Categorías: Editorial

Los delitos, al alza

PARA nadie es un secreto que las estadísticas en ciudades pequeñas no son un fiel reflejo de la realidad porque de un año para otro pueden producirse, con cifras mínimas, incrementos brutales o descensos increíbles. Así, por ejemplo, si un año no se registra ningún homicidio y al año siguiente hay tres, entonces el número se habría triplicado. Parece obvio, pero suena a película de terror si se lee en un titular de prensa.
Partiendo de esta premisa y teniendo en cuenta que vivimos en una ciudad de casi 13 kilómetros cuadrados, con una concentración de población importante (cerca de 85.000 habitantes), los datos publicados ayer en el Balance de Criminalidad que realiza el Ministerio del Interior para el segundo trimestre de este año nos dejan la moral por los suelos. Tal parece que esta ciudad tranquila, por la que se puede pasear a deshoras, es más peligrosa que el barrio más conflictivo de Madrid o Barcelona a las tres de la madrugada.
Según los datos de Interior, Melilla es la ciudad en la que se ha registrado el mayor incremento de los delitos penales de enero a junio de este año (un 13,3% más).
En el primer semestre de este año han aumentado (respecto al mismo período de 2012) el número de infracciones relacionadas con delincuencia violenta (63 más); los robos con violencia e intimidación (49 más); los robos con fuerza (105 más),  la sustracción de coches y, sobre todo, el tráfico de estupefacientes.
No hay que olvidar que detrás del incremento de los robos y el narcotráfico está, probablemente, la crisis económica, pero la sustracción de coches, por afectar al común de los mortales, es difícil de entender. Este año han sido robados en Melilla 110 vehículos, frente a los 91 de 2012.
Los coches, está claro, no se volatilizan y de Melilla sólo salen en barco o por los pasos fronterizos con Marruecos. ¿Están funcionando como deberían los controles? Seguramente sí, pero de esto ya nos habían alertado los sindicatos policiales cuando advirtieron de que los ladrones de coches pisan el acelerador y cruzan la frontera a bordo del botín.
Las cifras del Ministerio del Interior al menos nos han traído este año una buena noticia: Ha descendido el número de casas desvalijadas en la ciudad. No es que el aplauso sea como para dejarnos las palmas porque se han registrado cinco robos menos que el año pasado, pero estamos hablando de cinco familias que no han pasado por el mal trago de llegar a su hogar y encontrar que todo lo que tenían ha desaparecido.  
Por lo visto, la Policía tiene aquí mucho trabajo por delante.

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