No falta mucho para celebrar (en el más amplio sentido de la palabra) el cuarto aniversario de la marcha de José Luis Rodríguez de La Moncloa.
Corría el año 2011 y la economía española caminaba sin control por el borde del precipicio. Hoy, cuatro años después, parece que no fueron más que una pesadilla aquellos días en los que “prima de riesgo” y “rescate financiero” eran los dos invitados imprescindibles en cualquier tertulia de radio o charla de café. El mérito de haber conseguido dar la vuelta a esa situación es, sin duda, del Gobierno de Mariano Rajoy, al margen de las dudosas habilidades profesionales de los responsables y expertos en Comunicación del Partido Popular.
Difícilmente puede haber una herencia más envenenada para un presidente recién llegado al cargo que unas cuentas cuyo ‘debe’ y ‘haber’ están borrosos, son confusos y además no coinciden con los números que hasta entonces todo el mundo daba por ciertos. Saber afrontar con valentía una situación inesperada y crítica, además de poner los intereses del país por encima de los del partido y de sus propias carreras políticas es lo que verdaderamente da valor a la acción de los miembros del equipo de Gobierno de Rajoy. Aún así, quizás todos ellos deban esperar a que la historia les haga justicia si no la encuentran en el futuro próximo de las elecciones que están a la vuelta de la esquina.
¿Qué harán, en cambio, los máximos responsables de la Sanidad Pública en nuestra ciudad cuando deban explicar a los ciudadanos su gestión de cuatro años? La Comisión de Sanidad del PP, encabezada por el propio Francisco Robles, director territorial del Ingesa, ya ha adelantado la respuesta: “La culpa es del PSOE”. Probablemente Robles tendría razón si estuviéramos en 2011 o, al menos, los españoles se la hubiéramos dado entonces, como hicimos hace cuatro años votando y dando la mayoría absoluta a la candidatura de Mariano Rajoy. Tal vez en 2015 aún sean mayoría los melillenses que piensan que la culpa ‘era’ de los socialistas, pero va a resultar muy difícil a Robles convencernos de que todavía hoy la culpa ‘es’ del PSOE.
Al margen de su calamitosa gestión en la construcción del Hospital Universitario, Robles tiene que hacer frente a los demoledores datos referidos a nuestra ciudad que recoge el Barómetro Sanitario, un estudio elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y que ha difundido la Delegación del Gobierno en Melilla.
Siempre con la precaución que hay que tomar las encuestas referidas a nuestra población, el CIS afirma, entre otras muchas cosas, que los pacientes de Melilla prefieren la Sanidad Privada para las citas con especialistas médicos y para hospitalizaciones. De hecho, los enfermos que han necesitado permanecer ingresados en nuestra ciudad son los que peor valoración dan a la Sanidad Pública.
La conclusión es que sólo los canarios, que otorgan un 5,55 sobre 10 a su Sanidad Pública, tiene una percepción más pesimista que los melillenses, que con un 5,62 somos los siguientes en la lista de mayores desencantados, seguidos de los ceutíes con un 5,66.
Francisco Robles, máximo responsable del Ingesa en Melilla, insiste y continuará insistiendo hasta el mismo día de las próximas elecciones generales en que la culpa de la situación de nuestra Sanidad Pública es de la ‘herencia’ del PSOE. Es su principal argumento ante el riesgo de que cada vez más votantes empiecen a pensar que, en realidad, la culpa es del ‘heredero’.
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