Los encausados por asesinato defienden su inocencia en el derecho a la última palabra

Los letrados de las defensas sostienen que la investigación policial se orientó hacia los procesados

Los tres acusados de un delito de asesinato aprovecharon el derecho a la última palabra para convencer de su inocencia a los miembros del jurado, que el próximo lunes tendrán que reunirse y deliberar un veredicto. “No tuve ninguna participación en los hechos que se me imputan. Yo no tenía ningún motivo para matar a Fares”. En estos términos se manifestó el encausado Abdelilah M. A. “Soy inocente de todo lo que se me ha acusado en esta sala”, subrayó, por otro lado, el procesado Mimon A. B. Finalmente, el acusado Mimon M. A. sostuvo que no tuvo nada que ver con la muerte de la víctima e insistió en que la noche de los hechos estuvo en su casa.

Antes de que los procesados tomasen la última palabra y el juicio llegase a su fin, los letrados de la defensa defendieron insistentemente que no se habían practicado pruebas con suficiente peso como para condenar a tres individuos a penas de 20 años de prisión. Según sostuvieron los abogados, la acusación sustenta su versión, principalmente, en el testimonio de un testigo protegido.

Esto, al parecer de las defensas, genera indefensión a sus representados, puesto que al desconocer la identidad de esta persona no se puede comprobar si actúa motivada por algún interés. “Son necesarias más pruebas”, apuntaron, haciendo referencia a autos y sentencias emitidas por distintos órganos jurisdiccionales. Además, resaltaron que este testigo entra en contradicción con lo expuesto por otras personas, quienes aseguraron que los autores del crimen llevaban el rostro cubierto. En esta línea, se puso de manifiesto que esta persona no pudo ver la cara de los agresores si los vio huir en dirección contraria a donde él estaba.

Investigación orientada

Para los letrados que defienden a los encausados, la investigación realizada por la policía estuvo encaminada “desde la primera noche” a los tres individuos que han terminado en el banco de los acusados.

“La investigación prospectiva está prohibida por la ley”, reseñaron.

Al parecer de las defensas, únicamente se siguió una misma línea de investigación en este procedimiento, a pesar de que la víctima tenía numerosos enemigos, de acuerdo con las declaraciones de los propios agentes policiales.

Los abogados señalaron que, pese a los indicios que pudieran darse, lo que hacen falta son pruebas para imputar a una persona un delito tan grave. En este sentido, recordaron que la Fiscalía y el letrado de la familia de Fares habían retirado en la anterior sesión la acusación sobre uno de los procesados por asesinato, así como la de otro encausado por omisión del deber de socorro. “Después de seis años, los absuelven, teniendo el mismo material probatorio que antes”. Al parecer de uno de los juristas, esta decisión obedece a “un golpe de efecto” por parte de la acusación para intentar convencer al jurado de que no mantiene su imputación si no hay pruebas suficientes.

Incidente en Barrio Hebreo

“¿Se supone que el móvil del asesinato de Fares es el incidente en Barrio Hebreo?”, se preguntó uno de los juristas. Según expuso, su cliente, Abdelilah M. A., ni siquiera estuvo allí, al igual que tampoco Mimon A. B. Al respecto, los abogados incidieron en que nadie escuchó a los procesados que querían ponerse de común acuerdo para terminar con la vida de la víctima. En este sentido, se señaló que se había llegado a esta conclusión por el único hecho de que los encausados se conocían entre ellos.

Por otro lado, las defensas subrayaron que el propio finado tuvo la ocasión de contar quiénes habían sido sus agresores antes de morir. Sin embargo, únicamente dijo que fue atacado por tres personas. “¿Y si no sabía quiénes eran? Hay que barajar todas las opciones”, se puso de manifiesto en la vista de ayer.

Entre otros argumentos, las defensas expusieron que la mayoría de los testimonios que apuntan a los encausados, según manifestaron los agentes investigadores, lo son de referencia. “Nadie ha mantenido la versión que dice la policía y no porque tuviera miedo”, subrayaron los abogados.

Posible accidente

Uno de los letrados apuntó a que, de acuerdo con lo expuesto por el médico forense, Fares falleció tras recibir una puñalada en la pierna, probablemente en un intento de defenderse para que el cuchillo no fuera al abdomen. En este sentido, defendió la posibilidad de que los autores del crimen no quisieran herir de muerte a la víctima.

“El resto de las heridas no eran letales, incidió. En este punto, puso de manifiesto que, de haber querido matar al finado, podría haberlo apuñalado directamente en los órganos vitales.

Las defensas apelaron a la presunción de inocencias de sus representados e insistieron en que estaban sentados en el banco de los acusados las personas que no cometieron el crimen en el que Fares, de 29 años, perdió la vida. Ellos también rogaron que hubiera justicia para sus clientes.

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