Un hombre se enfrenta a un año de prisión por un delito de violencia de género al haber empujado a su mujer y haber intentado darle un puñetazo. Además, el Ministerio Fiscal reclama tres años de prohibición de tenencia de armas y otros tres de incomunicación con su pareja y orden de alejamiento de 200 metros.
En las cuestiones previas del juicio, que se celebró anteayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla, la abogada de la defensa pidió que se tuviera en cuenta en el proceso que el acusado sufre un trastorno psicopático y que iban a solicitar al Hospital Comarcal el historial clínico mental del acusado como prueba.
Sin embargo, la jueza no lo admitió, alegando que tendría que haberse comunicado en la fase de instrucción.
Al lado de una torreta
Los hechos ocurrieron en la tarde del pasado día 12, sobre las 17:30 horas, en la playa de Los Cárabos. El acusado estaba con su mujer y con sus hijos al lado de una torreta de vigilancia y la pareja empezó a discutir, aunque el inculpado lo definió como que solo intercambiaron unas “palabrillas”.
Relató que su mujer le había perdido un objeto y le estaba mintiendo sobre el tema. Añadió que solo quería que ella reconociera “su falta” aunque explicó que si es verdad que subió el tono de la conversación.
Uno de los testigos, un joven socorrista, relató que un compañero avisó por el walkie de que un hombre había empujado a su mujer. Entonces se acercó hasta el lugar y vio como el acusado, que estaba sentado en una tumbona, “puso el puño en posición de agredir” a la pareja, que estaba tumbada, pero que no llegó a hacerlo porque él le gritó para evitarlo.
Actitud agresiva
El socorrista detalló que entonces fue corriendo hasta el sitio y que el hombre estaba muy agresivo. La defensa le preguntó si, al verlos gesticular, había podido confundirse y pensar que iba a golpear a la mujer, pero el joven aseguró que no había lugar a la confusión y añadió que había más personas que también increparon al hombre.
En cuanto al otro socorrista, contó que estaba en la torreta y vio a una pareja discutir, en presencia de unos niños, y el hombre acabó empujando a la mujer, que estaba de espaldas, aunque no llegó a caerse. Dice que avisó a otro compañero pero que la pareja se sentó en la hamaca y parecía que se habían tranquilizado.
No obstante, el vigilante concretó que acto seguido vio cómo el acusado hizo el ademán de golpear con el puño a la perjudicada, que se había levantado de la tumbona, aunque no llegó a agredirla. “La mujer tenía cara de miedo”, apuntó, haciendo hincapié también en la “actitud agresiva” del inculpado.
Por su parte, la presunta perjudicada, con la que tiene cuatro hijos en común, se acogió a su derecho a no declarar y no ha presentado denuncia. El abogado de la acusación particular se retiró del proceso.
En cuanto a la defensa, definió el suceso como una “acalorada” discusión de pareja y resaltó que había algunas contradicciones en los testimonios de los socorristas sobre los hechos.
El inculpado, en su derecho a la última palabra, solo le dijo a la jueza que hiciera “lo correcto”. El juicio ha quedado visto para sentencia.
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