Melilla vivió ayer una jornada especial para muchos de sus ciudadanos. La llegada del verano es algo que a casi todos les gusta celebrar, ya que esto significa vacaciones, buen tiempo y, sobre todo, playa. Ésta última fue el escenario de una noche de San Juan, que lamentablemente para los allí presentes, se vio deslucida por el viento, motivo por el cual la gran mayoría de los melillenses que asistieron lo hicieron sólo para ver el espectáculo de pirotecnia y no para reunirse en la arena. Así pues, fueron pocos los que se atrevieron a ‘montar el chiringuito’ y llevar comida y bebida para consumirla en la playa. Además, algunos de los que sí que bajaron a la arena, se refugiaron haciendo una especie de fortines con las sombrillas de paja de la playa.
Lo que sí congregó a un gran número de personas fue tanto el espectáculo de fuegos artificiales como la quema de la hoguera. Al contrario que en otros años, en primer lugar el cielo se tiñó de distintos colores para deleite de los cientos de asistentes, situados tras unas vallas a una distancia prudente de la playa. Además, dada la cercanía de la hoguera al paseo marítimo, este año el perímetro de seguridad se expandió a una mayor distancia de la playa.
Tras los fuegos artificiales, que duraron alrededor de 20 minutos y terminaron con la tradicional traca final, tuvo lugar la quema de la hoguera oficial, cuyo encendido, como es habitual, corrió a cargo del presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda. El presidente encendió una larga mecha que terminó llegando a la estructura y provocó otra ráfaga de fuegos artificiales, que dieron paso a la tradicional quema.
Seguridad e incidencias
A pesar del viento, no hubo ninguna incidencia reseñable. La seguridad corrió a cargo de la Policía Local, Protección Civil y Cruz Roja, que se encargaron de que todo funcionase lo mejor posible. Asimismo al evento acudieron miembros de los Bomberos con un camión para evitar posibles sustos.
A pesar de que no hubo incidentes importantes, dos de las hogueras que se presentaban a concurso oficial y que deberían haberse quemado alrededor de las 22:30 horas no lo hicieron. Según explicó el viceconsejero de Festejos, Francisco Díaz, este hecho responde a medidas preventivas, puesto que el viento hizo que los responsables de seguridad consideraran más oportuno no proceder a la quema de estas obras.
Además, la Asociación de Vecinos Constitución requirió los servicios de los Bomberos para apagar el fuego de su hoguera, aunque tanto el Cuerpo como el presidente aseguran que se trató de un proceso habital para prevenir incidentes y evitar que se prendan rastrojos.
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