La presidenta de la Cámara de Comercio de Melilla, Margarita López Almendáriz, expresó en declaraciones a El Faro “su tremendo pesar por la situación de sus trabajadores”, que llevan ya más de un año sin cobrar. Reconoció que las obras de rehabilitación del edificio que alberga sus oficinas han acabado con los ahorros de la entidad, algo que no previeron desde el primer momento porque “no tenían una bola de cristal que les advirtiese de lo que iba a suceder en estos años”.
La presidenta de la Conferencia de Empresarios Melillenses expresó que siente profundamente el trago por el que han de pasar actualmente estos empleados, y valora positivamente su esfuerzo, tesón y compromiso con la Cámara de Melilla.
Falta de previsión
Reconoció en palabras a este medio que “jamás hubiera querido llegar a esta situación de impago”, pero que la firma del acuerdo de restauración del inmueble se acometió mucho antes de la entrada en crisis de la entidad, algo que no llegó a observar con claridad hasta “hace apenas un año”, relató.
De hecho, preguntada por los emolumentos que ella percibe, alegó que “jamás ha cobrado un duro de la entidad”, y que tal consideración y empatía con sus trabajadores (“en una situación más dura que la que ella vive”), la demuestra pagándose sus viajes de negocios a Madrid de su propio bolsillo: “En las convenciones me preguntan que como es que no cargo a cuenta mis gastos de viaje y hospedaje. Yo les contesto siempre que cómo podría hacer eso, cuando tengo trabajadores en casa que no perciben un duro por lo difícil de la situación”, afirmó la presidenta de la Cámara de Comercio y de la CEME.
“En todo momento creímos que íbamos a ser capaces de gestionar los fondos adecuadamente para compatibilizar los gastos derivados de la obra con aquellos propios de la gestión diaria del centro, de sus recursos y del pago a sus trabajadores”, expresó Almendáriz a este periódico.
Admitió que si la directiva hubiera sabido que la crisis y la reforma de Zapatero iban a repercutir de tal manera en los ingresos de la entidad, quizá no hubieran acometido esta obra pero que, en aquel momento, “estaban prácticamente obligados a rehabilitar un edificio único, histórico, y con una historia singular. Si hubiéramos permitido que el inmueble cayera en el abandono o se deteriorase irreversiblemente no nos lo hubieran perdonado jamás ”, expresó la presidenta de la Cámara de Comercio.
Ahora, y tras el devenir de su cámara y de otras tantas en España, se pregunta si la medida del ex presidente Zapatero fue tan buena para los empresarios, “aún a sabiendas que ha dejado a más de 12.000 personas sin trabajo”, indicó.
Almendáriz se quejó de la arbitrariedad del ex jefe del Gobierno a la hora de promulgar un decreto ley que ha acabado mermando la capacidad de actuación y cohesión que las cámaras estatales aportaban al empresariado.
Reforma y venta
Cabe recordar que el precio final del inmueble (450.000 euros) se queda lejos de los 950.000 euros que costó la rehabilitación del edificio (pagado a medias por la cámara y la Ciudad). Preguntada Almendáriz por esta disparidad de importes, contestó que se ha vendido “al precio que se ha podido, sujeto a diversas presiones. No lo hemos querido ceder al mejor postor, sino a quien pudiera hacer un mejor uso de este preciado edificio”, comentó.
“Recibimos una oferta muy suculenta por parte de una empresa hostelera, pero la rechazamos al considerar que no es el mejor fin para un inmueble de tal calado. Al final no nos ha quedado otra que venderlo a este precio, por mal que nos pese, para el bien de todos. Con este dinero se acometerá la liquidación de las deudas que se han podido contraer desde la cámara”, explicó.
Considera Almendáriz que con este ingreso por parte de la Ciudad se podrá acometer el pago íntegro del dinero que se debe a los trabajadores. Preguntada por si será suficiente para hacer frente a todas las deudas contraídas, alega que lo desconoce con certeza, pero cree que sí, y quien diga lo contrario “sabe más que ella o tiene un interés especial en desestabilizar, cuando nadie puede acusarnos de no haber dado la cara o de haber aguantado en pie cuando la situación así lo exigía”, concluyó la presidenta de esta cámara en disolución.
La Cámara central de España, si actúa, será tras la liquidación
Las Cámaras de Comercio de Melilla y Ceuta son las únicas no tuteladas por las comunidades autónomas, sino por el Ministerio de Economía y Competividad, que ha dado la orden de liquidar el organismo cameral melillense y trasladar las competencias a la Cámara de Comercio de España.
La portavoz de esta organización estatal reconoció a El Faro que, por ahora, el conflicto no es de su competencia, y que tan sólo se plantearán qué hacer en Melilla cuando la actual cámara esté totalmente liquidada.
Por su parte, Almendáriz expresó que, en principio, la cámara central tenía interés en fijar una delegación en la ciudad autónoma para prestar los servicios que ofrecía el ente melillense hasta la fecha.
Sin embargo, ante las reiteradas preguntas de este periódico, desde el organismo nacional no quisieron otorgar ninguna certeza a esta posibilidad, considerándola tan sólo “una probabilidad a estudiar cuando se produzca la liquidación total de la Cámara de Comercio de Melilla”, según insistió en repetidas ocasiones su portavoz.
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