Los arrestados llevaban tiempo en actitud conflictiva y el centro tuvo que denunciarlo

• Ventura asegura que los trabajadores de La Purísima trataron de gestionar la situación, pero fue imposible

El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, aseguró ayer que la situación de los jóvenes subsaharianos que amenazaban a otros menores venía produciéndose desde hace algún tiempo en el centro de acogida de La Purísima. Ventura indicó en declaraciones a El Faro que inicialmente los propios trabajadores de las instalaciones trataron de intervenir para que estos jóvenes cambiaran de actitud. Sin embargo, ante la negativa de los detenidos de variar su conducta,  los responsables del centro se vieron obligados a recurrir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para pedirles su intervención.

Ventura dejó claro que este tipo de situaciones no son habituales en el centro. El consejero señaló que sí que se producen discusiones y peleas entre algunos jóvenes, pero que no suele haber problemas de tanta envergadura como los registrados estos días, con un grupo organizado.

El consejero apuntó que los detenidos llevan varios meses viviendo en las instalaciones y dijo que confía en que ahora la Justicia actúe de forma responsable para evitar que puedan producirse más conflictos en el interior del centro. Bajo su punto de vista, los menores deberían ser ingresados en el centro de reforma, aunque reconoció que ésta es una cuestión que se escapa de sus competencias y que tendrá que dirimirse en los tribunales.

En este punto, el responsable del área de Bienestar Social apuntó que si los jóvenes regresan a La Purísima incluso podría haber represalias por otros de los grupos de menores que viven en el centro y que han sido víctimas de sus delitos, lo que podría generar una mayor conflictividad.

Ventura señaló que los chicos detenidos mostraban constantemente una actitud amenazante, incluso con los trabajadores del centro. Aseguró que los menores manifestaban en todo momento abiertamente su intención de continuar con la misma actitud, por lo que no quedó más remedio que recurrir a otros estamentos para que tomaran cartas en el asunto.

El consejero insistió, eso sí, en que se trata de casos aislados y recalcó que en general la mayoría de los menores que residen  en el centro se adaptan a la normativa del mismo y participan de la vida cotidiana en las instalaciones sin causar problemas. Reconoció que se producen algunas disputas, pero como las que pueden verse en una casa entre unos hermanos.

El responsable del área de Bienestar Social indicó que tanto la Consejería como los responsables de La Purísima tienen una relación directa y habitual con la Fiscalía de Menores siempre que detectan alguna anomalía, aunque en la mayoría de las ocasiones estas situaciones no tenga repercusión social y mediática, como lo que ocurrió con la detención del grupo de chicos subsaharianos.

Además, Ventura resaltó el trabajo que realizan los empleados del centro con los menores que residen en él para evitar que se produzcan conflictos.

Ventura critica que algunas ONG asesoren a los menores para coaccionar a la Administración

El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, aseguró ayer en declaraciones a El Faro que el grupo de menores de La Purísima detenidos por la Guardia Civil por robar y amenazar a otros jóvenes del centro llevaba tiempo tratando de coaccionar a la Administración. El consejero apuntó que se trata de los menores que fueron fotografiados por una ONG con chanclas para denunciar que no tenían calzado adecuado, algo que el propio Ventura siempre dijo que era falso. El consejero apuntó el objetivo de estos chicos era que decretaran su mayoría de edad para salir de La Purísima. Sin embargo, dijo que aunque incluso llegaron a repetírseles las pruebas, éstas volvieron a determinar que eran menores. El responsable del área de Bienestar Social lamentó que algunos miembros de ONG hayan asesorado a estos niños para tratar de coaccionar a la Administración y aseguró que la situación ha sido puesta en conocimiento de la Fiscalía. Lamentó que algunas asociaciones que trabajan con menores de la calle no se preocupen realmente de ayudar a los niños, sino de ir contra la Consejería.