suerte por vía marítima, preferentemente en horario nocturno, según informó en la jornada de ayer la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Melilla.
“Está claro que nada va a poner punto y final a la desesperación de los inmigrantes”, subrayaron desde esta organización.
En los últimos días se han producido numerosas aproximaciones a la costa melillense a bordo de embarcaciones de pesca procedentes de Marruecos. De hecho, la interceptación de una moto acuática con dos subsaharianos ocultos en su interior ha sido la última vuelta de tuerca a los intentos por vía marítima que vienen registrándose de un tiempo a esta parte, según la AUGC.

Una vieja estrategia
El método empleado por los subsaharianos no tiene nada de novedoso, aunque hacía tiempo que no se ponía en práctica. Se trata de aproximarse al litoral de la ciudad autónoma camuflados en una barca de pequeñas dimensiones, al frente de la cual se encuentra, por norma general, un magrebí que simula ser un pescador en busca de un punto donde faenar. Jugando al despiste, intenta alcanzar tierra melillense o por lo menos acercarse a un punto donde los inmigrantes puedan llegar a nado a la playa.
Las mafias que trafican con seres humanos aprovechan la oscuridad de la noche para contar con algo de ventaja. Sin embargo, la colaboración entre el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil y la Gendarmería Real de Marruecos ha evitado que hasta la fecha se produzcan entradas por vía marítima. La mayor parte de estas embarcaciones son interceptadas en el país vecino, cuyas autoridades están en permanente alerta durante toda la noche, según detalló la AUGC a El Faro.
En los alrededores de la costa melillense, la vigilancia del GEAS es igual de intensa. De hecho, se examina a casi todas las barcas sospechosas que surcan las aguas en horario nocturno. “En el 90% de los casos, se trata de pescadores marroquíes que salen a trabajar. Sin embargo, hay un buen número de embarcaciones que lleva subsaharianos ocultos”, abundaron desde la organización de agentes de la Benemérita.

Inspecciones frecuentes
Asimismo, explicaron que los efectivos del GEAS están llevando a cabo una ardua labor para inspeccionar embarcaciones. “En la ciudad estamos en alerta máxima todo el tiempo, tanto en lo que respecta a las aproximaciones por vía marítima como a través del perímetro”, añadieron.
Por otro lado, desde la AUGC detallaron que todas las embarcaciones interceptadas en los últimos días han sido puestas a disposición de las autoridades del país vecino en base a un protocolo de colaboración existente entre España y Marruecos. El GEAS únicamente se hace cargo de los subsaharianos cuando se trata de un rescate en alta mar y en los últimos intentos no se ha dado esta circunstancia.
Así pues, cuando se localiza a una barca con subsaharianos a bordo, la Comandancia de Melilla o el oficial de servicio se pone en contacto con la Gendarmería de Marruecos para que se hagan cargo de ella. “No se trata de un protocolo de rescate, sino de colaboración para combatir la inmigración irregular”, detallaron desde la asociación.
Además, remarcaron que los agentes del país vecino tienen actualmente un despliegue marítimo de forma permanente, por lo que su intervención es casi inmediata cuando se les requiere.