El político y escritor asegura que la prevención es clave para la lucha contra la corrupción
¿Cómo se puede luchar contra la corrupción? El político y escritor Joaquín Leguina lo tiene claro: La prevención es la clave. El socialista ofreció ayer una conferencia en el Campus de nuestra ciudad para hablar sobre uno de los temas que copa la actualidad informativa de nuestro país en los últimos meses, la corrupción política. Coincidiendo con la festividad del patrón de la Facultad de Ciencias Sociales, Leguina hizo un análisis sobre lo que nos ha conducido a esta situación y las principales vías para cambiarlo.
El que fuera presidente de la Comunidad de Madrid y secretario general del PSOE madrileño aseguró que el primer paso para combatir la corrupción es que haya una voluntad real de hacerlo. Leguina dijo, además, que no se trata sólo de imponer medidas punitivas, que sirven para reprimir la corrupción, sino que además hace falta medidas preventivas.
Leguina señaló que los estudios internacionales que él ha analizado demuestran que la capacidad de decisión sobre contratos de recalificaciones o concesiones está en un 80% en los políticos, al contrario de lo que ocurre en los países más avanzados de Europa donde este tipo de decisiones son responsabilidad de funcionarios y técnicos especializados. El socialista aseguró que es imprescindible cambiar esto. “Hay cosas en los que las manos de los políticos deberían estar alejadas de la cesta del pan”, aseveró.
El ponente dijo que un político es el que tiene que tomar la decisión de si se construye un puente, pero no de quién va a realizar la obra. “La Iglesia Católica lo dice, quien evita la tentación evita el pecado”, sentenció.
En cuanto a si hay mucha o poca corrupción en nuestro país, Leguina reconoció que la sensación es que hay mucha, pero advirtió de que en realidad no es tanta. Además, señaló que en los últimos meses, debido al “hartazgo” de parte de la sociedad y a las consecuencias de la crisis política ha cambiado la percepción que se tiene de este tipo de delito. El socialista señaló que hasta no hace mucho la corrupción era algo que no hacía perder demasiados votos. Este cambió, apuntó, “puede dejar sentados” a los dos grandes partidos. “Ya no se olvida la corrupción”, dijo.
“Tu aprietas y aprietas a las clases medias asalariadas, que son la base de cualquier democracia, que al final reaccionan”, resaltó. En este punto, Leguina se refirió al sector del periodismo, cuya complicada situación criticó y recalcó que los profesionales de los medios son una parte importante de cualquier sociedad. De esta situación, incluido el empeoramiento de las condiciones laborales de los funcionarios, deriva el desencanto generalizado por la política, especialmente por los principales partidos, según Leguina. “Esto puede significar alguna tragedia para el país”, apostilló.
El socialista se refirió también a la irrupción de Podemos, aunque señaló que se trata de un “futurible”. No obstante, reconoció que precisamente el desafecto de parte de la sociedad hacia los partidos políticos tradicionales es lo que trae ahora una posible alternativa, que consideró “no muy favorable”.
En cuanto a si existe voluntad por parte de la Administración para acabar con esta corrupción, Leguina dijo que si se hace caso a lo que dicen los responsables políticos parece que sí, pero si se analiza lo que se ha hecho, parece que ha sido muy poco. “Esta Ley de Transparencia, está bien, pero es absolutamente insuficiente”, apostilló. El socialista insistió en que es imprescindible apostar por la prevención y apostar por una Administración que funcione basada en la profesionalidad de los funcionarios y no en las voluntades a veces “arbitrarias” de los políticos. “Si hay que recalificar un terreno que lo diga un urbanista y lo explique, en lugar del político de turno, como se ha hecho hasta ahora, con decisiones arbitrarias y seguramente untadas con dinero”, recalcó.
El socialista señaló, además, que se ha visto que al margen de la especulación inmobiliaria se está viendo que hay otras vías de corrupción como ha ocurrido en el caso de la Operación Púnica.
En cuanto a la actuación de la Justicia, Leguina consideró que en nuestro país en general la Justicia no funciona muy bien. Consideró que la instrucción es demasiado larga y se deja para el final lo que es más sustantivo, que es el juicio oral.