Reconocen que no hay entradas masivas por su vallado. Los agentes afirman que no sufren presiones de los mandos ni tienen dudas sobre dónde empieza el territorio nacional. Sus actuaciones en la valla no han generado polémica.
Los interrogantes en Melilla sobre la legalidad del protocolo de vigilancia en frontera de la Guardia Civil que ahora está investigando el Jugado de Instrucción número 2 en el caso de las llamadas ‘devoluciones en caliente’ no existen en Ceuta. El protocolo enviado desde la Dirección General de la Benemérita el pasado mes de febrero, del que El Faro informó ampliamente en su edición del pasado martes, se aplica tal cual sin un desarrollo posterior por parte de la Comandancia de Ceuta. “Si un inmigrante se queda entre la doble valla se le devuelve a Marruecos. Si supera la valla interior o está lesionado, se le lleva a un centro sanitario y luego se le entrega a la Policía Nacional”, afirmaron ayer a este diario fuentes de la Guardia Civil de Ceuta.
Sin embargo, estas mismas fuentes precisan que la situación del perímetro fronterizo en Melilla y Ceuta son completamente diferentes. Allí el espacio entre vallas es considerado “territorio internacional” por un acuerdo no escrito entre España y Marruecos, de tal manera que son posibles los rechazos en la misma frontera, cuando los inmigrantes se encuentran en el interior de la doble valla. Así, sólo en el caso de superar la segunda valla se considera que la entrada de manera irregular se ha consumado.
Pero además, el sistema de doble valla no es continuo y regular a lo largo de la frontera ceutí. La orografía del terreno en la ciudad caballa es más escarpado que en Melilla, por lo que en algunos tramos de la frontera este espacio es inexistente, pues el acceso es prácticamente inviable. De hecho, el fenómeno de los asaltos masivos a la valla de Ceuta, como ocurre en Melilla, es infrecuente por esta razón.
Estas fuentes de la Benemérita ceutí señalaron que el protocolo no se puede aplicar de la misma forma en ambas ciudades porque en Melilla, el perímetro “está metido dentro de la ciudad”.
Es precisamente esta cuestión, determinar si la valla al completo está en suelo nacional o no, es lo que el juez está investigando, según se recoge en el auto de imputación del coronel de la Comandancia, Ambrosio Martín Villaseñor. Determinar si la primera valla está en territorio español y, por tanto, quien rebase este primer obstáculo está sujeto a la aplicación de la Ley de Extranjería no es un problema en Ceuta, dada esa declaración no escrita que considera “territorio internacional” el espacio entre vallas.
Por tanto, los agentes de la Guardia Civil que custodian la frontera de Ceuta no tienen dudas sobre un posible incumplimiento de la Ley de Extranjería ante un intento de entrada masivo de inmigrantes ni se ven sometidos a la presión que sus compañeros en Melilla sí tienen que soportar, dada la investigación judicial abierta.
El auto del juez Lamo de Espinosa argumenta que la primera valla está en territorio español en base a los tratados internacionales firmados entre España y Marruecos en 1860. Sin embargo, la orden de servicio 6/2014 firmada por el coronel Martín Villaseñor que coincide con el ‘Protocolo de Vigilancia de Fronteras’ de la Dirección General de la Guardia Civil, establece que a efectos de aplicación de la Ley de Extranjería es la segunda valla la que, de ser superada, supone la consumación de la entrada en suelo nacional.
El juez considera, pues, que existe una doble naturaleza de la frontera melillense, una basada en los tratados internacionales, es decir, de naturaleza jurídica y otra que “parece” responder a un criterio de Gobierno, político o de operatividad policial en relación al “concepto operativo de frontera” recogido en esa orden de servicio 6/2014.
El juez cree ver indicios de infracción penal en las conocidas como ‘devoluciones en caliente’ por la aparente contradicción entre ambos conceptos de frontera que no coinciden entre sí y que, por tanto, ofrecen dudas en cuanto al cumplimiento de la legalidad de este tipo de práctica de los guardias civiles melillenses. De hecho, cuestiona la legalidad del propio protocolo, pues esa praxis no viene respaldada por una ley y únicamente se hace “una referencia genérica” a una práctica “consolidada desde 2005”.
Sin cambios en Ceuta
La investigación judicial abierta por el Juzgado de Instrucción número 2 por las llamadas ‘devoluciones en caliente’, que ponen en cuestión la legalidad de la orden de servicio 6/2014 de la Guardia Civil en la frontera de Melilla no ha dado lugar a ningún cambio en el proceder o forma de actuar en el Cuerpo en Ceuta. Dadas las diferencias entre ambas ciudades autónomas, los guardias civiles actúan conforme a la Ley de Extranjería y su protocolo, pues éste no suscita a la práctica las mismas dudas que en Melilla.
Los guardias civiles en la frontera ceutí aplican la Ley de Extranjería a los inmigrantes que logran acceder a territorio español de manera irregular sin que haya ningún cuestionamiento de dónde empieza el territorio español, dada la situación del perímetro fronterizo.
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