Carmen, la niña melillense que sufre osteogénesis, conocida como la enfermedad de los huesos de cristal, ha podido salir este lunes al recreo por primera vez desde que se lesionó a principios de curso.
Muy emocionado, su padre, Ginés Moreno, ha explicado a El Faro que la niña está muy feliz por volver a salir al patio del colegio durante el recreo como el resto de sus compañeros. Lo ha hecho este lunes, acompañada por una de las 25 nuevas cuidadoras que el Ministerio de Educación ha incorporado a los centros de enseñanza de la ciudad.
La decisión de permitir a Carmen salir al patio del colegio da un giro a la determinación de la Dirección del Reyes Católicos de no permitir la salida de niña al patio en horario de recreo para protegerla de cualquier accidente que pudiera haber, como el que tuvo a principio de curso cuando un compañero, sin querer, chocó con ella y a la niña se le reabrió una fractura que arrastra desde hace cuatro años.
El cambio de actitud del centro llega tras la rueda de prensa que Joan Casares, presidente de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres (Fampa) de Melilla dio junto al padre de Carmen, Ginés Moreno, exigiendo que la niña pueda salir al patio como el resto de estudiantes del centro porque de lo contrario se estaría vulnerando la ley educativa vigente que promueve la inclusión en los colegios de niños con diversidad funcional.
Casares fue explícito en declaraciones a El Faro al explicar que integración es todos juntos en las aulas, pero inclusión es todos juntos e interactuando.
Agradecimiento de los padres
La familia de Carmen ha querido agradecer el apoyo de todos los melillenses que se han solidarizado con su caso porque esta victoria es también suya.
"Carmen ya tiene cuidadora, y hoy por primera vez después de tantos meses ha podido salir al patio y jugar con todos sus amigos. Solo os puedo dar la gracias por todo a los que os habéis interesado en el tema, por todo el apoyo que hemos recibido a diario y por todo el cariño que nos habéis demostrado. La niña está que no cabe en sí de alegría. Y nosotros, no os podéis imaginar lo felices que nos ha hecho cuando hemos visto a nuestra niña al salir del 'cole' dando saltos de alegría", señala la familia en una carta de agradecimiento.
Ginés Moreno cuenta que salía del trabajo cuando recibió la llamada de su mujer, que apenas podía articular palabra de tanta emoción, para contarle que la niña había vuelto a salir al patio del colegio. Él no se contuvo y echó a correr y no paró hasta llegar a su casa.
(Carmen) "Está súper contenta con su nueva cuidadora y ya ha estado haciendo planes con sus amigas para jugar mañana en el patio. Su sonrisa nos ha quitado todas las penas que arrastrábamos. No os podéis imaginar lo felices que estamos", insiste la familia en la carta de agradecimiento enviada a todos los melillenses.
Además, Ginés Moreno ha mostrado también su gratitud hacia el colegio Reyes Católicos "por haberse informado de las características de la enfermedad de Carmen y haberle dado solución a esta situación", señala.
Al respecto, explica que "Carmen es una niña normal, que corre, salta, baila, juega y básicamente su enfermedad se resume en la baja calidad del colágeno que su cuerpo genera. Por eso existe la debilidad ósea. Eso no quiere decir que deba estar en una burbuja", aclaran los padres, al tiempo que piden que aquí no se trata de poner barreras sino de buscar soluciones porque "ningún niño con discapacidad viene con manual de instrucciones. Cada persona es diferente en todos los sentidos".
En opinión de la familia de Carmen, hay que seguir luchando para que los niños y niñas con necesidades especiales puedan tener las mismas oportunidades y derechos que los demás ya que tienen los mismos sueños e inquietudes que cualquier otro niño de su edad. Pero en este sentido, reconoce que aún queda mucho camino por andar.
"Deseamos con todo nuestro corazón que nadie vuelva a pasar por una situación como la que nos ha tocado vivir. Para ello debemos seguir mejorando entre todos y que se tengan las herramientas necesarias para que estos niños puedan socializar con todos sus amigos y compañeros con seguridad".
A pesar de que este lunes ha sido un momento de felicidad para la familia de Carmen, los padres de la menor no olvidan el calvario que han vivido y por eso esperan que el próximo año no se dé la misma situación y que desde que empiece el curso se disponga de cuidadoras para niños con diversidad funcional.
"No sabemos exactamente qué es lo que tiene que ocurrir para que esto se dé, pero hay que luchar para que se trabaje en ello", insisten.
Los padres cierran su carta de agradecimiento haciendo hincapié en que desde que Carmen nació han trabajado y van a seguir trabajando para que la niña entienda "que ella no es diferente al resto"; que puede ser lo que quiera y que lo puede conseguir con sacrificio.
"Éste es uno de los capítulos más duros que nos ha tocado vivir como padres, si no el que más, pero al final vamos a poder pasar las Navidades sin el nudo en la garganta cada vez que veíamos a nuestra pequeña triste", concluyen.
Acaba así, un episodio que podíamos haberle evitado a Carmen, pero que ha servido para que todos los melillenses comprendan que unidos somos más y tenemos más fuerza. Callarse no soluciona los problemas. Los padres coraje de Carmen nos han dado a todos una lección de fortaleza. Ellos no pelearon solo por su hija: pelearon por todos los niños con algún tipo de discapacidad que merecen disfrutar de la inclusión que tanto nos ha costado que sea amparada por la ley.