Categorías: Sociedad

Lo de la Plaza de Toros tenía ‘lo suyo’

Las obras no son como empiezan sino como acaban y eso le va a pasar a la Plaza de Toros de Melilla, que tardarán esas obras por su complejidad. Se iniciaron para sanear unos altos situados sobre las fachadas de ‘Los Cabales’ y ‘Los Medios’ y parecía poco menester pero, de una obra concluida en 1.947 y carente de sucesivos mantenimientos, se puede esperar de todo. No sólo eran esos ladrillos que ribeteaban el coso sino mucho más. Así la zona colindante con el Centro Asistenial ‘La Gota de Leche’ se ha convertido en una acumulación de útiles de trabajo, andamios y acopio de materiales, imprescindibles para completar un proyecto y aumentar los costes de remodelación en no poco dinero, mucho más cuando el coso melillense se toque en sus laberintos internos porque, eso sí, las tripas de la Plaza de Toros, piden obras a gritos. Pero eso es otra cuestión diferente.
El caso es que hace meses –tres, creo– se instala un andamio y se sanean los ladrillos cercanos a la caída libre. Bien, pero es que esas obras de saneamiento se encuentran con huecos en las fachadas del coso de la calle Querol y, obviamente, hay que emplearse a fondo para que los paneles de ladrillo no se deslomen y causen cualquier disgusto. El área de trabajo de la empresa concesionaria crece, vaja, que no para, por su acceso por la calle de Millán Astray. Ya son varios los contenedores de obra precisos para seguir trabajando, así como estructuras de acceso a los lugares más alejados del piso.
El asunto va a derivar en que las obras –a no ser que los currantes corran como liebres– no estarán acabadas antes de la Feria de Septiembre. Bueno, tampoco pasa nada grave. Se montan unos accesos a las galerías de entrada y sólo será un problema estético, es decir, las fachadas de la ‘Mezquita del Toreo’ estarán llenas de artilugios durante la semana ferial pero correspondientes a un proyecto que trata de poner en primer tiempo de revista la estructura del coso taurino, un hecho que no se constata desde mediados del siglo pasado, que ya es decir.
Sea como fuere, la Ciudad Autónoma está decidida a rematar la faena y a garantizar la seguridad de todas las estancias del inmueble de la calle Querol. Todo es por la seguridad de las personas y cuidar la esténtica de un edificio que, por demás, cuenta con unos soberbios pilares –antes se construía en condiciones– que garantizan la seguridad de todos los espacios. Ahora se están retocando aspectos de la presencia exterior de la plaza y parece que queda trabajo y que se está llevando a cabo de forma segura y razonable.

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