Garbín reconoce que la oferta de 400 plazas en comedores escolares supera la demanda real.
Pasa el verano y los comedores escolares siguen casi vacíos. La consejera de Bienestar Social y Sanidad, María Antonia Garbín, aseguró ayer a El Faro que la semana pasada sólo había inscritos 89 menores en este servicio, es decir, que sólo se ha cubierto el 22,25% de las 400 plazas que oferta la Dirección Provincial. De hecho, hay menos escolares en comparación con la última semana de julio, en la que se llegó a registrar a 125 alumnos. Pero, ¿qué causa esta baja demanda en los comedores escolares si durante el curso unos 585 menores se benefician de estos servicios? Garbín asegura que “existe esta necesidad” porque continúan subiendo las peticiones de ayudas sociales a la Ciudad. Pero, explica que las necesidades de las familias se “están cubriendo por otro lado”, como con el Ingreso Melillense de Integración (IMI), con las comidas que se dan en el comedor San Francisco o las ayudas que ofrecen las ONGs.
Ni la falta de información ni el mes sagrado de Ramadán, para Garbín lo único que justifica que los comedores escolares no tengan más demanda es que “las familias son asistidas con otras ayudas”.
La consejera de Bienestar Social explica que se determinaron 400 plazas para los comedores escolares porque era más o menos el número de alumnos con necesidades que suele beneficiarse de este servicio durante el curso. Sin embargo, menos de un cuarto de las plazas ofertadas se han cubierto en lo que va verano. La consejera también añadió que en 2015 en estas fechas volverán a abrir los comedores porque hay familias que precisan de este servicio, aunque se ajustará la oferta de plazas tiendo en cuenta que la demanda este año ha sido baja.
La consejera asegura que está evaluando todos los datos de los servicios sociales de los últimos meses y la conclusión es que la demanda de ayudas sigue aumentando, por lo tanto, las prestaciones sociales que da la Ciudad también sufren un incremento respecto a 2013.
Garbín resalta que en Melilla la tasa de pobreza infantil es de un 43% de la población y además, señala que cada mes se incrementan las peticiones de todo tipo de ayudas por parte de las familias melillenses. Asimismo, asegura que la población en la ciudad sigue aumentando y eso implica “más presión asistencial para los servicios sociales, los educativos y los sanitarios”.
Garbín señala que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha declarado que Melilla “está a la cabeza en inversión en servicios sociales”. Así, la titular de Bienestar Social añade que “las necesidades de las familias están cubiertas”.
Las ayudas de la Ciudad
La consejera explica que se ha duplicado el número de familias que reciben el IMI respecto al año pasado. En la actualidad, un total de 489 unidades reciben unos 650 euros de salario al mes.
También se han incrementado las comidas que se dan en el comedor San Francisco. En concreto, 250 al día más que en 2013. Además, Garbín destaca que en este centro se ofrecen no sólo comidas preparadas, sino también se dan paquete de alimentos. Así, la Consejería ha tenido que incrementar el presupuesto destinado en 2014 para la compra de estos productos porque hacen falta más para llegar a cubrir la demanda de las familias necesitadas. Además, han incluido más alimentos destinados a los pequeños, como son los zumos, los batidos, la leche o las galletas.
Por último, Garbín rechaza que se vayan a organizar actividades lúdicas en los colegios a la vez que se se abren los comedores, como sugería EAPN Melilla. La ONG proponía llevar a cabo talleres abiertos a todos los niños, para que los que se quedaran a comer no sintieran vergüenza. Pero la consejera segura que la intención de la Ciudad es que los niños salgan del colegio en verano y hagan actividades fuera en otros espacios.
Tres personas contratadas para poco trabajo
La Consejería de Bienestar Social y Sanidad firmó un convenio de colaboración con la Dirección Provincial a finales de junio para contratar personal que hacía falta para mantener abiertos los comedores escolares en verano. En concreto, la Ciudad destinó 6.400 euros para contratar a dos ayudantes de cocina a media jornada y a un cocinero. Este personal es para al comedor del colegio León Solá, ya que el Ministerio no podía cubrir el coste en personal de este centro durante julio y agosto.
Pero lo cierto es que estas personas están trabajando en un comedor donde hay poco que hacer. Éste es uno de los centros donde se acoge a más alumnos a la hora de almorzar durante el curso, pero a finales de junio sólo 75 escolares se beneficiaban de este servicio.
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