El jefe de la Oficina Técnica de Ambiente Urbano, detenido el 18 de octubre, “habló” con la Guardia Civil durante seis horas.
Hace poco más de dos semanas que la ‘Operación Ópera’ llevó ‘al cuartelillo’ a tres altos cargos de la Consejería de Medio Ambiente y al interventor de la Ciudad. Pues bien, uno de ellos, el jefe de la Oficina Técnica de Protección del Ambiente Urbano, Luis Carlos López Rueda, desveló ayer en un grupo de Facebook un fragmento de la declaración que realizó ante la Guardia Civil, mientras que sus ‘compañeros’ el consejero José Ángel Pérez Calabuig y José Pastor, hacían lo propio ante la juez de Instrucción número 4, Mª José Alcázar.
‘Hay cosas que se deben contar, sin perturbar el secreto de sumario del ‘caso Ópera”, comenzó López Rueda en la red social, donde afirmó que fue el hecho de “contar la verdad”, lo que hizo que en la madrugada del día 19, tras declarar ante la juez, saliera en libertad.
“Un día amargo”
López Rueda fue el último de los detenidos en pasar a disposición judicial y recuerda esa jornada como “un día amargo”. Matiza en la red social que él nunca se negó a declarar ante la Policía Judicial de la Guardia Civil y que en vez de prestar declaración, para él, fue más “una larga conversación, que me alegro de haber hecho y quizás algún día continúe”.
Durante esa “conversación”, López Rueda explica que la Guardia Civil le “sacó un papel donde aparecían nueve ingresos en mi cuenta corriente”, ocho de 600 euros y uno, el primero, de 1.200 euros. En total 6.000 euros ingresados en su cuenta a través de cajero automático en febrero de 2008. En ese momento, afirmó, negó que esa cuenta bancaria fuera suya. “Una trastada” de la memoria, añade, pues “desde luego eran extraños ingresos y en ese momento no recordaba haberlos hecho. “Si ahora me dicen que haga una transferencia por cajero automático, diría no sé hacerla. La memoria te gasta esas trastadas”, aseveró.
Sin embargo, esta respuesta no fue del gusto de la Guardia Civil. Según dijo López Rueda, los agentes le avisaron: “Esto hay que aclararlo o dormirás en la cárcel”.
“En ese momento estaba hundido, totalmente hundido”, confiesa López Rueda, pero tuvo la entereza de solicitar a los guardias civiles que llamaran a su esposa. “Os diré que ella tampoco se acordaba, pero me dio 20 minutos”, apostilló.
En ese tiempo, López Rueda afirma que hizo un esfuerzo: “Si estaba en mi cuenta, si se había hecho con mi tarjeta, lo había hecho yo. Tenía que recordar. ¿Quién me podía haber dejado ese dinero? ¿Por qué de 600 en 600 euros? Parecía que lo sacaba de un cajero y lo ingresaba en mi cuenta. ¿Para qué? ¿Que pasó en febrero de 2008?”, se preguntó. La respuesta saltó: “Mi madre”.
López Rueda explicó en la red social que ese dinero se lo había dejado su progenitora para comprar muebles en Málaga para una vivienda de la que ese mes de febrero de 2008 habían firmado la hipoteca: “Bastaba con ir a la cuenta de mi madre y comprobar que había sacado 6.000 euros, en 10 días a razón de 600 euros por día”.
Así recuerda López Rueda uno de los momentos “más amargos” de esa jornada, mientras estuvo declarando ante la Guardia Civil.
“Cuento la verdad y el Señor me saca de ésta”
La declaración de López Rueda ante la Guardia Civil, en Facebook: “Sin perturbar el secreto del sumario del ‘caso Ópera’ hay cosas que deben contarse. La tarde del 18 de octubre, un día amargo, estuve casi seis horas, hablando con la Guardia Civil (G.C.), lo hice voluntariamente, y digo hablando en vez de declarando, porque realmente fue una larga conversación, que me alegro haber hecho y quizás algún día continúe”.
“Ya en la segunda mitad de esta larga charla, la G.C. sacó un papel donde aparecían nueve ingresos en mi cuenta corriente, ocho de 600 euros y uno, el primero, de 1200 euros. En total, 6.000 euros, realizados durante el mes de febrero de 2008. En ese momento estaba hundido, totalmente hundido. Pero para mí que soy creyente y después del 18 octubre aún más. En ese mismo momento el Señor decidió sacarme del lío, le pedí a la G.C. que le preguntaran a mi mujer, la llamaron y fue”.
“El Señor me guió, me iluminó y me sacó del atolladero en que me había metido. De pronto lo vi, eran los 6.000 euros que mi madre me había dejado para comprar muebles para una casa de Málaga”. “Yo había contado la verdad y el Señor me sacó del problema. Yo creo que si me ha sacado una vez me seguirá sacando, sólo tengo que contar la verdad, verdad que estoy escribiendo y, en ello estoy. Y ésa es mi estrategia: “Cuento la verdad y el Señor me saca de ésta”.
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