La Navidad cada vez está más cerca y las familias ya empiezan a preparas las comidas familiares en esas fechas tan señaladas. El jamón es un producto que por desgracia no todo el mundo puede costearse, pero los ciudadanos siempre hacen un pequeño esfuerzo para poder servirlo en la mesa, por ello El Faro se trasladó hasta dos locales melillenses dónde el jamón es uno de sus grandes referentes, como son la tienda de Ultramarinos Parra y la Bodega de Boris.
De esta forma, El Faro pudo comprobar de primera mano junto a los dueños de estos negocios, Ignacio Ramírez y Boris Gallardo, respectivamente, cual es la situación que están viviendo ambos comerciantes en sus negocios y su perspectiva de lo que se avecina en este cercano invierno.
La inflación que se está produciendo en España en este año 2022 se está haciendo notar bastante y en especial en los pequeños comercios, que son los que más sufren esta nueva realidad a la que deben de enfrentarse y se ven obligados a subir los precios de sus productos porque "tienen el agua hasta el cuello porque todo sigue subiendo".
"Los precios a los que vendemos nuestros productos han subido con respecto al año anterior, no mucho, pero si han subido", aseguró Ramírez, que además añadió que "los costes de todos los productos que adquirimos han subido una barbaridad".
Asimismo con respecto a esta situación aseguro lo siguiente: "Yo pienso que lo más preocupante es que si siguen subiendo los precios al ritmo que están subiendo, lógicamente la economía de la ciudad se va a resentir y llegará un punto en el que la misma clientela dirá, hasta aquí hemos llegado porque están subiendo todos los precios, prácticamente de manera semanal".
De esta forma, puso algunos ejemplos básicos de la subida de precios de diferentes productos que se venden en su local. "Una lata de coca cola sube cinco céntimos, a la semana siguiente otros cinco céntimos, a la otra otros cinco céntimos y así sucesivamente, y claro pasa al final de costar 40 céntimos a 60 céntimos. Y esto ocurre exactamente igual en muchos artículos que vendo aquí, desde una tableta de chocolate hasta un bolsa de patatas fritas, es horroroso".
Antes todo esto, Ramírez afirmó que las quejas de las personas que vienen a comprar son "constantes" pero ellos no tienen otra forma de hacer frente a todo esto, que "subiendo un poco los precios". "Ellos entienden que lo hagamos porque ha subido el transporte, la luz, el agua, pero claro la economía se resiente y es completamente normal y comprensible que se molesten", contó el comerciante que además añadió que "las personas que tengan una paga de jubilado o una paga de clase media española pues claro no se pueden permitir muchas veces comprar estos productos".
Al igual que informó el comerciante Gallardo que también se mostró muy afectado ante la enorme inflación que se está produciendo en este año. "La inflación nos está afectando muchísimo a todos los pequeños negocios y se está notando muchísimo sobre todo en los lácteos y en los embutidos, se nota en todo".
Es cierto que los clientes se quejan bastante cuando ven que sube el precio pero no podemos hacer otra cosa, si queremos cuadrar las cuentas y sobrevivir". "A pesar de ello, los clientes si ven acorde al precio al producto en la situación en la que estamos, hacen un pequeño esfuerzo y lo compran", resaltó el propietario de la Bodega de Boris.
Aunque la variedad de productos que ofertan ambos comerciantes sea muy amplia, siempre existen algunos productos estrellas o insignias del local que suelen ser los más demandados por los clientes.
De esta forma, Gallardo afirmó que "los productos más vendidos son el bermut, los vinos dulces, los lomos de bellota y las legumbres". "Pero en especial, lo más demandado es el jamón ibérico, el de cebo es el que más se gasta sin duda".
Con respecto al precio de este alimento estrella, "este año la pieza entera del jamón ibérico se está vendiendo entre 120 y 130 euros aproximadamente y el jamón de bellota que también se pide bastante oscila entre 290 y 300 euros con un queso incluido", informó el comerciante.
Por otro lado, el comerciante Ramírez resaltó que en los ultramarinos Parra, "el producto por excelencia y el más demandado siempre ha sido el jamón, en especial el de bellota que es el que más se vende y seguido el cebo de campo, con el precinto verde".
"Después también podemos encontrar algunos productos como ciertos embutidos, los vinos, el queso manchego o el champange, entre otros, que también lo piden bastante y dan una seña de identidad al local".
Allí también se encontraba el trabajador del local, Fernando que estaba cortando jamón y afirmó que "todos los productos que se venden aquí son de gran calidad pero el jamón de bellota es el gran deseado por todos".
Por otra parte, desde la empresa de ibéricos de la localidad de Valdecarros, Salamanca, Enrique García S.A. se ha informado a El Faro las cinco claves más importantes para elegir el mejor jamón posible para que sea el gran protagonista de la cena en estas navidades.
En primer lugar, destacaron la pezuña negra que es una de las características de la raza ibérica por lo que a simple vista ya se puede detectar si "estamos frente a un jamón ibérico o no". Existen algunos casos en el que el cerdo ibérico tiene la pezuña blanca, pero no es lo habitual. Posteriormente destacaron la caña estilizada que también es otra de las zonas importantes para identificar la calidad de la pieza es que la caña sea estilizada. "Los jamones de 100% raza ibérica y 75% raza ibérica que son los de mayor calidad tienen la caña más estilizada, y eso significa que su sabor será más intenso".
Más tarde, recalcaron la curación de la carne, dónde para comprobarla hay que observar que la parte de la maza (zona más ancha) y la babilla (zona más estrecha) estén duras. Por otra parte, el tocino suave que es la grasa que envuelve el jamón, y aunque hay gente que solo se fija en la carne, esta grasa determinará mejor la calidad, y es que, cuanto más suave es, será de mejor calidad.
Y por último lugar, resaltaron el color de la brida que "es el DNI del jamón". En ella se puede encontrar toda la información sobre el porcentaje de raza ibérica y la alimentación del cerdo que nos indicarán la calidad del producto. Además, "solo los productos ibéricos llevan brida lo cual hace más fácil reconocer de primeras cuáles son de mayor calidad", informaron.
Asimismo, ante la complicada situación a la que deben enfrentarse estos pequeños negocios para sobrevivir, los propietarios fueron consultados por las expectativas que esperan para una de las fechas más señaladas de todo el año, la Navidad, y desgraciadamente las respuestas no fueron para nada positivas.
"Viendo la huelga de transportes que se ha convocado desde este semana, aunque hasta ahora no me ha afectado mucho, yo he preferido guardarme un poco de mercancía para prevenir un poco el tema". "Siendo optimista y viendo como está actualmente la situación de Melilla, y como se volcaron en esta feria pasado, espero y deseo que se vuelquen también con la Navidad", dijo el comerciante intentando ser esperanzador.
A pesar de ello, es cierto que pensando fríamente todo el panorama actual Ramírez también confesó lo siguiente: "Tras esto también tengo que decirte que hay mucha competencia y estamos todos como locos por buscar el mejor precio para vender lo mejor posible, pero se presentan unas fechas de Navidad bastantes malas".
Por último, también quiso destacar lo siguiente: "En mi caso personal, es cierto que en mi tienda se venden productos un poco de lujo, de una gran calidad y por ese hecho nos mantenemos un poco, pero subimos los precios con la única de intención de cubrir todos los gastos, no se pide más, eso es lo mínimo que pedimos. Para cubrir, no para ganar, así de claro lo digo", se quejó indignado Ignacio Ramírez.
Por otro lado, el trabajador de la Bodega de Bory se mostró muy derrotista ante esta cuestión y afirmó que "si las ventas siguen igual que este año, las vacaciones de la Navidad se avecinan también muy negras", pero también añadió que "aunque sea muy difícil, dando lo que la gente pide y teniendo una buena calidad, se puede salir adelante".
Allí también se encontraba comprando el melillense Ricardo, que aseguró que lleva siendo cliente de Salvador desde hace muchísimos años, incluso él le traía algunos productos cuando trabajaba de transportista en el puerto de Melilla. Por su parte, él tenía claro que iba a seguir comprando en esta tienda durante muchos años más.
"Es la única bodega de verdad que queda en Melilla y es una maravilla. Los productos son exquisitos y el servicio tanto de Boris como de su mujer Maica es excelente". "Yo voy a comprar estas Navidades y siempre porque el producto lo vale y si alguien lo quiere realmente, hace un esfuerzo para pagarlo", recalcó Ricardo.
Por otro lado, ambos propietarios coincidieron en las numerosas obras que se llevan produciendo en los últimos años en Melilla, y en especial en el centro de la ciudad, que dificultan el acceso de los clientes a ambos locales y por lo tanto es un inconveniente más añadido para estos comerciantes.
Por su parte Ramírez se mostró muy indignado ante esta situación que afecta de lleno a su negocio y en su caso personal ha tenido la calle cortada durante más de 7 meses. "La calle General Prim ha estado cortada por más de siete meses y aún sigue en obras y eso afecta muchísimo a mis clientes". "Dentro mi clientela frecuente hay muchísimas personas mayores que viven por aquí por el centro y no han venido a comprar", recalcó.
Asimismo, añadió que "por la mañana tenía toda mi clientela habitual que venía antes del mediodía y después por la tarde venían muchos funcionarios que no podían aparcar por ningún lado porque no hay aparcamiento y tampoco vienen, y claro el bajón ha sido bastante fuerte y se ha notado una barbaridad", aseguró.
Por último, en este aspecto ha querido hacer hincapié el comerciante Guerrero al que las falta de aparcamiento en el centro, a causa de las obras, le ha supuesto un duro revés para su negocio, ya que las personas también prefieren ir a los grandes supermercados para no tener este problema. "Los clientes dejan el coche en doble fila, vienen corriendo para hacer la compra y se vuelven enseguida para que no le multen y así no se puede es imposible. Y por eso la gente prefiere muchas veces irse al centro comercial porque se cansa de esta situación y prefiere marcharse, es comprensible", lamentó.
Además quiso añadir lo siguiente: "El centro está muy abandonado, hay muchas calles peatonales sin ningún peatón, son obras muy innecesarias y que están machacando a todos los negocios pequeños de Melilla". "Este local lleva abierto más de cien años y viendo cual es la situación actual con todos los problemas que tenemos y como se avecina todo, cada vez se ve más difícil mantenerse abierto", concluyó el propietario de la Bodega de Boris.
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