Un individuo ha sido condenado a dos años de prisión por el Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla como autor de un delito de robo con violencia e intimidación. Así lo dictó el juez después de que el acusado admitiera su culpabilidad el martes en la sala de juicios, reconociendo así los hechos expuestos en el escrito acusatorio del Ministerio Fiscal. Según se describe en el mismo, el procesado abordó a una mujer con una navaja para robarle el teléfono móvil.
Estos hechos tuvieron lugar el 13 de marzo del año pasado, sobre las 10:50 horas, en el barrio de las Palmeras. De acuerdo con la acusación pública, el encausado abordó por la espalda a la víctima poniéndole una navaja en el costado. De esta manera, la condujo a un portal próximo, donde le quitó el bolso para robarle el móvil, valorado en 120 euros.
El autor confeso del robo es un melillense de 21 años. Además de por este delito, cuenta con antecedentes penales por causas de quebrantamiento de condena y desobediencia a la autoridad.
El día de la vista, la letrada de la defensa llegó a un acuerdo de conformidad con la representante del Ministerio Fiscal, lo que necesariamente implica por parte del procesado el reconocimiento de los hechos tal y como aparecen recogidos en el escrito acusatorio.
De esta manera, la fiscal, que en un principio pedía cuatro años de prisión para el encausado, terminó rebajando la pena solicitada a dos años de cárcel, que es la mínima que contempla el Código Penal para este tipo de conductas.
Finalmente, la fiscal suprimió de su acusación el apartado en el que se hacía referencia a que el procesado puso una navaja en el costado a la víctima. El resto de la descripción de los hechos enjuiciados la mantuvo tal y como estaba en su escrito inicial.
Aunque el acusado tenía otros antecedentes penales, la Fiscalía de Melilla no se opuso a que se le concediera la suspensión del ingreso en prisión, ya que las condenas anteriores son de distinta naturaleza delictiva. “Volveremos a darle una nueva oportunidad”, decidió la fiscal.
No obstante, el procesado no podrá volver a delinquir en los próximos cinco años porque, de lo contrario, se le revocaría la suspensión. Esto implicaría que tendría que cumplir la condena de dos años de cárcel, así como la derivada de la nueva actuación delictiva.
Además, el joven tendrá que abonar a la víctima 120 euros en concepto de responsabilidad civil por el móvil sustraído. Por otro lado, tendrá que cumplir los tres meses de trabajos en beneficio de la comunidad. Si no lo hiciera, también se le revocaría la suspensión del ingreso en prisión, tal y como le advirtió el juez.
Tras escuchar los términos de la condena por el delito de robo con violencia e intimidación, el procesado manifestó su conformidad. Entonces, el titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla pronunció en sala el dictado de una sentencia condenatoria.
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