Un individuo reconoció ayer ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla que había cometido un delito de robo con fuerza en las cosas en grado de tentativa. De esta manera, admitió los hechos descritos por la fiscal en su escrito de acusación: intentó robar en la farmacia de la Plaza de las Culturas y también en una heladería situada en el Paseo Marítimo. Otro joven está acusado por estos hechos, aunque este aseguró que no tuvo ninguna implicación en los mismos. La representante del Ministerio Publico pedía inicialmente un año de cárcel para los dos encausados, pero accedió a rebajarle la pena reclamada al primero de ellos por su predisposición a colaborar con la Administración de Justicia.
Los hechos enjuiciados ayer tuvieron lugar el 20 de marzo de 2012, en torno a las 1:20 horas. Aunque uno de los procesados quiso acogerse a un acuerdo de conformidad con la fiscal, lo que pasa por el reconocimiento de los hechos, el segundo sostuvo que no tuvo nada que ver con los robos. “A mí se me retuvo en mi casa y yo acompañé a los agentes a comisaría, pero no tenía ningún conocimiento de nada”, subrayó.
Según pudo saber este diario, este segundo acusado fue inculpado por el procesado que ayer admitió los hechos, cuando fue arrestado por los robos en grado de tentativa.
Lo vieron actuar solo
Ayer declaró en calidad de testigo la persona que, en el momento de los hechos, trabajaba como vigilante de la farmacia de la Plaza de las Culturas. Según expuso, él acudió al establecimiento después de que hubiera saltado la alarma del local y encontró la puerta rota.
“Vi que el chico estaba sentado en un banco de enfrente. Cuando él me vio aparcando el coche se fue apresuradamente de allí, en actitud sospechosa”, afirmó en la vista. Según aclaró, pudo apreciar que esta persona se encontraba sola. Más tarde, dijo, lo encontró intentando forzar la persiana metálica de la heladería Carte d’Or, en el Paseo Marítimo. Entonces intervino para retenerlo hasta la llegada de la Policía Nacional, como se describe en el escrito acusatorio.
El propietario de la farmacia que sufrió el intento de robo acudió al juicio para aclarar que reclamaba una indemnización por los daños ocasionados en su negocio, valorados en 930 euros.
Suspensión
La fiscal no se opuso a la suspensión del ingreso en prisión para el procesado que admitió los hechos en la vista. Para que se conceda esta posibilidad tienen que darse dos circunstancias: que el encausado no tenga antecedentes penales de la misma naturaleza delictiva y que la pena reclamada no supere los dos años de cárcel.
Además, mantuvo la petición de un año para el otro encausado, pese a que el único testigo presencial de los hechos manifestó que sólo vio a una persona cometiendo el robo en grado de tentativa. La defensa de este solicitó su absolución. “No hay pruebas en contra”, incidió el letrado. En su derecho a la última palabra, este procesado aseguró ser inocente:“A ver si salgo pronto de la cárcel, que llevo allí cuatro años”.
La magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 tendrá que dictar una resolución.
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