Categorías: Sociedad

Los 50 jóvenes y mayores voluntarios

La demanda de ayudas sociales se triplican en los últimos dos años.

La Sociedad San Vicente de Paúl no sería nada en Melilla sin el apoyo de 50 socios, voluntarios que dejan sus obligaciones y su tiempo de  ocio a un lado para echar una mano a las personas que más lo necesitan de Melilla.  Son jóvenes y mayores. Cada uno es especialista en algo, desde enfermeros a trabajadores sociales, administrativos, maestros y amas de casa. Da igual su experiencia anterior porque lo que más interesa a esta institución es que sean personas abiertas, cariñosas, pacientes y solidarias.
San Vicente de Paúl nació hace catorce años para cubrir las numerosas necesidades que se estaban detectando en la sociedad melillense. Bajo este nombre se sumaron otras entidades, como la Conferencia Virgen de la Luz, que se están encargando de todas las tareas que tienen que ver con el banco de alimentos.
Pero han aumentado tanto las demandas de ayudas, que la Sociedad de San Vicente de Paúl ha tenido que crear varias instituciones a su cargo para repartir el trabajo entre todos los voluntarios. Casi se han triplicado en los dos últimos años las demandas de los melillenses que están en riesgo de exclusión social y aún con estas nuevas ONGs ayudando, no se llegan a cubrir todas las necesidades.

Voluntario toda la vida
Una de las sociedades que se ha sumado a San Vicente de Paúl es la Conferencia Nuestra Señora de la Asunción, que lleva más de 90 años trabajando por los desfavorecidos de la ciudad. Estaba compuesta por cuatro personas mayores que aseguran que van a seguir trabajando por esta ONG lo que les queda de vida, así que aunque esta entidad se ha visto reforzada este año con la entrada de gente joven, estos melillenses siguen colaborando a diario con ellos.
Una de las ventajas que tiene San Vicente de Paúl es que son muchas las personas que se están comprometiendo como voluntarios. Les ofrecen su tiempo y sus esfuerzos para hacer las bolsas de los lotes de alimentos o las visitas de las familias que están censadas en esta ONG, ya que al año realizan unas 800.
Aunque toda la ayuda que reciba esta institución es poca, pues están desbordados. Se insiste desde San Vicente de Paúl en que la cifra de personas que demandan ayudas sociales va a seguir creciendo este año.

Un dispensario, más cerca de los necesitados

Uno de los socios de San Vicente de Paúl ha propuesto un nuevo proyecto, la creación de un dispensario. El objetivo sería ofrecer una atención de un enfermero a personas que no se puedan trasladar a los centros de salud. No se trata de sustituir a una consulta médica, ya que en este dispensario sólo se tomaría la tensión, se harían las pruebas del azúcar en sangre o pequeñas curas que necesiten las personas mayores o discapacitadas que no tienen recursos. Esta ONG estudiará al proyecto por si se puede poner en marcha este año.

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