Los ‘Hispanos, ‘la Roja’ y ‘las Guerreras’

  • Estas maneras eufemísticas y mansas se utilizan para no nombrar ni escribir la bendita y gloriosa palabra, ‘España’, cuando se quieren referir los malandrines de la situación a las selecciones nacionales

    El maestro don Antonio Burgos estuvo el otro día ‘sembrao’. Cogió el capotillo de la elegancia y como si fuera Curro Romero o Pepe Luis Vázquez o incluso el Paula, se llevó el morlaco de lo políticamente correcto al centro del ruedo de la exactitud y allí, en la misma boca de riego de la verdad instrumento unos lances lentos, largos, auténticos, pasándose la fiera muy cerca de tal forma que, más que verónicas aladas, parecían lances genuflexos de castigo como se instrumentaban antes, cuando se lidiaba de verdad.

    La verdad. La verdad es que (ya lo decía el maestro) estas maneras eufemísticas y mansas se utilizan para no nombrar ni escribir la bendita y gloriosa palabra, ‘España’, cuando se quieren referir los malandrines de la situación a las selecciones nacionales españolas de fútbol, de balonmano e, incluso, de balonmano femenino.

    Así, para no decir, como siempre, ‘Selección Española de Fútbol’ se recurre al mote de ‘la Roja’. ¡Acabáramos! Ítem más. Recentísimamente, cuando España ha ganado el Campeonato Europeo de Balonmano, resulta que lo han ganado ‘los Hispanos’.

    Aquí el capote del maestro cincela. Moviendo las muñecas, bajando la barbilla, enjareta la verónica y tirando de arte, de guasa tela del telón, va y se pregunta: “¿Qué pintan los hispanos de Estados Unidos, los puertorriqueños de Nueva York, los inmigrantes mejicanos de California en un campeonato europeo?”

    Respuesta compartida, que seguramente será acertada, lanzada en forma de interrogante: “¿Había más de un jugador en la tal selección procedente de la Comunidad Autónoma de Cataluña y por eso se quiere evitar el honroso nombre de Selección Nacional de Balonmano de España?” ‘Oooléee’, maestro, ha puesto usted el dedo en la llaga y ha puesto al descubierto, destapándolos, a tanto carajote manso como por ahí anda suelto.

    Es verdad, maestro; aquí estamos hocicando en demasiadas cosas. Aliviándonos, echando el pasito ‘patrás’ (con acento) en asuntos esenciales. Los listos, los listilllos más bien, han abonado en el páramo educacional, espoleados por la galbana de las altas varas, el ‘miedo escénico’ practicado por los orates que predican toda desaparición del decoro.

    Me temo, maestro, que como usted dice, si hablamos de la selección de España no dan noticia de este triunfo europeo por la televisión catalana ni por la vasca. Por eso los mansos, que ya usted se encargó de pregonar en los lances, quieren hacernos hocicar diciendo que ‘han ganado los hispanos’. Es para mandarlos a tomar por la retambufa.

    Lo de ‘la Roja’ es ya de nota. Los que somos un poco aficionados al balompié (aparte de profesar el sentimiento trágico del ser bético) sabemos que la única selección que toda la vida de Dios era conocida con este mote era la de Chile. En el viejo Carranza he visto yo al Universidad Católica de Chile, allá por los sesenta, principiando, del siglo pasado. Y vestían unos camisolines rojos, desteñidos por la distancia y la modestia.

    Es triste, maestro. Pero en esa media verónica final, empapa usted toda la amargura y todo el estupor al ver a tanta vara alta repitiendo eso de ‘la Roja’, y ‘los Hispanos’. Y ya todos los paniaguados recitan “gana la Roja”, “pierde la Roja”, “ganan los Hispanos”, “pierden los Hispanos”.

    Para antes de llevar al manso a la raya de picadores, señala el puyazo de que a la selección femenina de balonmano parece que le repele la palabra ‘España’. Así pudimos ver también, maestro, en un anuncio previo al Campeonato Mundial de Alemania, proclamar que “nuestro nombre es ‘Guerreras’”.

    Estoy con usted, maestro, hay que decirles: No, hijas, no; no señores autotitulados ‘Hispanos’, tomo prestado de usted la última revolera: vuestro nombre es España.

    Que tristemente, don Antonio, como usted bien señala, es la palabra que tampoco quieren nombrar los que hablan de ‘la Roja’.

    Hoy me ha dejado usted el artículo hecho. Ya me dirá usted qué es lo que se debe aquí.

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