Editorial

Lo importante es que los melillenses estemos unidos

La concentración llevada a cabo ayer se mantuvo en los límites que deben regir en estos casos, pues no hubo que lamentar incidentes como los de la semana pasada.

No se quemaron banderas de Israel, ni hubo un grupo de gente congregada frente a la sinagoga de la calle López Moreno, que fueron seguramente los dos asuntos que más dolieron a la población judía melillense, que, por otra parte, nada tiene que ver con lo que está sucediendo en la franja de Gaza.

Lo cierto es que, durante la concentración –que, esta vez, y esa es posiblemente una de las claves-, no derivó en manifestación con gentes recorriendo las calles del centro de Melilla y golpeando vallas, quien esta vez se encargó de ejercer de portavoz, Mohamed Bussian, trató de poner cordura en el asunto.

Para empezar, dejó claro que las protestas no se dirigen contra los judíos, en general, y mucho menos contra los judíos melillenses, para ser más concretos. Ni siquiera es contra el Estado de Israel, sino sólo contra las acciones que el Gobierno presidido por Benjamin Netanyahu está llevando a cabo en la franja de Gaza como represalia ante el primer ataque, lanzado el 7 de octubre, por Hamás. Un acto injustificable claramente pero que los manifestantes, no sólo en Melilla, sino también en diversas partes de España y de Europa, consideran una reacción desproporcionada por parte del Gobierno de Netanyahu.

En cualquier caso, y esto es, para Melilla, lo más importante, los manifestantes, en especial Bussian, quien ejerció esta vez de portavoz, quisieron desligar completamente a los ciudadanos judíos locales de cualquier responsabilidad respecto a lo que allí está sucediendo.

De hecho, Bussian recordó que precisamente Melilla se ha caracterizado siempre por la extraordinaria convivencia que hay entre las diferentes comunidades religiosas que la integran, como quedó claro en el acto que se celebró hace unos días en el Palacio de la Asamblea con aquel rezo colectivo en el que todos llamaron a la hermandad.

Haya sido por aquel rezo, haya sido por las declaraciones de Bussian, o incluso haya sido por la mayor presencia policial en la Plaza de España, lo importante es que en esta ocasión no se produjeron incidentes.

Melilla debe seguir siendo lo que siempre ha sido y debemos unirnos para no estropear una convivencia largo tiempo cultivada. Eso es lo que, sin duda, todos deseamos todos.

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