Un joven se enfrenta a una petición de condena de seis años de prisión. La Fiscalía de Melilla lo acusa de cometer sendos delitos de robo con violencia y de obstrucción a la justicia. Según describe en su escrito, el encausado participó activamente en un robo por el que un menor ya ha sido condenado, ya que sacó una navaja a la víctima y le sustrajo el móvil. A los pocos días, tras tener conocimiento de que había sido denunciado por el perjudicado, lo amenazó de muerte. “Ven, que te vamos a matar todos”, fue lo que supuestamente dijo al querellante, que estaba en compañía del menor que llevó a cabo el robo del teléfono y de otro joven, acusado también en esta causa por obstruir a la justicia. Para este segundo procesado, la fiscal reclamó ayer una pena de dos años y medio de cárcel.
Estos hechos fueron ayer enjuiciados en la sala del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla. Los dos encausados, de 20 y 21 años, comparecieron esposados, después de que los trasladasen a las Torres V Centenario desde el centro penitenciario de la ciudad. Ninguno de los dos reconoció los hechos que se describen en el escrito acusatorio del Ministerio Público.
Según explicó uno de ellos, la madrugada de 11 de septiembre de 2016 no intervino en el robo de un móvil que tuvo lugar en el polígono industrial. Explicó que había bebido “mucho alcohol” y que pidió a la víctima que le diera cinco euros, pero luego se los devolvió. Según expuso, fue luego cuando un menor llevó a cabo el robo a punta de navaja, sin que él estuviese presente. “Supe lo ocurrido a la semana siguiente”, defendió.
Presunta intimidación
Sobre la segunda denuncia, correspondiente al 7 de octubre del mismo año, el acusado señaló que iba en un vehículo junto al otro procesado cuando vieron al querellante a la altura del campus de la Universidad de Granada en Melilla. Entonces, él se apeó del coche y, cuando pretendía acercarse al joven, este paró a una patrulla de la Policía Local que en ese instante pasaba por el lugar.
“Sólo quería saber por qué me había denunciado”, sostuvo. Según indicó, no insultó al querellante y su intención no era intimidarlo. Además, este encausado señaló que el otro procesado se quedó en la acera de enfrente, sin dirigirse al denunciante en ningún momento.
El segundo procesado negó que hubiera amenazado de muerte al denunciante. Según dijo, se bajó del coche junto a sus amigos, pero no para intimidar al joven. “Ellos querían saber por qué los había amenazado, pero yo me quedé en la otra acera”, apuntó.
Versión de la víctima
En el juicio de ayer, el perjudicado, de 19 años, explicó que fue un menor el que le sacó una navaja para robarle. No obstante, señaló que uno de los acusados estaba junto a él, por lo que era consciente de la situación. “Estaba con él, como para defenderlo”, sostuvo. Según indicó, este mismo procesado le dijo que le diera cinco euros, pero cuando este fue a entregárselos, le devolvió el dinero.
Por otro lado, sobre los hechos constitutivos de un presunto delito de obstrucción a la justicia, el joven apuntó que le dijeron que lo iban a matar si no retiraba la denuncia. “Vinieron hacia mí de manera agresiva”, agregó.
El querellante explicó que, tras este episodio, los dos procesados se volvieron a dirigir a él una noche en el polígono industrial para pedirle que retirase las denuncias. “Uno de ellos me dijo que le diera 20 euros y que se olvidaba de todo, que su madre estaba llorando mucho y que él era capaz de todo”, señaló. “El otro sí me pidió perdón”, dijo el perjudicado. “Esto último no lo he denunciado”.
Tras escuchar todas las declaraciones, la representante del Ministerio Público solicitó que se dictase una sentencia condenatoria para ambos procesados. Pidió que uno de ellos cumpliera seis años de cárcel por los delitos de los que lo acusa, además de pagar una multa de 4.500 euros. La misma sanción la reclamó para el otro encausado, para quien pidió dos años y medio de cárcel.
Los letrados, por su parte, solicitaron la libre absolución de sus representados. Según incidieron, no había pruebas de cargo en contra de sus clientes.
Uno de los acusados quiso aprovechar su derecho a la última palabra para incidir en que no estuvo presente en el momento en el que el menor cometió el robo del móvil a punta de navaja. “Yo estaba con mi gente”, dijo.
Este caso quedó visto por el titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla. Tendrá que dictar una sentencia.
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