Un hombre se enfrenta a una pena de prisión de tres años tras haber sido acusado de hacer tocamientos en los pechos y en el trasero a una joven que cuando ocurrió el suceso, el 31 de enero del año pasado, era menor, pues tenía 17 años.
Sobre las 1:45 horas de la citada fecha, el acusado, de iniciales A. G., se aproximó a un grupo de jóvenes que hacían botellón en el barrio de la Victoria.
“¿Se acercó a la joven, le tocó las nalgas y los senos y la intentó besar?”, le preguntó la fiscal, algo que él negó, afirmando que fue ella quien se acercó al banco donde se encontraba sentado.
“Bésame, vamos a follar”
“¿Niega que le dijera ‘cásate conmigo’?”, insitió la acusación pública. “Eso puede ser”, contestó él. “¿Y ‘bésame, vamos a follar’?”. “Tampoco”, replicó el acusado, quien sólo reconoció que llamó “gorda” a la denunciante.
El abogado defensor basó su estrategia en afirmar que los jóvenes que hacían botellón se estaban “riendo” de él a cambio de darle alcohol. “Sí, se estaban riendo de mí”, declaró el individuo. “Hacía más de tres meses que yo estaba viviendo en la calle”, añadió.
El acusado agregó que tras llamar “gorda” a la chica, la hermana de ésta le dio “dos tortazos”. “Luego llegó la Policía, la secreta, y me llevaron al calabozo”, relató.
El letrado insistió en el tono de “burla” y de “broma” de la situación y que lo de “cásate conmigo” entraba en ese ambiente.
Declara la denunciante
La supuesta agredida, M. V. C., declaró que A. G. “iba bebido” y que se opuso a que sus compañeros de fiesta le dieran alcohol.
“¿Te tocó el culo, te cogió de los pelos y acercó tu cabeza a su zona genital?”, le preguntó la fiscal. “Sí. Me lo intenté quitar de encima”. Según su testimonio, después el inculpado le dijo: “Te acompaño a casa, sé dónde vives”.
Luego prestaron testimonio dos jóvenes que presenciaron parte de los hechos. Estos dos chicos estaban dentro de un coche. “Vi cómo le tocaba el culo”, afirmó uno de ellos. El otro agregó que el individuo “la agarraba de los hombros” para acercarse a ella. Así, intervinieron para separarlos.
También declaró un policía que acudió tras recibir una llamada en el 091. El agente confirmó que la joven estaba “muy alterada” y que le relató las acciones que supuestamente efectuó el acusado.
El abogado defensor destacó que, según las declaraciones de los testigos, eran “siete u ocho chicos” los que estaban con ella y que la mayoría no intervinieron. Al respecto, la fiscal dijo, no sin pedir excusas antes: “El mundo está lleno de gilipollas y no podemos responder de lo que hagan los demás”.
La acusación pública reclamó, aparte de los tres años de cárcel para el acusado, una orden de alejamiento de cinco años, en los que no podría aproximarse a ella a menos de 200 metros. El abogado, en cambio, pidió la libre absolución.
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