En uno de los juicios celebrados ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla, un hombre fue condenado a tres años y un día de prisión y al pago de una multa de 60.000 euros tras haber sido detenido en el puerto de Melilla con 8,5 kilos de hachís ocultos en su vehículo.
Los hechos sucedieron el 24 de julio del año pasado. El acusado, de iniciales M. E., pretendía embarcarse con su coche en un buque rumbo a Almería. Sin embargo, en el registro practicado por agentes de la Guardia Civil, fueron halladas 24 botellas de plástico en el interior de las que se ocultaban bellotas de hachís que sumaban 8,5 kilogramos. La droga estaba valorada en 26.000 euros, según indicó la juez.
Desde entonces, M. E. ha permanecido en prisión preventiva en el Centro Penitenciario de Melilla. Ayer acudió a la vista oral esposado y escoltado por dos efectivos de la Policía Nacional.
Antes de que el inculpado entrara en la sala, su abogado defensor negoció con el Ministerio Fiscal los términos de la conformidad, pues su cliente reconocía el delito cometido. De esta forma, evitó que la acusación pública reclamara una pena de cárcel de mayor duración.
Reconoce los hechos
Al acceder a la sala el acusado, la juez le informó del acuerdo alcanzado entre el letrado y la fiscal, por el que se le imponen tres años y un día de prisión, 60.000 euros de multa, comiso de la droga y del vehículo. “¿Conforme?”, le preguntó la magistrada. “Sí. Ya está”, respondió él.
No obstante, M. E. manifestó que deseaba cumplir la condena “en una cárcel cerca de Granollers”, en la provincia de Barcelona. Las razones de esta intención se encuentran en que tiene “arraigo” allí porque es donde vive “una hermana”.
De esta forma, su abogado solicitó su libertad como medida provisional, encaminada a que cumpla la condena “en la prisión más cercana a su domicilio”.
Fianza de 5.000 euros
La juez informó al letrado y a su defendido de que esa decisión estaría supeditada a que el condenado abone una fianza, cuyo coste ascendería a los 5.000 euros.
De reunir el sentenciado ese dinero, se le permitiría abandonar la cárcel de nuestra ciudad y dirigirse a la península. Después, debería acudir “voluntariamente”, según dijo la juez, al centro penitenciario donde deba cumplir la condena que se le impuso ayer en los Juzgados de Melilla.
Busca y captura
En el supuesto de que M. E. no se presentase en la prisión en la fecha prevista, un juzgado dictaría una orden de busca y captura contra él.
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