En esta ocasión, a diferencia de lo que ocurre otros años, se puede hablar de agosto como un mes bueno para la hostelería de nuestra ciudad. Así lo señala hoy en El Faro el representante de los empresarios de este sector, Hassan Amaruch, quien atribuye a este inesperado buen resultado parte de la reducción del paro registrado el mes pasado.
Se da la paradoja de que la crisis ha sido precisamente la responsable de este impulso económico. Ciudadanos con raíces melillenses o lazos familiares en nuestra ciudad han optado por visitarnos este año, una decisión en la que ha tenido mucho que ver la necesidad de recortar gastos en la elección del destino para disfrutar de las vacaciones. Este reencuentro con la tierra que les vio nacer o con el lugar donde residen sus parientes ha tenido un efecto muy positivo sobre la economía local en general y sobre la hostelería en particular.
Lo ocurrido este verano quizá sirva para abrir una senda inesperada. Tal vez la opción más realista para relanzar el turismo en nuestra ciudad sea apostar por los miles de melillenses que en algún momento de su vida abandonaron su tierra y que hoy estarían dispuestos a emprender el viaje de vuelta para reencontrarse con sus raíces durante unos días o semanas. Puede, también, que muchos de aquellos jóvenes que hace años venían a cumplir el Servicio Militar quieran regresar al escenario de aquellas correrías, aventuras y desventuras que acostumbran a contar hoy a sus hijos o nietos. Y, finalmente, cabe la posibilidad de que haya muchas personas que desearían devolver a sus familiares melillenses las visitas que éstos les realizan en la península.
En todos los casos, para facilitar este peculiar turismo, es necesario salvar el mismo obstáculo: Hacer accesible el transporte para estos ciudadanos que no son beneficiarios del descuento de residentes. El precio del viaje del barco o el avión convierte en muchos casos nuestra ciudad en un destino inaccesible para los visitantes. No es una posibilidad real, por ejemplo, para ese grupo tan numeroso de turistas que opta por elegir destino a última hora.
Las opciones económicas de Melilla pasan por conseguir que el traslado a nuestra ciudad desde cualquier punto del país sea una empresa viable para el bolsillo del conjunto de los españoles. Mientras seamos un lugar casi infranqueable, nuestras opciones de desarrollo serán muy limitadas.
La experiencia de este mes de agosto nos demuestra que Melilla tiene un peculiar potencial turístico que debemos ser capaces de aprovechar dirigiendo nuestro esfuerzo en esa dirección, si verdaderamente estamos convencidos de que es una posibilidad para relanzar nuestra economía.
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