Un treinteañero se dedica a comer o cenar en los bares de Melilla y se marcha sin pagar la cuenta.
En los últimos días merodea por la ciudad un hombre de unos treinta años y de nacionalidad española que se dedica a comer o cenar en los bares de Melilla y marcharse sin pagar la cuenta. Hasta ahora dos han sido los hosteleros víctimas de esta persona que primero dijo proceder de Alicante y al día siguiente de Motril.
El pasado martes dejó una cuenta de más de 70 euros sin pagar en la cafetería El Parnaso en la avenida Duquesa de la Victoria. Según contaron a El Faro testigos presenciales, este hombre, de identidad desconocida, cenó acompañado de una mujer. Pidieron botellas de vino, gambas a la plancha y otras raciones. En el momento de pagar la cuenta, el cliente facilitó al camarero una tarjeta de crédito, pero ésta no era válida. Aseguró al camarero que no tenía dinero en efectivo para abonar la factura, de más de 70 euros. Explicó que era procedente de Alicante y estaba viviendo con un amigo en Melilla. En el bar resolvieron que el cliente dejara allí la tarjeta de crédito y el carné de conducir para que al día siguiente volviera a recuperar sus documentos y pagar la deuda.
Efectivamente, al día siguiente este hombre se presentó en El Parnaso, pero dijo no tener el dinero para saldar la factura pendiente. Fue entonces cuando tuvo que intervenir la Policía Local. Una pareja de agentes se personó en el lugar, según explicaron los mismos testigos, e informó al propietario del establecimiento de que poco podían hacer contra el cliente al ser una cantidad pequeña de dinero. No obstante, los policías se llevaron a este cliente a la Comisaría para tomarle los datos y formalizar la denuncia.
Días más tarde de este incidente, el mismo hombre cenó en la cafetería Arenal, en el barrio del Industrial, siguiendo el mismo ‘modus operandi’. Cenó entrecot, varias raciones y botellas de vino. A la hora de abonar la cuenta, nada de nada.
Al lugar acudió nuevamente la Policía Local para tomar los datos del hombre ‘simpa’ que, en esta ocasión dijo proceder de Motril. Afortunadamente, el dueño del establecimiento interpuso la denuncia correspondiente.
Si bien la responsabilidad penal se calificaría de una falta por ser cantidades inferiores a 600 euros y sin garantías de ver satisfecha la deuda, si una persona comete tres faltas seguidas, la siguiente denuncia sería por un delito con lo que la responsabilidad penal es mayor.