El PP reprocha a PSOE y CpM su inhibición y la oposición critica al Gobierno Imbroda por no luchar “codo a codo” con el Ejecutivo central en defensa de Melilla.
El Pleno de Control celebrado ayer por la Asamblea de Melilla a lo largo de cinco horas fue mucho más que un déjà vu o una repetición de la jugada por partida doble, porque en el mismo no sólo se volvieron a tratar temas ya recurrentes en este tipo de sesiones plenarias, sino porque la oposición optó por desaprovechar su oportunidad de interpelar al Gobierno sobre temas más dispares, al presentar CpM y PSOE de manera coincidente sendas interpelaciones totalmente idénticas sobre la reiterada denuncia de “falta de transparencia y obstáculos en la participación en la Asamblea de Melilla de los partidos en la oposición”.
La reiteración en la constante acusación contra el Gobierno Imbroda no fue sin embargo el tema estelar de la sesión, que gravitó sobre todo en torno a los conflictos estivales en la frontera con Marruecos y la postura que adoptaron ante los mismos los distintos partidos. Un asunto que elevó en ocasiones el diapasón del debate pero que sobre todo desató todo tipo de reproches de parte y parte con una retrospectiva en ocasiones de más de cuatro décadas.
De tal modo, frente a las acusaciones de entreguismo en las filas socialistas a costa de las posturas favorables a Marruecos de altos cargos del PSOE como el asesor de Zapatero, Máximo Cajal, o de exdirigentes de la ejecutiva federal del mismo partido como Ignacio Sotero, el portavoz socialista en la Asamblea, Dionisio Muñoz, recordó a los populares el polémico libro blanco de Fraga y la vieja letanía melillense de ‘Fraga, Melilla no te traga’.
El retrovisor en marcha fue igual de lejos cuando, a la hora de medir quién hace más trampas o burla la ley para conseguir sus fines, el portavoz del PP acusó a los socialistas de ser los “únicos” condenados por trampear en un proceso electoral, hasta el punto, tal cual ocurrió en el año 89, de provocar una repetición de las elecciones generales en la circunscripción electoral de Melilla.
Corruptos y patriotas
En ese clima de acusaciones nuevas y viejas, la tensión subió una hora larga después de iniciarse la sesión cuando Aberchán acusó a Imbroda de ser “el político más corrupto de esta ciudad”, lo que le valió la amonestación de la vicepresidenta primera de la Mesa de la Asamblea, Cristina Rivas, quien intentó sin éxito paralizar el Pleno hasta que el cepemista se aviniese a retractarse, lo que no hizo aunque sí aclaró que le llamaba “corrupto” porque “corrupto es quien fomenta la corrupción cargándose todos los mecanismos que aseguran la transparencia en la gestión pública”.
Pero Aberchán fue más lejos, acusó igualmente a Imbroda de pretender ser “el presiente del milenio”, capaz de olvidar su anterior discurso como nacionalista de UPM “para seguir en su trono”.
El cepemista hizo suya además la reflexión del PSOE, según la cual Imbroda y el PP aprovecharon los incidentes en la frontera para hacer electoralismo. No obstante, en un tono mucho más duro que el socialista Muñoz, Aberchán manifestó que Imbroda, “cada vez que llega las elecciones, se casca el traje de patriota y es más español que nadie, aunque a usted –añadió el cepemista- le importa un pepino la patria; usted en realidad aplaude todos los conflictos en la frontera porque así puede asustar a los mismos de siempre”. “Se le ve el plumero –apostilló- y cuando habla de patria me da miedo porque lo único que hace es esconder sus ambiciones”.
Frente a ello, Imbroda no sólo reiteró varias veces que sus valores “son los mismos de siempre”; afeó a la oposición un discurso coincidente con el marroquí a causa de que CpM y PSOE catalogaran de “provocación” las visitas a Melilla de Aznar o Rajoy, y censuró una vez más que los cepemistas identificaran el actual Día de Melilla, coincidente con la fecha de la conquista de la ciudad por Pedro de Estopiñán, con un “acto sangriento”. “Eso –dijo Imbroda- sí que es dar un balón de oxígeno a Marruecos. Yo –espetó la primera autoridad local al líder cepemista- defenderé Melilla siempre a muerte, esté donde esté. Una Melilla española y europea y no voy a aguantar ninguna coacción marroquí para que Melilla deje de ser española. Mis valores –reiteró- los mantengo y me parece una felonía que haya voces interiores que coincidan con las tesis de Marruecos o que sirvan de balón de oxígeno a las reivindicaciones marroquíes sobre esta ciudad”.
Asimismo, aconsejó a Aberchán que gaste la “pasión y furor” que emplea en atacarle, en “defender los intereses de los melillenses”. De tal modo, le reprochó su falta de pronunciamiento ante los ataques marroquíes contra las fuerzas de seguridad españolas o que se limitara a decir que la Policía “debería mejorar”.
Aznar, ‘abrazafarola’
El debate también fue agrio con el socialista Dionisio Muñoz, que en su afán por reprochar al PP que haya hecho “electoralismo” a costa de los conflictos fronterizos, llegó a calificar a Aznar de “abrazafarola que viene de Marbella para irse de nuevo a Marbella, cuando a Melilla la defendemos nosotros, lo que estamos aquí siempre y tenemos comprometido aquí nuestro futuro y el de nuestros hijos”.
En suma, según el PSOE, el PP ha dejado pasar “una oportunidad histórica para propiciar la unidad de la Asamblea ante algo que se ha visto va a ir a más”. “Ya está bien, Sr. Imbroda –agregó Muñoz- , le falta hacer la prueba de Adn a los melillenses”
Todo el debate se vio salpicado por muchas otras perlas envenenadas, en las que el PP no dejó de reiterar a CpM y PSOE que les falta autoridad para dar lecciones. “De todo lo que me acuse –dijo Imbroda a Aberchán- usted siempre será infinitamente más que yo”. Y así, mientras desde la oposición se reprochaba al presidente que invoque “la unidad para vestirse en realidad de electoralismo y desaprovechar la oportunidad de luchar codo con codo con el Gobierno central en defensa de Melilla, al igual que ha hecho Ceuta”; desde el PP se echaba mano de la hemeroteca del periódico ‘El País’ para subrayar que el rotativo afín a los socialistas también se había alineado con las críticas por la inhibición del Gobierno Zapatero durante los conflictos fronterizos. “¿Dónde estaban ustedes cuando se humillaba y vejaba a las policías? –preguntó la primera autoridad local-. Según ‘El País’ su estrategia era la de poner al Rey en primera línea mientras el Gobierno de la Nación se quedaba al margen y Rubalcaba y Moratinos eludían el tema”.
Kifkif marra: Islamistas y racistas
El cóctel de adjetivos fue más amplio, incluyó también el de colonialista y promarroquí y se agitó cada vez que Aberchán aludió en el Pleno a las polémicas acusaciones de la periodista Isabel Durán que, en el programa televisivo ‘La Noria’, tras reconocer que había hablado con el presiente Imbroda, dijo del cepemista que era un “islamista fundamentalista y promarroquí”.
El cepemista y otros diputados de su grupo no sólo inquirieron varias veces a la primera autoridad local para que dijera si asumía esas declaraciones sino que le preguntaron por qué no había salido a defenderle teniendo en cuenta que había ejercido incluso como presidente de la Ciudad. “¿Es que yo no soy melillense, es que no soy español?”, preguntaba Aberchán, mientras Imbroda optaba por eludir la respuesta alegando que no había visto el programa y el cepemista decía que él siempre defendería a todos los que ejercieron como primeras autoridades de esta ciudad.
Tras la insistencia, el presidente Imbroda negó que hubiese facilitado información de tal cariz a la periodista pero sí dijo que Aberchán coincidía en muchos de los extremos de su discurso con Marruecos y que ahí podía estar la causa de la opinión particular expresada por la tertuliana de ‘La Noria’. En cualquier caso, se negó a salir en su defensa, como le reclamaba Aberchán, porque según dijo tampoco los cepemistas le defienden cuando desde Marruecos se le acusa de racista o colonialista. “Kifkif marra” zanjó el presidente Imbroda echando mano de la versión amazigh del coloquial ‘fifty fifty’.
“Por Caridad cristiana”
En medio del fragor del Pleno y de los reproches mutuos, los líderes de los distintos grupos también se midieron en su honestidad política y así, mientras que Imbroda alegaba a su favor que tras diez años no había sido objeto de ninguna sanción ni de inhabilitación como los presidentes Velázquez y Palacios, desde la bancada popular se decía a Mustafa Aberchán que si igualmente no sufrió ninguna condena judicial había sido porque el Gobierno Imbroda “anteponiendo la institución, no lo había denunciado por caridad cristiana”, según llegó a apostillar el presidente Imbroda, suscitando la risa en los bancos de la oposición. Mientras, desde la bancada del PP, se reiteraba al cepemista que sus actos, “como huir y dejar a otro’ (Palacios) el intento de obstaculizar la moción de censura que lo defenestró de la Presidencia de Melilla, podían haberle salido muy caros. Por lo pronto, según el PP, a quien si les salió caras algunas de sus decisiones como presidente de la Ciudad fue al pueblo melillense porque, según el actual Gobierno Imbroda, la Administración local deberá afrontar costes por la valoración de puestos de trabajo que realizó el Ejecutivo de Aberchán de la plantilla de la Ciudad Autónoma, “cuatro días antes de abandonar el poder y en contra del informe de los técnicos”. También, aunque no se dijo expresamente, por el conflicto con las polémicas cooperativas que el cepemista contrató a través de la misma Ciudad Autónoma y que en más de una ocasión sirvió de amenaza de denuncia contra el presidente de CpM, bajo la advertencia de repercutirle los costes que supuso para las arcas locales la liquidación de las mismas una vez empezó a gobernar Juan José Imbroda.
Tierra de nadie y compañeros de viaje
La tierra de nadie, la inexistente franja neutral entre Melilla y Marruecos y anexionada de facto a su territorio por el país vecino, también salió a colación, a instancias del PSOE, que recordó como en tiempos del Gobierno de Aznar se desplegó la nueva valla fronteriza acotando los límites de la ciudad hasta el punto de dejar en suelo marroquí la famosa ‘Villa los abuelos’, que hasta principios de la presente década había pertenecido al municipio de Melilla.
Los supuestos ‘amigos’ del presidente Imbroda por la adscripción a su página en Facebook de uno de los principales activistas marroquíes en los incidentes de la frontera, volvió de nuevo al debate aunque la primera autoridad local lo desechó catalogando la acusación de “historia marinera que no se cree nadie”.
De nuevo también se habló del presidente de la comunidad musulmana melillense ‘Annur’, Yusseff Kaddur, al que Aberchán criticó por reconocer a Mohamed VI como príncipe de todos los musulmanes al tiempo que mostraba una foto del mismo Kaddur junto al rey marroquí. “¿Es que es éste (por Kaddur) su ministro de Exteriores?”, preguntó a Imbroda al tiempo que le inquiría se pronunciara al respecto. “Nunca –contestó el presidente de la Ciudad- he oído a Kaddur decir nada contra los intereses de Melilla y España”.
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