La crisis ha tenido diversos efectos en la economía de nuestro país y más concretamente en la de Melilla. Desde que a finales de 2008 la ciudad comenzara a notar los primeros efectos de esta coyuntura negativa, el tejido empresarial local ha ido variando. Muchos negocios no han podido aguantar las adversidades y se han visto obligados a echar el cierre. Otros no han tenido más remedio que reducir sus plantillas. Pero al mismo tiempo se ha registrado un incremento más que importante en la cifra de trabajadores por cuenta propia. En 2008 había en Melilla un total de 3.076, y este año cierra con 4.300. Esto significa que se ha producido un incremento de más del 40%, tal y como destaca en declaraciones a El Faro el secretario general de la CEME (Confederación de Empresarios de Melilla), Jerónimo Pérez.
El representante de los emprendedores locales apunta que se han puesto en marcha políticas que han incentivado la creación de autónomos, como por ejemplo las tarifas planas en el pago de las cuotas. Pero además destaca que muchos desempleados han visto su única salida en montar un pequeño negocio. La cruz de esta realidad es que muchas de estas pequeñas empresas apenas logran sobrevivir más de dos o tres años, a lo sumo.
Cambio de perfil
“En 2008 la mayoría de los autónomos que había en la ciudad tenían empleados a su cargo. Ahora hablamos de micropymes, muchas de ellas sin trabajadores. Son proyectos de economía de subsistencia”, indica. Esto provoca que, al tiempo que se abren nuevos negocios, otros que acaban de echar a andar acaben cerrando. Pérez apunta que con el mercado tan limitado que hay en nuestra ciudad la mayoría de estos emprendedores se dirigen a los mismos sectores de siempre y resulta complicado salir adelante, más aun teniendo en cuenta que el consumo interno no termina de despegar.
La mayoría de estos nuevos empresarios no busca negocios innovadores, sino pequeñas empresas que puedan darles beneficios sin tener que realizar grandes inversiones, porque no disponen de ellas.
En este punto, Pérez resaltó que desde la CEME ofrecen a los emprendedores asesoramiento. En cualquier caso, incluso cuando el proyecto no funcione, asegura que es positivo que los ciudadanos traten de buscar una salida a su situación en lugar de quedarse esperando. Eso sí, las empresas que surgen como consecuencia de la crisis tienen poco que ver con las que se asentaron en años anteriores en nuestra ciudad.
Apoyo a los emprendedores
El secretario general de la CEME pone además el acento en la necesidad de continuar avanzando en políticas que incentiven a los nuevos empresarios. Considera positivo que sobre la mesa haya un debate para la puesta en marcha de nuevas medidas como la ampliación del tiempo de tarifa plana, la flexibilidad para los pagos de las cuotas, mayores beneficios para la maternidad y la paternidad o que las bajas sean por días y no por meses cómo ocurría hasta ahora.
No obstante, advierte de que aún hay mucho camino por andar y que la equiparación en derechos laborales para autónomos y asalariados tiene que ser un tema que esté muy presente en esta nueva legislatura. Recalca sobre todo las dificultades que sufren los empresarios más pequeños, esos que como la mayoría de los que han surgido en Melilla tienen muy pocos empleados a su cargo o ninguno.
La defensa de las pymes, una de las principales preocupaciones de la CEME
La defensa de las pequeñas y medianas empresas (pymes) ha sido una de las principales preocupaciones de la CEME (Confederación de Empresarios de Melilla) durante este año. Así lo asegura su secretario general, Jerónimo Pérez. En esta línea se ha trabajado para que estas pequeñas empresas, que son la base de la economía local, puedan tener opciones para presentarse a concursos públicos y competir con otras de mayor tamaño y que tienen más márgenes a la hora de realizar sus ofertas. Resalta la relevancia, por ejemplo, de que estas grandes empresas respeten el acuerdo al que se llegó para el reparto del plus de bonificación a la Seguridad Social. Pretenden, además, que no se vete la opción de presentarse a un concurso público a una pyme por tener un volumen de negocio más pequeño. Asimismo, Pérez resalta que es imprescindible poner en valor el importante trabajo que desarrollan estos negocios y las dificultades a las que se enfrentan estos pequeños empresarios. Recalca que se trata de una forma de ayudar a la economía global de la ciudad. En este punto, pone el acento en el reconocimiento que desde hace 18 años la CEME le hace a las empresas más antiguas de Melilla. Indica que sería imposible entender la evolución que ha experimentado nuestra ciudad si no es con el valor de aquellos que apostaron por poner en marcha negocios aquí.
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