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Hubo dos actuaciones, una de madrugada y otra por la mañana, en un inmueble de El Pueblo
La intensa tormenta registrada el jueves por la noche en Melilla provocó que los Bomberos tuvieran que intervenir ayer en varias ocasiones. La primera fue de madrugada, sobre las 2:10 horas, debido al desprendimiento de parte de la cornisa de la azotea de una vivienda de la Plaza Doña Adriana, en Melilla La Vieja, a consecuencia del impacto de un rayo caído. Además, tuvieron que regresar sobre las 12:30 del mediodía para proceder al saneamiento de la fachada de este inmueble.
Según informaron a El Faro fuentes del Cuerpo, en la segunda intervención participaron un mando y dos bomberos, con un vehículo autoescala, con el objetivo de sanear los desperfectos que había provocado el rayo en la azotea del edificio.
La tormenta también le jugó una mala pasada a un conductor en la carretera del Tiro Nacional. Sobre las 23:45 de la noche del jueves, al dar marcha atrás, las dos ruedas traseras del coche acabaron en una zanja de una obra, según confirmaron fuentes de la Policía Local.
Los Bomberos tuvieron que intervenir para sacar el coche, que había quedado bloqueado en el agujero. El conductor asegura que no había valla, aunque la Policía no sabe qué pasó realmente porque los agentes sí la encontraron aunque desplazada, puede ser que debido a la lluvia.
Según fuentes de la Policía Local, el hombre no sufrió daños y los policías procedieron posteriormente a señalizar debidamente la zanja para evitar nuevos incidentes.
Además, los Bomberos, sobre las 2:50 de ayer, tuvieron que actuar de nuevo en Melilla La Vieja aunque en esta ocasión no tenía nada que ver con la lluvia puesto que la intervención, en la que también participó la Policía Local, se debió a un conato de incendio en el cuadro eléctrico de una vivienda en la calle Comandante Haya, que estaba vacía. Salía mucho humo y los bomberos tuvieron que entrar por la ventana pero el fuego no llegó a más.
Mujer mayor atendida
Los Bomberos también actuaron ayer, sobre las 13:56 horas, para acceder a una vivienda en la avenida Santander, en la que residía una mujer de edad avanzada a la que los vecinos llevaban varios días sin ver. Fueron ellos los que dieron la voz de alarma. La señora se encontraba mareada y fue atendida por los sanitarios del 061.