Comenzaron las clases en la mayoría de las distintas facultades que hay en Melilla y los tres decanos que hay (María del Mar Alfaya Góngora, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud; Alicia Benarroch Benarroch, decana de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte de Melilla y Juan Antonio Marmolejo Martín, decano de la Facultad de Ciencias Sociales) explicaron cómo afrontan el nuevo curso 2019/20120.
En Ciencias de la Salud están atentos a los movimientos de los estudiantes que tienen plaza en Melilla, pero al ser de otras ciudades, están esperando a ver si les dan plaza en una universidad más cercana. “Las novedades es que seguimos teniendo unas notas de corte altas, son las más altas del campus, todavía hay alumnos que se están matriculando porque hay mucha movilidad, tenemos muchísimos estudiantes que son de fuera de Melilla, un porcentaje bastante alto, a veces supera el 80%”, explicó la decana.
Es por esta razón que aún no son fijas las plazas en las clases de esta facultad, que tiene incluso lista de espera, según nos explica su decana, María del Mar Alfaya.
Alicia Benarroch, decana de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte, manifestó que hay carreras que comenzaron ayer, pero otras no. De todas formas el equipo directivo fue a darle la bienvenida a los alumnos de primero. Para los que comiencen el día 23 se hará otra y según explicó la decana, “el problema de empezar antes (en las carreras no completas) es que se explican algunos temas y la mayoría de los alumnos no se han enterado porque no estaban matriculados. Entonces nosotros preferimos empezar el día 23 y luego recuperaremos las clases”. Para ese día se ha preparado una “jornada de reflexión”, en la que se organizarán actividades para orientar a los nuevos alumnos.
Además, esta facultad ha estado durante un año preparando una aplicación para el móvil y según anunció Benarroch esperan sacarla en un mes. Esta iniciativa viene de la necesidad de los nuevos estudiantes que llegan a Melilla por primera vez.
La primera impresión que dieron ayer los alumnos recién llegados es que “están un poco perdidos”. Muchos de ellos llegaron con los padres, con los que también tuvieron una visita. Así pues, con esta aplicación se ayudaría a resolver las primeras dudas de los que vienen por primera vez a la ciudad. “Nos han llegado a preguntar dónde se compra una botella de butano”, manifestó Benarroch.
Desde la Facultad de Ciencias Sociales, su decano, Juan Antonio Marmolejo, contó que afrontan este nuevo curso “con mucha ilusión como todos los años, en nuestro caso aún más porque estamos al final del cuarenta aniversario de la facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas y aún quedan muchas actividades por realizar. También con esperanza y con problemas, esperando que poco a poco se vayan resolviendo, pero con ganas de trabajar y con ilusión”.
Aún no tienen las primeras impresiones de los que empiezan este curso, pero según el decano, “se les irá preguntando qué opinión tienen de la ciudad, cuál ha sido su impresión”.
Melilla, al final, enamora
“Melilla es una gran desconocida, la gente la ve de otra forma, los padres sobretodo. Son gente joven y estos tienen cierto temor de que a fin de cuentas estemos en África, pero una vez que la ven y empiezan las clases quedan muy satisfechos y no se van”, expuso Alfaya.
Por su lado, Benarroch manifestó que “la experiencia nos indica que si incluso la primera semana están un poco perdidos, luego se hacen al contexto y rápidamente a la facultad y a Melilla”.
Marmolejo declaró por su parte que “Por otros años, generalmente la sensación que suelen tener es una sorpresa agradable, porque vienen con una idea preconcebida de Melilla muy distinta a la real, como le suele ocurrir a todos los peninsulares o a los que no son de aquí y como van pasando los días, los meses, los años se van haciendo una idea real y finalmente les consigue gustar”.
Falta de infraestructuras
“Se están iniciando las obras del ampliación del edificio de la calle Villegas para la Facultad de Ciencias de la Salud tiene que estar lista a final de año lo que es la obra. No creemos que este curso podamos darle utilidad porque luego habrá que acondicionarla con el material, mobiliario, material docente, etc. para que esté lista para usar el curso que viene y con un poco de suerte para el segundo cuatrimestre”, explica María del Mar Alfaya.
Alicia Benarroch declaró que “hay que poner de manifiesto que nadie pone en duda que la universidad en Melilla es muy importante y que hay que fomentarla. Al final son distintos puntos de vista de cómo afrontar el objetivo”. Para esta facultad, también sería esencial poseer un polideportivo que se prevé construir.
Marmolejo aseguró que uno de los “problemas principales son las infraestructuras”. Además habló sobre el edificio de Correos que iba a ser destinado para la universidad. “El anterior equipo de la Ciudad tenía claro que era para fines universitarios, se había hecho un anteproyecto, la universidad le había dado el visto bueno y se preveía que para este 2019 comenzasen las obras, el nuevo equipo de la Ciudad quiere estudiar, analizar, qué hacer con ese espacio, si lo quiere destinar o no a la universidad, si lo quiere para fines culturales. Si antes podíamos decir con total seguridad que iba a ser para la universidad, hoy no lo podemos confirmar porque lo desconocemos”. Sobre este asunto, las dos decanas también explicaron que no se sabe nada y Benarroch añadió que “hay algunos que abogan por este campus universitario (en el antiguo Correos) y otros que mientras no se tenga esta solución se piense en otra”.
Marmolejo explicó que se está analizando “ampliar el edificio antiguo del Campus de Melilla haciendo un cubo perfecto, pero no se puede acometer porque estamos dentro”.
Añade que ha aumentado el número de alumnos y ofertas de estudio en apenas siete años y que el espacio sigue siendo el mismo. “Infraestructuras, falta de espacio para aulas, para despachos de profesores. Esto nos genera un problema enorme porque los estudiantes no pueden ser atendidos en condiciones porque tienen que compartir despacho. En ocasiones hay entre cuatro profesores en un despacho de profesor permanente y en el caso de profesores asociados hay hasta 8 profesores en un mismo despacho”.
De momento la oferta educativa se queda estancada a falta de mejoras en las infraestructuras, como la ampliación de aulas o la construcción de una residencia universitaria, según explicaron los decanos.
“Es complejo, pero se está buscando una solución en vistas de que en la Ciudad no hay una situación clara” concluyó Marmolejo.
El alojamiento, otro desafío
El alojamiento también es otro desafío para los que llegan cada año, tanto alumnos como profesores. En la Facultad de Ciencias Sociales tienen un gabinete para orientar a los estudiantes y se evidencia la necesidad de soluciones ante los precios y condiciones de algunas viviendas.
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